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Las muertes violentas están creciendo en Medellín y sus alrededores. En dos días asesinaron a 15 personas

Seguridad

¿Vuelve la horrible noche?

Los recientes asesinatos hacen temer que se acabe la paz relativa que había logrado Medellín.

14 de junio de 2008

La semana pasada fue negra para los paisas. Por un lado, el invierno no dio tregua y más de 100 familias tuvieron que desalojar sus casas por los desbordamientos de las quebradas y los derrumbes de las laderas. Y por el otro, la violencia volvió a ensombrecer a Medellín y sus alrededores. Entre el lunes y martes hubo 15 asesinatos, la mayoría ocurridos en los municipios del área metropolitana, una cifra que no se veía desde hace un lustro.

Las alarmas comenzaron temprano. A las 6:22 de la mañana del lunes fue reportado en el río Medellín un N.N. de 25 años de edad con las manos atadas y varias heridas por arma de fuego; 12 horas después, la Policía ya había hecho el levantamiento de otros nueve cadáveres. El caso más escabroso fue un triple homicidio en el barrio Belén, donde fueron baleados una pareja que llegaba de Montería, junto al taxista que los movilizaba.

Hay muchos indicios de que el incremento de la violencia no es casual. Según el Instituto Popular de Capacitación (IPC), en relación al año pasado, existe un aumento con el las cifras de desaparecidos y de cadáveres sin identificar, muchos de ellos encontrados en las aguas del río Medellín. Hay muchos casos de mujeres asesinadas, de crímenes contra taxistas y comerciantes de autopartes, algunos de los que murieron por asfixia mecánica. También se han presentado varios casos de desmovilizados baleados.

Todo esto es típico de una situación de disputa de poder entre grupos de narcotráfico, bien sean los que quedaron trabajando para antiguos capos, hoy extraditados, o los emergentes que quieren pescar en el río revuelto que dejó la desmovilización paramilitar.

Las detenciones en días pasados de Alirio Rendón, alias el 'Cebollero', acusado de participar en asesinatos y negocios con bandas delincuenciales de Itagüí y Envigado; y de John López alias 'Memín', líder desmovilizado de las AUC, evidencian que tras la ausencia de Diego Fernando Murillo, alias 'Don Berna', no son pocos los que desean adueñarse a sangre y fuego de su plaza.

Otras versiones también señalan a Daniel Rendón, alias 'Don Mario', como uno de los protagonistas en esta racha de crímenes. Desde hace un año, empezó a apropiarse de los mercados del narcotráfico en Antioquia, Córdoba y Chocó; y para ello ha reclutado mano de obra calificada: los desmovilizados de Medellín. A los que se nieguen a hacerlo, los aniquila.

La Alcaldía ya tomó medidas: la semana pasada anunció la creación de una brigada especial contra los homicidios. "Aquí en Medellín entra todo el mundo, todas las estructuras delincuenciales -dice Jesús Ramírez, secretario de gobierno-, aquí se ajustan cuentas entre ellos en parte porque sus familias viven acá o tienen tránsito por acá".

La situación en Medellín, y sobre todo en sus alrededores, está pasando de castaño a oscuro. Las muertes de la semana pasada no fueron una simple alarma. El comandante de la Policía Metropolitana, Antonio Pedreros, le dijo a SEMANA que los homicidios están en aumento desde septiembre pasado. De hecho, hubo 261 homicidios en los primeros cinco meses del año. En Medellín las muertes han aumentado este año 10 por ciento, pero la mayor ola de violencia se está viviendo en los municipios cercanos.

El temor de muchos es que el oasis de paz y convivencia que se vivió en años anteriores en la capital antioqueña sólo haya sido un espejismo creado por la desmovilización de los paramilitares, y no la consecuencia de una mayor intervención del Estado. El fantasma de la violencia tiene en vilo a una ciudad que ya creía haber cerrado la página de la violencia, y que creía que fines de semana como el que se vivió hace poco, con 15 homicidios, eran cosa del pasado.