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VUELVE Y JUEGA

En medio de una ola de atentados terroristas se abre paso una solución negociada con la guerrilla

18 de febrero de 1991

Todo el mundo anda pendiente de la guerra del Golfo Pérsico Pero al cierre de esta edición el número de bajas norteamericanas parecía inferior a las que, en una sola semana, produjo en Colombia la acción de los grupos subversivos.
La frecuencia de los ataques guerrilleros en lo que va corrido del año no tiene antecedentes. El empeoramiento de las condiciones de orden público este año se refleja en la abrumadora cifra de 86 atentados con un saldo de 26 civiles y 64 miembros de las Fuerzas Armadas muertos. Sin embargo y paradójicamente, cuando todo hacía prever que Gobierno y guerrilla se habían metido en una guerra sin salida, surge de nuevo una posibilidad de paz.
Los acontecimientos de la semana que acaba de pasar fueron tan graves, que solo el estallido de la guerra del Golfo Pérsico explica que no haya habido repercusiones políticas de ninguna clase. En el Cesar fue atacado otra vez el oleoducto Caño Limón-Coveñas. Una mina en la Jagua de Ibirico, que producía sesenta toneladas diarias de carbón, fue dinamitada. Las perdidas fueron calculadas en 1.500 millones de pesos, la compañía minera canceló sus operaciones y 250 personas quedaron sin trabajo. Durante un enfrentamiento en la Macarena, Meta, murieron 23 guerrilleros, un oficial y dos soldados. En Roncesvalles, Tolima, se enfrentaron durante seis horas guerrilleros y militares con un saldo de cinco subversivos muertos y cuatro policías heridos. Por su parte, el ejército logró detener a 31 guerrilleros en zonas rurales; a siete, de una red urbana en Cali; descubrió un campamento para 40 personas, en Puerto Boyaca. desactivó cinco cargas de dinamita colocadas en el Huila y frustró un acto terrorista contra el poliducto que lleva gas a Bucaramanga. La Policía de Bogota, anunció además la creación de un comando especial anti-terrorista.
Su misión será prevenir las acciones urbanas de la guerrilla que busca extender sus actuaciones terroristas a la ciudad.
La semana anterior también se pasó de las batallas militares a las verbales Manuel Marulanda Vélez pidió el retiro militar de La Uribe, la suspensión de los operativos del Ejército y su participación en la Constituyente con ocho representantes de las FARC, ocho de ELN y cuatro de la disidencia del EPL. El Gobierno habló de la suspensión total de actos terroristas. Y no admite la participación en la Constituyente sino de agrupaciones desmovilizadas.
Pero mas alla de las actuaciones estratégicas de lado y lado, y de quién logró mayores triunfos militares o de opinión, la sensación que existe entre los colombianos es que el país de repente entró a un callejón sin salida, que la situación actual, lejos de favorecer a alguien, perjudica a todo el mundo, especialmente a los protagonista del conflicto. Las fuerzas militares no han podido demostrar una superioridad neta en el control del orden público frente al terrorismo guerrillero. La Coordinadora, que quería impactar a la opinión con sus actuaciones belicistas solo consiguió. la antipatía de la población afectada. Y se alejó de la posibilidad de participar en la Asamblea Constituyente.
Es por eso que aunque suene extraño, ahora se mira otra vez hacia una nueva salida de paz. Cuando nadie la esperaba, se empezó a abrir camino una comisión del Congreso, que intenta servir de puente entre el Gobierno y la guerrilla. La comisión exploratoria ha recibido el beneplacito tacito del Gobierno. El viernes pasado Diego Montaña Cuellar, presidente de la comisión, conversó con el Ministro de Defensa, al parecer en términos muy cordiales. Tambien se entrevistó con el presidente Gaviria en Palacio, aunque no trascendieron los términos de la conversación. Montaña Cuéllar habló también por radioteléfono con Pablo Tejada, del ELN y con Alfonso Cano, de las FARC. Ellos manifestaron su disposición de reabrir el teléfono rojo con la Casa de Nariño y prometieron dejar en libertad a 16 soldados que tienen secuestrados, como primera manifestación de buena voluntad. Estas noticias del pasado fin de semana, son alentadoras. Falta ver si cuajan, como se dice en el lenguaje popular. Y si ambos lados terminan por aceptar lo que dijo Harrison Martínez, vocero del EPL: Ha llegado la hora de que los dos bandos entiendan que no hay victoria posible en el terreno militar