WEEK-END EN LA URIBE
La última reunión de la Comisión de Verificación con las FARC mejora las expectativas del proceso de paz
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El helicóptero comenzó a descender buscando un claro en lo alto de la montaña. Para algunos de los pasajeros este viaje no era el primero. Para otros, ese sábado 24, cada detalle del paisaje resultaba novedoso. Pero para todos por igual la expectativa era grande: despues de seis meses de dada la orden de cese al fuego por parte de las FARC y de las autoridades militares, el balance arrojaba numerosos interrogantes.
La llegada de la Comisión de Verificación se produjo hacia el mediodía. Un grupo de guerrilleros, con pistolas al cinto pero sin uniforme, recibió a los invitados y los condujo, loma abajo, por un camino de piedras, hasta el campamento donde esperaba el Estado Mayor, con Manuel Marulanda, Jacobo Arenas, Alfonso Cano y Raúl Reyes. Faltaba únicamente Jaime Guaracas, quien "anda en comisión". Parte de la expectativa surgía de la presencia entre los miembros de la Comisión de personajes más bien escépticos ante el proceso de paz y que viajaban a La Esperanza por primera vez, como el ex ministro de Gobierno alvarista Cornelio Reyes.
"Para ser sincero, yo fui muy prevenido, pues había estado antes en Córdoba con algunos delegados del EPL y allá la situación es tan compleja que yo me sentía realmente pesimista", comentó Reyes a SEMANA. Jacobo Arenas fue el primero en romper cualquier barrera y al saludar al ex ministro le dijo: "Doctor Reyes, no tiene idea de lo mal que hemos hablado de usted por acá". Sólo hacia la una y 50 minutos, después de un almuerzo sobrio, se inició en firme la reunión, en un salón de clase adornado con festones y palomas blancas de papel colocadas sobre una bandera de Colombia.
Con una corta intervención, John Agudelo, presidente de la Comisión de Paz, dio comienzo a la reunión actuando como moderador. Tomó la palabra Marulanda a quien, según los asistentes "se le nota la jefatura".
Luego Arenas dio lectura a un documento de 4 páginas, escrito a máquina, y en el cual hacía una especie de memorial de agravios sobre violaciones al cese al fuego. A esa hora, los dirigentes de las FARC ya conocían el discurso pronunciado por el ex presidente Julio César Turbay en Tuluá y algunas de las más fuertes críticas apuntaron hacia él, lo mismo que hacia el Presidente Belisario Betancur, quien fue acusado de "no haber metido en cintura a los enemigos de la paz".
Pese a las quejas que planteaba, el documento de Arenas contenía una propuesta que resultó una verdadera sorpresa para los miembros de la Verificadora: aseguraba que las FARC pensaban que las condiciones del cese al fuego eran aceptables y que el año de tregua, previsto en los acuerdos de La Uribe, podía iniciarse en forma el 1° de diciembre. La discusión se inició al terminar Arenas su intervención. Uno a uno todos los asistentes intervinieron y a las 5 y media se levantó la sesión para permitir un descanso de hora y media. El diálogo se reinició a las siete de la noche.
"En mi intervención -anota el ex ministro Reyes- yo me referí a lo que ellos llaman la apertura democrática y les dije que aquí siempre había habido esa apertura. En cuanto a las críticas de Turbay, pedí consideración y respeto por la jerarquía del ex presidente y les pregunté que si lo que querían decir al criticar al Presidente Betancur era que debía meter en la cárcel a Turbay. Pese a lo encontrado de las opiniones, el clima fue siempre cordial y matizado por chistes y apuntes, entre ellos los de Emilio Urrea, quien se lució en ese campo".
En un momento dado, se planteó una pregunta caliente: ¿qué pasa si no pasan las reformas? Marulanda dijo: "yo no puedo contestar en forma concreta esa pregunta". Arenas.en cambio, sí lo hizo: "Aunque no soy pesimista y creo mucho en la sensatez de la clase política, debo decir que si las reformas no pasan se desatará una insurrección por todo el territorio nacional".
Luego, los dirigentes de las FARC insistieron en su deseo de convertirse en partido político: "Les vamos a pelear los votos a los conservadores y a los liberales", anotó Arenas. "Ojalá así sea, aunque espero que no nos quiten muchos", apunto Reyes. Más tarde, en una nueva reunión, Alba Lucía Orozco, directora de Impuestos, dialogó en compañía de Reyes con el Estado Mayor de las FARC sobre un tema que se había planteado en anteriores reuniones: el IVA.
Se tocaron muchos temas, pero hubo uno que se omitió casi intencionalmente, como si se tratara de un tabú: el de las armas. "No sabemos qué va a pasar cuando ellos entren a participar en las elecciones, pues lo que no puede permitirse es que sigan contando con el armamento que hoy tienen y que al mismo tiempo vayan a lanzarse como candidatos", opina Reyes. Pero en cierto modo, el tema de las armas parece estar aplazado hasta que "se aclare un poco el horizonte de otros problemas", según considera la periodista Lucy Nieto de Samper, miembro de la Verificadora y quien también estuvo en La Esperanza el sábado 24.
Pero aparte de los temas tratados, algunos de los asistentes interrogados por SEMANA coinciden en afirmar que "en estas reuniones, lo más importante es el afianzamiento de la credibilidad de lado y lado, de un ambiente de confianza que es básico para el éxito del proceso". En efecto, la Comisión de Verificación, más que dedicarse a una labor de verificación técnica del cese al fuego, está llevando a cabo un contacto permanente y un diálogo que parece abrirse cada vez más hacia distintos sectores, como los gremios económicos. El propio ex ministro Reyes dijo a SEMANA: "después de la reunión pasada, creo que entiendo mucho mejor al Presidente Betancur y a su política de paz".
Para los miembros de la Verificadora resulta muy positivo la forma como, durante el último diálogo, "no hubo por parte de los guerrilleros ninguna ostentación de armas ni de uniformes. Marulanda, por ejemplo, vestia de civil, con un machete al cinto". Algunos opinan que ésa es una especie de mensaje, de anuncio hacia el futuro. El propio Arenas, al responder una pregunta sobre ese punto, dijo: "A nosotros no nos gusta farolear", en una frase que muchos interpretan como referencia al M-19.
Al regresar al día siguiente, después de una noche de "cama franca" con los guerrilleros, algunos de los integrantes de la Verificadora comentaron, refiriéndose al cambio de actitud frente al proceso que sufrían después de entrevistarse con las FARC en su "cuartel general" los más escépticos, que "sería muy bueno traer aquí a tanto opositor que tiene el proceso, a tanto incrédulo que debíamos invitar a pasarse un week-end en La Uribe".