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Una turba atacó la ambulancia y otros elementos del hospital.
Dos habitantes de la invasión Villa Alegría del municipio de San Jacinto, Bolívar, tuvieron una pelea a machete en el hospital de ese municipio. La confrontación dejó un muerto y seis heridos. | Foto: Cortesía Autor Anónimo

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Violenta pelea a machete afectó misión médica del hospital de San Jacinto, Bolívar

La confrontación dejó un muerto y seis heridos.

8 de agosto de 2022

La violencia en el departamento de Bolívar se presenta en todas formas, desde la que ejercen los grupos ilegales armados con homicidios, extorsiones, amenazas, y la que protagonizan los habitantes de esa región por intolerancia.

Justamente uno de estos hechos ocurrió en las últimas horas en el municipio de San Jacinto, Bolívar, donde dos sujetos de la invasión Villa Alegría protagonizaron una fuerte pelea con machetes, la cual dejó gravemente herido a uno de ellos, quien fue llevado en motocicleta hasta el hospital del pueblo, pero llegó sin signos vitales.

Asimismo, la misión médica del hospital de San Jacinto reportó que se vieron afectados, ya que minutos después el otro herido fue trasladado a este mismo centro médico, donde allegado al hombre que había fallecido minutos antes, llegaron a atacarlo. En ese ataque partieron computadores, monitores, electros y camillas. La turba además habría arremetido contra una ambulancia.

“Vivimos un momento de angustia porque ellos ingresaron con la intención de agredirnos a nosotros. Y el personal, aunque siempre tuvo la disposición para dar lo mejor, para colaborarle a las personas que vinieron agredidas, los familiares y las personas que los acompañaron siempre llegaron a agredirnos”, señaló una enfermera.

De otro lado, el alcalde de San Jacinto, Marcial Antonio Chávez Beltrán, confirmó que todo se trató de una riña entre familias y que hay una investigación para identificar a los involucrados en el hecho que dejó una persona muerta y otras seis heridas.

Ocho personas fueron capturadas por extorsión

La Policía en el Departamento de Bolívar dio a conocer que, en medio de una ofensiva, los Gaula de la Policía Nacional y Militar, en coordinación con la Fiscalía General de la Nación, realizaron un operativo contra un Grupo de Delincuencia Común Organizada (GDCO).

El GDCO, al parecer, se dedicaba a extorsionar comerciantes ubicados en los municipios de Magangué, Talaigua Nuevo, Mompox, Pinillos y Achí. La Policía departamental explicó que, “en este importante operativo se lograron las capturas de tres presuntos delincuentes mediante diligencias de registro y allanamiento, cinco en vía pública, para un total de ocho personas por los delitos de extorsión y concierto para delinquir agravado”.

Fueron seis hombres y dos mujeres capturados en el operativo que las autoridades identificaron como: Ángelo Mora Palomino, alias Negro; Joendys Rincón Mora, alias Joendys; Hernán Darío Moreno Merlano, alias Hernán; Libardo José Ballesteros Ángulo, alias Libardito; María de Jesús Quiñones Polanco, alias La Segunda, y María del Carmen Beleño López, alias ‘María’; ellos eran los encargados de realizar los cobros de las extorsiones en empresas de giros en los municipios de Mompox.

Por otro lado, Jesús Alberto Tovar Palomino, alias El Cole, y Elime Ariza Quiñonez, alias El Pirú, se dedicaban a constreñir a los ganaderos, comerciantes, trabajadores de la salud, técnicos en refrigeración y comunidad en general en los municipios de Magangué, Talaigua Nuevo, Mompox, Pinillos y Achí, en el departamento de Bolívar.

Además, tres de los capturados presentaban antecedentes por tráfico, fabricación y porte de armas de fuego, tráfico, fabricación o porte de estupefacientes, hurto calificado, ejercicio ilícito de actividad monopolística de arbitrio rentístico y lesiones personales.

El modus operandi de la organización criminal era así: “recolectaban información de las víctimas, luego les realizaban llamadas extorsivas en coordinación con reclusos de centros carcelarios, exigiendo sumas que oscilaban entre cien mil pesos ($100.000) y veinte millones de pesos ($20.000.000)”.

Las autoridades agregaron que, “en esas llamadas telefónicas, se hacían pasar por cabecillas de grupos al margen de la ley como Clan del Golfo, Farc y ELN, exigiendo depositar dinero a través de diferentes empresas de giros o en cuentas bancarias; en algunos casos estos dineros eran recogidos en las residencias y negocios de las víctimas”.