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| Foto: Archivo particular

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Los detalles desconocidos de la cumbre entre Uribe, Santos y el Papa

El procurador Fernando Carrillo fue el artífice de la histórica y desconcertante reunión que se dará mañana en el Vaticano. Hubo viajes secretos e importantes problemas logísticos.

15 de diciembre de 2016

La histórica reunión del Papa Francisco con Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe tiene una historia muy interesante detrás. La mediación papal la logró el procurador electo, Fernando Carrillo, quien por segunda vez consolidará un hecho que parecía imposible en la política: unir a los dos mayores antagonistas del país.

La primera vez lo hizo cuando en su elección logró una votación casi unánime del Centro Democrático y la Unidad Nacional alrededor de su nombre. En total hermetismo y con un trabajo de filigrana política, el abogado javeriano fue conquistando los votos de lado y lado, pero solo reveló sus cartas el día de la votación. Sacó 92 votos de los 95 posibles ese día.

Algo similar sucedió con la reunión que tendrán el viernes a las 10 de la mañana el presidente Santos y el ex presidente Uribe. Carrillo, en una carrera contra reloj, embarcó al líder de la seguridad democrática para un encuentro con su Santidad.

La cita se venía trabajando desde hacía tiempo, pero casi nadie sabía que Carrillo estaba en esa misión. Su paso por la embajada ante España le permitió cultivar unas relaciones al más alto nivel posible con el episcopado español y por esa vía con el Vaticano. Hace quince días, Carrillo viajó en secreto a Roma para concretar los detalles.

Sin embargo, la decisión del embarco final no se dio sino hasta el jueves en horas de la mañana. Semana.com conoció que el procurador se reunió con el ex presidente Uribe, los senadores Ernesto Macías y Paloma Valencia, Gustavo Dager y Honorio Henríquez en el hotel Orquídea. Allí al ex presidente le entró la llamada de Pietro Parolin, el secretario de Estado del Vaticano, invitandolo a la cita.   

Uribe habría aceptado ese encuentro con un propósito más real que simbólico. El ex presidente considera que hay ajustes que se pueden hacer en la implementación del proceso de paz y prefiere participar que quedarse por fuera. 

El principal problema, irónicamente, no era la usual renuencia del ex mandatario, sino el transporte. Llegar a Roma suele tardar alrededor de diez horas de vuelo y no hay un viaje comercial directo. Por eso, los organizadores del encuentro comenzaron a buscar la posibilidad de un avión privado. Se pensó inicialmente en el de la compañia Telefónica, pero como este venía de Madrid el tiempo no era suficiente. Se sabe que el empresario Luis Carlos Sarmiento facilitó el suyo. Uribe salió a las 6:30 pm y se cree que si llega a la cita será en un contra reloj.

En horas de la tarde en el Congreso, el senador jefe del Centro Democrático pidió la palabra y anunció su retiro del recinto. Comentó que había recibido la llamada de Parolin desde el Vaticano. “Me pidió que estuviera allá. Veo mucha dificultad por la demora del vuelo, por respeto al Santo Padre y al pueblo colombiano voy a emprender ese viaje a ver si llego a tiempo”, explicó Uribe y se marchó. Así terminó de concretarse una de las reuniones con más significado de la política colombiana.

Uribe y Santos duraron seis años sin verse cara a cara, y lamentablemente para el primer mandatario ese reencuentro se dio en las condiciones más agrias.

Después del dos de octubre, cuando el No se impuso en el plebiscito, la necesidad de una reunión entre ambos era cada vez más apremiante. Difícilmente el proceso de paz podía salir del limbo en el que se encontraba si los principales líderes del Sí y del No evitaban un encuentro personal.

Ese día finalmente llegó el pasado cinco de octubre. Contrario a lo que se pensaba no estuvieron solos, sino acompañados de una comitiva de más de una decena de personas por lado y lado. Martha Lucía Ramírez, Alejandro Ordóñez, Frank Pearl, Iván Duque, Óscar Iván Zuluaga, el pastor César Castellanos, Diana Sofía Giraldo por un lado y María Ángela Holguín, Juan Fernando Cristo, Luis Carlos Villegas, Óscar Naranjo, Jorge Enrique Mora, Yesid Reyes, Gonzalo Restrepo y Juan Carlos Henao, por el otro.

Vea el momento en el que Uribe aceptó la invitación de Santos

El encuentro con el Papa se espera que sea más personal. Paradójicamente, Roma también había sido el escenario de un intento fallido de reconciliación entre Santos y Uribe. En julio de este año, el presidente le había escrito una carta a su antecesor para invitarlo, como último intento, a sumarse al proceso de paz con las Farc.  “Estoy dispuesto, junto con el equipo negociador del gobierno, a reunirme con Usted para escuchar sus inquietudes y abrir un diálogo constructivo”, decía la misiva.

Uribe respondió en menos de 24 horas desde la capital italiana, donde se encontraba, con una especie de bofetada. “Parecería inútil invitar a un diálogo para notificar lo resuelto”, dijo escuetamente.

La respuesta no tenía el mismo tono de la invitación si se tiene en cuenta que en ese momento Santos había incluido algunas frases emotivas por ejemplo diciendo que actuaba “desde el fondo de mi corazón”. La escena no pasó inadvertida pues el primer mandatario intentó por todos los medios hacerle llegar personalmente el escrito.

Lo hizo en un comienzo por medio de su embajador en el Vaticano, Guillermo León Escobar, quien conocía bien a Uribe pues este había sido su jefe en el pasado. Se dijo en su momento que el diplomático lo espero a la salida de un restaurante en el tradicional barrio Trastevere para entregarle el sobre, sin ningún éxito. Finalmente, esa misión la cumplió el ex jefe de prensa de Palacio, César Mauricio Velásquez.

El Papa ha sido un protagonista en la sombra de los diálogos con las Farc. Aunque su participación no ha sido directa, el Sumo Pontifice ha enviado mensajes en momentos clave del proceso, por ejemplo cuando durante la histórica visita a Cuba en septiembre del 2015, días antes del primer apretón de manos entre Santos y Timochenko, y cuando se anunció el acuerdo en el punto de víctimas.

“Que la sangre vertida por miles de inocentes, durante tantas décadas de conflicto armado, unida a aquella del señor Jesucristo en la cruz, sostenga todos los esfuerzos que se están haciendo ... Por favor, no tenemos derecho a permitirnos otro fracaso más en este camino de paz y reconciliación", dijo en Cuba. La Cancillería intentó invitarlo a la firma de la paz, pero no fue posible concretar su visita a Colombia para esas fechas. 

El mundo político tiene una enorme expectativa sobre lo que suceda el viernes en el Vaticano. Ya está el chiste de que si el Papa logra la reconciliación de Santos con Uribe ese sería el mayor milagro de su pontificado.