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"Yo no voy a tapar absolutamente nada"

El director de la Policía , general Jorge Daniel Castro, habla sobre los problemas de corrupción en esa institución y la persecución del cartel del norte del Valle.

8 de febrero de 2004

La semana pasada, SEMANA reveló la escalofriante historia de una mujer que fue secuestrada y torturada por un grupo de la Policía Metropolitana de Bogotá. El escándalo estalló cuando su director, general Jorge Daniel Castro, se encontraba fuera del país en misión oficial. A su regreso, el alto oficial no dudó en destituir a los uniformados. Este es el segundo caso de corrupción que tiene que enfrentar el general Castro desde que se posesionó de director. El primero ocurrió en diciembre del año pasado, cuando el oficial reveló públicamente que gracias a una investigación interna se habían descubierto graves irregularidades en la Policía de Carreteras y destituyó al comandante de esa dependencia y a 69 uniformados más. SEMANA habló con el general Castro sobre estos casos y sus planes para hacerle frente a la corrupción.

SEMANA: ¿Qué tan cierto es que el grupo de policías destituidos por el caso de la mujer torturada eran 'cobradores' de un jefe paramilitar?

Jorge Daniel Castro: Espero que los organismos de contrainteligencia me den los elementos de juicio suficientes. Pero en casos que se han presentado de vinculación con estos grupos de paramilitares se han tomado determinaciones inmediatas y muy radicales. Y ha habido casos en Bogotá y en el Meta y ya se tomaron las medidas.

SEMANA: ¿Cuántos hombres han sido desvinculados por estar 'trabajando' con paramilitares que operan en Bogotá?

J.D.C.: Le voy a dar una cifra aproximada del año pasado, cuando yo era comandante de la Policía de Bogotá, y de este año, ya como director de la Policía, estamos hablando de que han sido destituidos 20 policías.

SEMANA: ¿A qué tipo de actividades concretamente se dedicaban esos policías destituidos?

J.D.C.: Actividades que iban desde dejar pasar algunos vehículos hasta patrocinar irregularidades en las carreteras. Esto lo hemos establecido a través de interceptaciones de llamadas telefónicas, entre otras labores de inteligencia.

SEMANA: ¿Se puede decir que algunos paramilitares están metidos en las entrañas de la Policía?

J.D.C.: No se puede afirmar que estén metidos en las entrañas de la Policía. Han tocado, como han tocado a varios estamentos de la sociedad colombiana y de diferentes organismos a través de la corrupción producto de dineros del narcotráfico. Pero hemos tomado las medidas del caso.

SEMANA: El reciente caso de los policías de la Sijin es el segundo episodio de corrupción que le toca afrontar desde que usted asumió como director. Usted tiene alguna estrategia para enfrentar la corrupción interna?

J.D.C.: Se han hecho algunos convenios muy importantes con diferentes instituciones y estamos trabajando en el tema de los valores y cero tolerancia frente a la corrupción. Además se han adoptado medidas internas para no aceptar la más mínima falta. Se han acogido también las recomendaciones del informe de la comisión especial, en el sentido de fortalecer la inspección general y crear un nuevo reglamento de disciplina más ágil y eficiente, entre otras.

SEMANA: ¿En qué consisten estas medidas internas?

J.D.C.: Son varias estrategias. Primero, la utilización de instrumentos legales para castigar las conductas de corrupción. Esos instrumentos incluyen la aplicación de la medida discrecional que permite desvincular a los policías corruptos, la cual es inmediata y contundente. El nuevo decreto, que salió el año pasado, extendió esa atribución a los comandantes de departamento, con lo cual hay más agilidad en su aplicación. En lo que llevamos de este año son ya 90 policías desvinculados gracias a esta medida. También declaré una emergencia que consiste en darles prioridad a todos los procesos disciplinarios que se están investigando. El objetivo es que en un término corto se evacuen estos procesos. También se están revisando las hojas de vida de todo el personal. No vamos a tolerar un solo caso de corrupción.

SEMANA: ¿No le preocupa que con estos escándalos la gente empiece a tener la percepción de que no se trata de casos aislados sino de un problema generalizado?

J.D.C.: No se puede generalizar y no se puede decir que las 118.000 personas que tiene la institución están involucradas en corrupción. Son cuestiones mínimas, son casos aislados y la misma Policía los ha investigado y los saca a la luz pública. Estamos colaborando con todas las autoridades, especialmente con la Fiscalía y la Procuraduría para investigar esos casos. Sí tengo que aceptar que hay corrupción en pequeños grupos, en focos que son los que estamos permanentemente atacando. Pero la misma revista SEMANA publicó que el 67 por ciento de los colombianos tiene confianza y cree en la Policía. Ese es un buen indicativo que la mayoría de los colombianos sí nos cree.

SEMANA: ¿Ahora la política será destapen, destapen?

J.D.C.: Yo no voy a tapar absolutamente nada. Conozco lo bueno, lo malo y lo feo que tiene la institución. Conozco sus vicios y sus virtudes, de tal manera que estos problemas me duelen, me avergüenzan, pero tengo la entereza de carácter y la autoridad moral suficiente para enfrentarlos y decirle a la opinión pública que eso hay que acabarlo.

SEMANA: Parte de los problemas que enfrenta hoy la Policía es que tiene que perseguir a poderosas mafias con ramificaciones internacionales. ¿Cómo están enfrentando esto?

J.D.C.: Precisamente ahora salgo de viaje con el presidente Alvaro Uribe para Europa porque voy a firmar un convenio en Bruselas de cooperación con la Europol para luchar más eficazmente contra fenómenos de delincuencia internacional como la trata de blancas, el narcotráfico y lavado de activos, el terrorismo y los colombianos ilegales en los países europeos. Colombia es el único país de América Latina que ha firmado este tipo de convenios de lucha contra el crimen.

SEMANA: ¿Es que los narcos colombianos tienen los ojos ahora puestos en Europa?

J.D.C.: No. El mercado principal para la cocaína sigue siendo Estados Unidos. Lo que pasa es que Europa es importante porque un kilo de cocaína allá vale 65.000 dólares, mientras que en Estados Unidos vale 20.000.

SEMANA: ¿Cuántos jefes del narcotráfico se calcula que hay hoy en Colombia?

J.D.C.: Son muchos, pero no voy a divulgar el número. Hay algunos que ya son conocidos como Wilber Varela, Hernando Gómez, alias 'Rasguño' y Diego León Montoya.

SEMANA: ¿Cuál es la prioridad en este momento en la lucha contra el narcotráfico?

J.D.C.: La prioridad es el cartel del norte del Valle. Ya les hemos logrado dar duros golpes como la captura del hermano de 'Don Diego'. La idea es atacar a los nuevos grupos que han surgido que no se pueden denominar como carteles, son emergentes.

SEMANA: ¿Por qué han fallado los operativos para capturar a Diego Montoya?

J.D.C.: No es algo fácil, es una persona que tiene muchos medios para esconderse y mucha gente que lo protege. Pero es inevitable que caiga. Este jueves capturamos a 10 integrantes de la banda Los Bossia, sindicados de múltiples homicidios y que trabajaban para él.

SEMANA: ¿Han entregado los Rodríguez Orejuela información que permita desvertebrar el cartel del norte del Valle?

J.D.C.: No, concretamente a la Policía no nos han dado información.

SEMANA: ¿Cuánta plata están ofreciendo por los jefes del norte del Valle?

J.D.C.: Es un tema que manejamos con la DEA. Las cifras dependen del cabecilla, pero son sumas muy importantes.