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"VOLVI A UN PAIS QUE NO RECONOZCO"

FERNANDO CEPEDA ERA PROBABLEMENTE el politólogo más respetado del país. Ocho años de gobierno y diplomacia lo habían alejado de su profesión. Ahora, un mes después de regresar a Colombia, hace su diagnóstico de la realidad nacional.

28 de marzo de 1994

SEMANA: Usted era un protagonista de la vida nacional durante la primera etapa del gobierno de Barco. Después desaparecio en el mundo de la diplomacia. ¿Cree que todo ha cambiado mucho en los seis años desde que usted se fue?

FERNANDO CEPEDA: Como un recién llegado, estoy a la vez perplejo y deslumbrado. Cuando me fui, un carro barato costaba un millón de pesos. Hoy en día, eso vale el alquiler de un apartamento. Salí a conseguir un automóvil, y eso era como quien va a una panadería. Me tocó hacer cola esperando turno para que me atendieran. Cuando yo me fui, comprar un automóvil era todavía una decisión parecida a comprar una casa.

SEMANA: En otras palabras, ¿usted ve eso como un gran crecimiento económico?

F. C.: Sin duda se observa una fuerza y un dinamismo asombrosos. Esta es una ciudad en proceso de destrucción y de construcción simultáneamente. Mis amigos todos están muy boyantes. Creo que es la primera vez en muchas décadas que regresar del exterior no significa mayor cosa. Todas las cosas por las cuales uno viajaba al exterior ya existen acá.

SEMANA: Eso es lo que usted llamó la vida cotidiana, pero también mencionó fenómenos institucionales comparables. ¿Cuáles son?

F. C.: En mi opinión, César Gaviria ha hecho un gran gobierno. Sin duda alguna, marca un hito histórico. La nueva Constitución está produciendo un nuevo país. Pero, para mí, no menos meritorio que todo esto es el hecho de haber sido el continuador de lo que sembró Virgilio Barco.

SEMANA: Para muchos colombianos, lo que sembraron el uno y el otro fue la instauración de la nueva derecha.

F. C.: El rótulo me tiene sin cuidado. Lo cierto es que la nueva Constitución, la modernización del Estado, la apertura, el estímulo a la inversión extranjera son virajes históricos que dejan atrás un sistema de privilegios, subsidios, favoritismos, que resultaban de la intervención estatal. Hoy, al liberar las energías del país, lo que se está haciendo es crear un mayor grado de bienestar colectivo. Si eso es la nueva derecha, bienvenida.

SEMANA: Está usted demasiado gobiernista. ¿No le ve ningún pero a todo esto?

F. C.: Soy consciente de que está de moda el tema de la concentración de la riqueza. Pero creo que hay que diferenciar las implicaciones economicas que esto tiene de las implicaciones políticas. Económicamente no tiene consecuencias negativas. Cuando entramos a competir abiertamente con el resto del mundo, tenemos que darnos cuenta de que se requiere una dimensión de poder económico de ligas mayores. Sin eso no se puede jugan Por lo tanto, yo estoy a favor de la consolidación de grupos económicos en este respecto. Lo grave es cuando el poder económico llega a tener implicaciones políticas, y eso está sucediendo con la creciente penetración de los grupos económicos en los medios de comunicación. Ese no es un problema económico, pero sí es un problema político.

SEMANA: ¿En qué sentido?

F. C.: Fíjese que en Colombia todo el mundo siempre se ha quejado, todo el mundo ha estado siempre descontento, pero una de nuestras tradiciones es que siempre se ha tenido el derecho -y la tendencia- a decir lo que a uno le viene en gana. Ahora, por primera vez, registro que hay cierto temor para expresar opiniones. Eso me parece muy grave. Es un recorte de libertades.

SEMANA: ¿ Ya qué obedece?

F. C.: Creo que el gran poder se ha ido desplazando gradualmente de la esfera política a la esfera económica. Esta última es mucho menos tolerante frente a la crítica e implacable en la defensa de sus intereses.

SEMANA: Cambiemos de tema. Hablemos de las elecciones presidenciales ¿Cómo ve la campaña de Samper?

F. C.: No tengo duda de que ganará la consulta liberal. Y creo que como candidato oficial del Partido Liberal unido está condenado a ganar las elecciones.

SEMANA: Dice usted "condenado" con un sentimiento más de inevitabilidad que de entusiasmo.

F. C.: Es que lo considero inevitable. Si Samper es el candidato oficial del partido, tiene la responsabilidad histórica de asegurar la continuidad del liberalismo en el poder para consolidar y avanzar en una obra de gobierno admirable.

SEMANA: Algunos consideran más continuador de Gaviria a Pastrana que a Samper. El primero lo proelama oficialmente, mientras que Samper tiene reservas frente al neoliberalismo actual

F. C.: La coalición conservadora que está construyendo Pastrana incorpora los peores críticos de la administración Gaviria: ¿qué tal Alvaro Gómez?, ¿Qué tal Pastrana papá?, ¿Qué tal el periódico La Prensa?, ¿Qué tal El Nuevo Siglo? Por otro lado, la coalición de Samper también incorpora elementos de oposición al Gobierno, como Hernando Agudelo Villa. En Colombia durante las elecciones siempre se han presentado ciertas incongruencias. Nadie debe llamarse a engaño porque esa es la tradición colombiana. Hacer política con una combinación de gobiernismo y oposición. Por lo tanto, para mí no es tan claro que Pastrana sea el continuador de la obra Gaviria y Samper el opositor. Para mí, ambos están condenados a continuar la tarea, y continuar, aunque haya matices, quiere decir avanzar y profundizar el proceso de modernización.

SEMANA: Y de la campaña de Pastrana, ¿qué opina?

F. C.: A mí me parece que la campaña de Pastrana está exagerando en la introducción de toda una tecnología política predominantemente estadounidense y ajena a la tradición colombiana. Eso impresiona pero no convence. Ahí radica el riesgo.

SEMANA: La campaña de Samper también ha sido acusada de tratar de adaptarse a esa tecnología.

F. C.: Sin duda alguna, hay algo de eso. Pero no lo considero el elemento predominante. También hay elementos de política tradicional, y un ingrediente intelectual. En la de Pastrana, aunque haya programa y trabajo político, para el colombiano común y corriente lo que predomina es la imagen, el espectáculo

SEMANA: Pero la imagen puede ser definitiva con instituciones nuevas como la segunda vuelta, que desvinculan las elecciones presidenciales de las maquinarias.

F. C.: Tres factores inciden en una elección presidencial: la filiación partidista, la imagen y los programas. Samper, como liberal, lleva la delantera en el primer punto. En imagen, sin duda alguna, gana Pastrana. Pero para mí, en programas creo que le está yendo mejor a Samper. No obstante, el hecho de fondo es que la campaña presidencial no ha empezado. Tantos precandidatos y tantas encuestas lo que crean es confusión. Claridad no habrá sino el día en que haya un candidato oficial del Partido Liberal. Para mí, ese es el día en que comienza la campaña. -