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CREDITOS

Los pagarés con los que se quedaron los clientes de Elite

Los clientes de esta financiera están descubriendo cómo fueron víctimas de maniobras.

17 de septiembre de 2016

Alrededor de Elite pasaron cosas muy graves que apenas están saliendo a la luz. Muchos de los clientes están concluyendo que simplemente los estafaron. El fraude partiría desde el inicio mismo de la cadena, es decir, cuando se colocan los créditos que luego son vendidos a los inversionistas.

Cabe anotar que Elite trabajaba principalmente con cooperativas originadoras de cartera de la región Caribe. Entre ellos están Credimed S. A. S, Coocredimed y Credimed-Caribe que recorrían los pueblos costeños en busca de trabajadores y pensionados, de las alcaldías y otras entidades municipales, para prometerles préstamos fáciles. Como es claro, los créditos son la materia prima de este negocio, pues respaldan los pagarés-libranza que luego Elite en Bogotá ofrecía a los inversionistas.

Pero detrás de la colocación de esta cartera hay una oscura historia que SEMANA conoció a través del testimonio de algunos damnificados. Uno de ellos relató haberse llevado tamaña sorpresa cuando indagó por los créditos que respaldaban los pagarés que había comprado a Elite por varios millones de pesos. Siguiéndole el rastro a su título, descubrió que el originador de varios de los préstamos era la cooperativa Redescoop y Credimed S. A. S., y los deudores, o sea los empleados beneficiarios, eran de Valledupar.

Cuando les preguntó a varios de estos deudores por las condiciones del crédito que habían recibido y que aparecían en los pagarés-libranzas, estos, extrañados, respondieron que nunca les habían prestado ese dinero. O sea que su título no valía nada.

Este mismo caso sucedió con una trabajadora en Bosconia (Cesar), a quien, en el año 2015, una de las cooperativas le ofreció un crédito por 4 millones de pesos. La empleada municipal firmó los pagarés, pero al cabo de una semana le informaron telefónicamente que no habían aprobado su crédito y que los documentos firmados serían destruidos. Pero claramente no fue así, porque hoy están en las manos del inversionista de Elite. Es decir, este compró un papel sin respaldo alguno.

En otro caso, en la misma zona, un deudor recibió el año pasado de Credimed Caribe un crédito por 2 millones y medio de pesos, pero el inversionista de Elite dice que en el respectivo pagaré consta que el crédito fue por 25 millones de pesos, lo revela que el documento fue alterado con un número al final. Lo más grave del asunto es que el préstamo ya había sido cancelado. En este mismo municipio, otro trabajador recibió un préstamo por 2 millones de pesos, pero en su pagaré dice que fueron 22 millones. Elevar engañosamente el valor del documento permitiría colocarlo por más plata entre los inversionistas.

Un habitante de ese municipio relató que cooperativas como Redescoop solían invitar a trabajadores –entre ellos madres comunitarias– a reuniones en Valledupar, donde asesores comerciales les prometían préstamos entre 1 y 10 millones de pesos. Estas personas ilusionadas, con cédula en mano y carta laboral, se hacían presentes en la capital del César para firmar los documentos respectivos. Unos servían de codeudores de otros. Firmaban los pagarés en blanco, con el argumento de que se llevarían a un estudio de crédito. Pero al cabo de dos semanas los llamaban a decirles que se los habían negado por una u otra razón. De nuevo, nunca les devolvían el documento, aunque les aseguraban que lo destruirían.

 A renglón seguido, dice la fuente, Redescoop mandaba un correo electrónico a Elite con el negocio no realizado y llenaba el pagaré con el valor que quisiera. Esta última, con esa certificación, disponía de un título más para vendérselo a otro incauto inversionista.

Elite les ha informado a muchos de los anteriores clientes que los créditos entraron en mora, lo que claramente no es cierto, como se desprende de los ejemplos citados. Otro inversionista le dijo a esta revista que un funcionario de Elite le confesó que habían usado el dinero correspondiente a su flujo para pagar carteras siniestradas de otros clientes. Un típico proceder de un esquema piramidal.

Esta compañía trabajaba con pocas cooperativas en Bogotá, pero tiene posición propia en libranzas de algunos originadores de la capital de la república. Curiosamente, dicen algunos inversionistas indignados que la cartera propia de Elite es la más sana.