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VISITA TRAS LAS REJAS

La Fiscalía investiga por que razón Víctor Patiño Fómeque fue trasladado la noche del sábado de la cárcel de Palmira a La Modelo para entrevistarse con Santiago Medina.

4 de septiembre de 1995

EL SABADO 29 DE JULIO, EL entonces ministro de Defensa, Fernando Botero Zea, llamó por teléfono al director del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario -Inpec-, coronel Norberto Peláez Restrepo, para informarle que por razones de seguridad había que trasladar a Víctor Patiño Fómeque de la cárcel de Palmira a la cárcel Modelo de Bogotá.
Junto con Patiño también debía ser trasladado Phanor Arizabaleta. Los dos son miembros del llamado cartel de Cali y ambos se habían sometido recientemente a la justicia. La frase de Botero, "coronel, hay que hacer esos traslados", más que una recomendación parecía una orden.
Antes de colgar el teléfono Botero, quien hacía pocas horas había llegado de Estados Unidos y acababa de terminar una entrevista en la sede del periódico El Tiempo, le dijo a Peláez que en ese momento se dirigía a la Casa de Nariño y que lo volvería a llamar en una media hora para darle nuevas instrucciones.
Una fuente del Palacio Presidencial contó que el coronel Peláez trató de comunicarse con el ministro de Justicia, Néstor Humberto Martínez, su superior, y con el fiscal general de la Nación, Alfonso Valdivieso Sarmiento, para ponerlos al tanto de lo que estaba sucediendo. Pese a que hizo todo lo humanamente posible, el oficial no pudo hablar con ninguno de los dos funcionarios y a eso de la una de la tarde lo volvió a llamar Fernando Botero, quien le contó sin rodeos las razones que tenía para haberse comportado hasta ese momento con tanto misterio. Palabras más, palabras menos, el Ministro de Defensa le dijo al coronel Peláez que por razones de seguridad y ante algunas recomendaciones de gobiernos extranjeros, que se mostraban preocupados por las garantías de las cárceles colombianas, era necesario trasladar a Víctor Patiño y a Phanor Arizabaleta de la cárcel de Palmira a la Modelo de Bogotá.
El coronel Peláez, que por razones de su cargo es la persona que mejor conoce de las condiciones de las cárceles del país, le habría dicho al ministro Botero que si las razones eran de seguridad lo mejor era trasladar a los dos reclusos a la cárcel La Picota y no a La Modelo. Las condiciones de seguridad de La Picota, pese a que no son las mejores del país, sí ofrecen mayor seguridad que La Modelo. Además existía un problema adicional, el hacinamiento que se está presentando en esta última. Tanto es así que el día que Santiago Medina fue recluído en ese penal debió compartir su celda con Tulio Murcillo Posada.
Sin embargo ninguna de las razones pareció convencer al ministro Botero, quien de forma cortés pero tajante le habría dicho: "No; me hace el favor y los trae a La Modelo". Y a renglón seguido el Ministro le preguntó al oficial: "Dígame, ¿qué necesita para cumplir esta orden?". Ante ese mandato lo único que alcanzó a responder el director del Inpec fue: "Ministro, lo que necesito es un avión para trasladar a los dos detenidos".
Al terminar la charla, el oficial le pidió el favor al ministro Botero de que se comunicara tanto con el Ministro de Justicia como con el Fiscal General con el fin de poder coordinar mejor el operativo de traslado. Botero le habría respondido al oficial que no se preocupara que él se comprometía a hacerle el favor.
RUMBO A PALMIRA
Durante la tarde del sábado el coronel Peláez fracasó en su intento de comunicarse tanto con el Ministro de Justicia como con el Fiscal General.
Por más que los llamó a diferentes partes donde presumía que se encontraban no le fue posible hablar con ninguno de ellos. Las horas pasaron y a las 9 y 30 de la noche había un avión de la Fuerza Aérea Colombiana -FAC- parqueado en el aeropuerto militar de Catam, con un grupo de especialistas, entre ellos funcionarios de la Fiscalía General, dispuestos a partir hacia Palmira para cumplir con las órdenes impartidas por el Ministro de Defensa.
Sólo hasta esa hora pudieron hablar el ministro Martínez y el coronel Peláez. Al ser enterado de la situación que se estaba presentando, la primera reacción del Ministro de Justicia fue la de ordenar la suspensión inmediata de la operación. Bastante alterado, Martínez le habría hecho saber al coronel Peláez que no compartía ni el procedimiento ni las órdenes impartidas por el ministro Botero. Sin embargo, ya era muy tarde: el avión había partido segundos antes rumbo a Palmira.
