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Pescar en río revuelto

En medio de la guerra de desinformación se empiezan a conocer versiones falsas de misiones que supuestamente hacen parte de la Operación Bastón. Esta es la realidad.

16 de mayo de 2020

La operación Bastón, revelada por SEMANA, es el compendio de 20 misiones de trabajo realizado por contrainteligencia militar durante años. Lo que está contenido en esos dossier tiene con los pelos de punta a muchos dentro del Ejército. Y no es para menos.

Como lo afirmó públicamente el ministro de defensa Carlos Holmes Trujillo, se trata de una de las labores más serias y documentadas adelantadas desde hace años por la propia institución para sacar a las manzanas podridas. Esta revista tuvo en exclusiva acceso a todo su contenido. En total suman más de cinco gigas de información que contienen 57.538 documentos, contratos, videos, entrevistas y toda suerte de soportes que respaldan cada una de estas investigaciones.

Como contó SEMANA en la última edición, ante la inminencia de un escándalo los altos mandos reconstruyeron parcialmente el contenido de Bastón el pasado fin de semana, algo que conocen los propios comandantes de las Fuerzas Militares y el Ejército. El resultado de ese informe fue presentado al ministro de defensa y el funcionario lo anunció en diferentes oportunidades en el transcurso de la semana.

El tema de Bastón empezó a rondar algunos medios días antes de la publicación de SEMANA, pero la realidad es que a ninguno llegaron los documentos y las misiones que realmente lo conforman. Según El Tiempo, fragmentos de Bastón se filtraron por partes. Sin embargo la realidad es muy diferente.

Algunos militares retirados, y unos pocos activos, están entregando informaciones que, dicen formar parte de Bastón, justamente aprovechando que sus destinatarios no tienen la forma de saber si son o no parte de esas misiones. Lo cierto es que se trata de anónimos, o en el mejor de los casos documentos que no hacen parte de esa operación.

Se trata de una estrategia de pescar en río revuelto en la que buscan dar apariencia de legalidad a informaciones que no corresponden al caso. Buscan aprovechar que el gobierno ha reconocido la existencia y contundencia de lo que contiene Bastón, para tratar de camuflar denuncias haciéndolas pasar como parte de esas labores adelantadas durante años por la contra inteligencia. Sin embargo, lo cierto del caso es que nada de eso está en la verdadera operación Bastón.