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Yaneth Giha pasa al tablero

La nueva ministra de Educación tendrá que usar toda su experiencia pública para sacar a esa cartera de la polémica de las cartillas sexuales, lidiar con las peticiones de Fecode y continuar el programa Ser Pilo Paga en medio de la estrechez fiscal.

12 de noviembre de 2016

Las expectativas y rumores en torno al reemplazo de Gina Parody en el Ministerio de Educación llegaron a su fin el jueves con el nombramiento de Yaneth Giha, actual directora de Colciencias. No fue un sacerdote ni alguien cercano a los evangélicos, ni un educador consumado, ni uno de tantos funcionarios expertos que habían sonado. Al final, el guiño fue para alguien muy cercano a la Casa de Nariño y al presidente Juan Manuel Santos, pero poco conocido para la mayoría de colombianos.

Esta barranquillera tiene importante formación académica y amplia experiencia en lo público. Economista de la Universidad de los Andes, trabajó en Planeación Nacional y estuvo un par de años en el Ministerio de Educación, pero pasó gran parte de su vida profesional en el Ministerio de Defensa en diferentes periodos y cargos. De hecho, allá conoció y se ganó la confianza de Juan Manuel Santos cuando fue ministro. En 2010 fue viceministra de Estrategia y Planeación, y después del grupo social y empresarial del sector defensa, en donde desarrolló un ambicioso programa de Ciencia, Tecnología e Innovación. Desde 2014 dirige Colciencias.

Al anunciar su nombramiento, Santos dijo: “Le doy la bienvenida al gabinete para que usted siga trabajando por la educación”. Desde Colciencias estuvo dedicada a promover la investigación, la formación y la innovación. Más que una cuota del Partido de la U, es un nombramiento directo del presidente.

Ahora bien, Giha tendrá que poner a prueba toda su experiencia en lo público al tener que lidiar con uno de los ministerios más grandes y complejos, que además está inmerso en una compleja coyuntura. Las polémicas desatadas por las cartillas de educación sexual aún no se han aclarado del todo. La nueva ministra tendrá que hablar claro sobre este tema, decidir si se van a hacer o no, cómo van a cumplir la orden de la Corte Constitucional y si va a oír a todos los interesados. Si no logra restablecer la confianza –especialmente de los padres, alumnos, rectores y maestros frente a este asunto- las demás tareas se le van a complicar, más cuando la Iglesia católica y muchas evangélicas encontraron en las famosas cartillas un caballito con el que quieren regresar a una época muy conservadora, similar a la de Rafael Núñez y su concordato.

A esto se suma la anormalidad académica que el sindicato de educadores, Fecode, comenzó el miércoles pasado en todas las escuelas y colegios, como preparación de un paro nacional en caso de que el gobierno no acepte varias peticiones laborales que plantea. Giha dijo que “nos vamos a sentar a hablar con todos los sectores y con Fecode. El gobierno ha dado unas señales muy claras de que la educación es una de las apuestas más importantes y seguirá siendo el primer eje de inversión”.

Además de estos temas coyunturales, la nueva ministra tiene otras tareas duras por delante. Santos se comprometió a llevar la jornada única al 30 por ciento de los alumnos matriculados, es decir, 2.300.000 niños. Para eso, Giha tiene que mantener y acelerar la tarea que Parody comenzó de construir 30.000 aulas en todo el país. Además, debe mantener los programas de calidad, que ya empezaron a dar frutos según las últimas pruebas Saber. Y mantener, en medio de las dificultades económicas, Ser Pilo Paga, un programa que se metió en el corazón de las familias más pobres. De los 40.000 cupos, ya van 22.500.

Esto, sin contar con las tareas y retos que tiene en otras áreas, como la educación superior y el posconflicto. Las universidades públicas están cada vez más desfinanciadas, especialmente por la carga pensional y laboral, lo que ha afectado la infraestructura física. Giha va a tener que innovar para obtener más recursos y para que todas mejoren la calidad y la administración de los mismos. Frente a la paz, el ministerio deberá responder por la educación en las zonas de conflicto, en donde la infraestructura y los maestros no son los mejores. Y por la formación técnica, tecnológica y universitaria de los desmovilizados de la guerrilla.

Y faltan más tareas y problemas. Quienes conocen a Giha saben que no le teme a los retos y para muchos era claro que estaba esperando la oportunidad para ser ministra. Le llegó la hora de demostrar si es capaz de cumplir con tamaño desafío en un gobierno con el sol a sus espaldas.