Altas fuentes del gobierno dijeron a SEMANA que el ministro Martínez llamó al presidente Ernesto Samper para expresarle su sorpresa por lo sucedido. El Presidente le habría contestado que ya conocía del caso porque, según él, Fernando Botero le había informado. El propio presidente Samper le contó a SEMANA su versión de los hechos: "A mí me llamó primero el Ministro de Defensa el sábado y me dijo que había información de seguridad complicada en Palmira. Que no me lo decía por teléfono, pero que la situación ameritaba un traslado. Luego me llamó el Ministro de Justicia y me dijo que ya había hablado con Fernando sobre ese tema. El lunes fui enterado que el problema de Palmira era una pelea de carteles".
SEMANA también quiso conocer la versión del Ministro de Justicia sobre lo sucedido. Esto fue lo que dijo el funcionario: "Desde hacía algún tiempo el coronel Peláez había alertado al gobierno sobre algunas deficiencias de seguridad en varias cárceles del país. Ante las denuncias del coronel, el gobierno y la Fiscalía venían analizando desde hacía una semana todo lo concerniente a esta situación. Pero con respecto a lo sucedido el sábado yo sólo tuve conocimiento de ello a las 9 y 30 de la noche. Traté de comunicarme con Fernando Botero pero no fue posible. Entonces llamé al presidente Samper y él me dijo que ya había hablado con Fernando y que había una serie de cosas delicadas en las cárceles pero que no me las podía contar por teléfono. Cuando por fin me comuniqué con el Ministro de Defensa, éste me repitió lo que le había dicho al Presidente. Sin embargo, me comentó que no me podía dar detalles por teléfono. Al finalizar la conversación me dijo que el domingo me contaba los detalles de lo sucedido".
EXTRAÑOS SUCESOS
El vuelo del avión de la Fuerza Aérea se desarrolló sin contratiempos. Las personas que estaban encargadas de llevar a cabo el traslado de Víctor Patiño y Phanor Arizabaleta llegaron a Palmira a eso de las 11 de la noche. Al ingresar a la celda donde estaba recluido Patiño Fómeque se llevaron la sorpresa de que éste se encontraba vestido y listo para emprender el viaje hacia Bogotá. La frase con la que el recluso recibió a los miembros de la comisión dejó sin habla a todos los presentes: "Ya sé a que vienen ustedes. Ahora quieren que yo calme a Santiago Medina", dijo a SEMANA un testigo de la escena.
A la 1 y 10 minutos de la madrugada del domingo ingresaron a La Modelo Víctor Patiño Fómeque y Phanor Arizabaleta. Curiosamente uno de los pocos reclusos que a esa hora se encontraba despierto era Santiago Medina, quien se hallaba en uno de los pasillos del penal. Dicen algunos testigos que el encuentro entre los dos reclusos fue bastante emotivo. Después de un fuerte abrazo, pues según algunas versiones son dos viejos conocidos, Patiño Fómeque le dijo al ex tesorero de la campaña de Ernesto Samper que se tranquilizara y que por favor tratara de no perder la cordura. Luego se retiraron a la celda a dialogar sin testigos.
Según informes recogidos por la Fiscalía General de la Nación, Patiño habría tratado de persuadir a Medina para que se retractara de la declaración que había hecho la víspera ante los fiscales sin rostro, cuando decidió cambiar de abogado y contar su versión completa sobre la financiación de la campaña presidencial.
El domingo Botero tuvo la oportunidad de explicarle a su colega de Justicia las razones del traslado de Patiño y Arizabaleta, reiterándole que se trataba de una cuestión de seguridad. SEMANA pudo establecer que Martínez no quedó muy convencido con la explicación y, más aún, que la Fiscalía General de la Nación, que comparte con el Ministerio de Justicia el manejo de los detenidos, expresó su indignación ante la serie de irregularidades que se presentaron en este episodio.
El Ministro Martínez y el director del Inpec tomaron el martes la decisión de trasladar a Patiño y a Arizabaleta de La Modelo a La Picota. Pero aún subsisten muchas dudas sobre las verdaderas intenciones que hubo detrás de la traída de los dos presos de Palmira a Bogotá. La primera es que si el gobierno tenía alguna preocupación de seguridad en cuanto a Patiño y Arizabaleta lo lógico era que los trasladara al pabellón de alta seguridad de La Picota y no al de La Modelo, que ya se encontraba copado. La segunda es por qué las autoridades patrocinaron un encuentro entre Patiño y Medina que a todas luces tenía como propósito que Patiño tratara de evitar la colaboración de Medina con la justicia.
Este episodio se viene a sumar a los extraños asaltos de ese mismo sábado a la Dirección Nacional de Fiscalías y a apartamentos de personas cercanas a Medina, como es el caso del ex cónsul en Miami, Andrés Talero. Lo anterior, sumado a la aún no aclarada participación del ministro del Interior, Horacio Serpa, en conversaciones de Medina con su entonces abogado, Ernesto Amézquita, parece configurar una serie de intentos por persuadir a Medina de callar y no de hablar y decir la verdad que es lo que le corresponde a un funcionario cuando habla con un detenido. La opinión pública, ya suficientemente conmocionada con las revelaciones de los últimos días sobre la financiación de la campaña presidencial, espera que se aclaren también estos aparentes intentos de encubrimiento.-