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Van 60 horas dedicadas a los secuestrados

Cumplida la mitad de las 110 horas que durará la maratón a favor de los secuestrados, 90 personas han leído más de 4.800 emotivos mensajes en favor de su libertad. Desmovilizados y familiares de los que permanecen en cautiverio también han participado.

21 de febrero de 2012

Dos días y medio después de que se iniciara la segunda maratón radial que recoge mensajes de apoyo a los secuestrados provenientes de todo el mundo y que son leídos públicamente, han sido múltiples las palabras efusivas y los momentos sobrecogedores que se han vivido en la Plaza de Bolívar de Bogotá. Es difícil escoger una única situación que resuma esas horas, sin embargo hay un abrazo que permanece imborrable.
 
Ocurrió el lunes cuando una de las víctimas del conflicto pronunció unas palabras muy conmovedoras sobre la violencia que vivió. Entre el público se encontraba una persona involucrada en el mismo hecho, pero desde la otra orilla. Al terminar sus palabras, el hombre se dirigió hacia donde estaba ella y ambos se fundieron en un eterno abrazo de perdón. “Todos sentimos como se liberaron de toneladas de peso que llevaban a sus espaldas y nos dimos cuenta del valor del perdón y de la carga emocional que tiene”, relata Herbin Hoyos, periodista y presidente de Las Voces del Secuestro, uno de los organizadores del evento.
 
La segunda maratón de ‘Mensajes por la Libertad de los Secuestrados y la Reconciliación’ fue convocada por el programa de Herbin y el movimiento Colombia Soy Yo, con el apoyo de otras ocho organizaciones no gubernamentales y grupos civiles. Este espacio comenzó el pasado sábado 18 de febrero en la plaza de Bolívar en Bogotá y se prolongará hasta el próximo jueves al medio día.
 
“En esta segunda edición del proyecto estamos teniendo mayor difusión y participación que la primera vez. Calculamos que leeremos entre diez y doce mil comunicados y lastimosamente no podemos leerlos todos porque son muchos los que hemos recibido”, dice Herbin Hoyos.
 
Hoyos, quien no ha dormido se afloja las botas para estirar mejor sus piernas y asegura que “se han leído más de 4.800 mensajes, 2386 frecuencias de todo el mundo se han conectado al maratón y hemos recibido 170.000 mensajes a través de Twitter”.

Con el paso de los días, la maratón empieza a tener eco en todo el mundo y después de que en la mañana de este martes la cadena CNN realizara una nota con ellos, más de 300 frecuencias se unieron a este proceso.

La portavoz de Las Voces del Secuestro, Daniela Rodas Bedoya, aseguró que la iniciativa ha enlazado emisoras de muchos países, entre ellas varias de México, país afectado por un creciente problema de secuestro.
 
"Hemos tenido, por fortuna, una gran acogida", expresó la portavoz, para destacar que, del total de mensajes, un poco menos de la mitad provienen del exterior. “Son precisamente los mensajes que llegan desde afuera los más emotivos”, comenta Hoyos.
 
En medio de la gente que llega a la Plaza destacó la presencia de Vladimir Bayona, padre de Alexander Vladimir Bayona, secuestrado el 18 de marzo de 2000 por guerrilleros de las FARC en Palmira, donde se encontraba realizando actividades medioambientales.
 
Vladimir viajó desde Barbosa, Santander, a la maratón en Bogotá, y ya en la Plaza de Bolívar recordó algunos momentos del secuestro de su hijo. "Solo supimos de ellos durante el primer año y medio de secuestro, por lugareños que decían haberlos visto con vida en manos de los guerrilleros", expresó. "Lloren por nosotros, no con nosotros", pidió el padre del universitario, quien nunca volvió a saber nada de su hijo.
 
El secuestro en el 2011

En Colombia se presentaron durante el 2011, 298 secuestros, 187 de ellos con fines económicos, según el programa antisecuestro del Ministerio de Defensa.
 
La misma fuente atribuye el 60 por ciento de ellos a la delincuencia común y el 36 por ciento a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y al Ejército de Liberación Nacional (ELN).
 
Del total, 258 víctimas fueron liberadas o murieron en cautiverio, mientras que las otras 40 siguen en manos de sus captores, según el programa oficial contra el secuestro.