la carrera Séptima, antes conocida como la Calle Real por su importancia, fue, junto a la avenida Boyacá, la única vía cuyos indices de movilidad empeoraron tras la entrada en vigencia del Pico y Placa de día completo

BOGOTÁ

Carrera séptima: de Calle Real a caos total

¿Podrá una de las avenidas con mayor congestión y contaminación convertirse en un modelo integrado de transporte público digno y eficiente?

Lorenzo Morales, editor de Semana.com
26 de marzo de 2009

El Distrito busca desesperadamente mostrar avances en la movilidad de la capital colombiana y para ello quiere que las empresas de transporte público que circulan por la carrera séptima inicien un plan de reestructuración de rutas y servicio por esta emblemática y hoy caótica avenida del oriente de Bogotá.

De acuerdo con la última medición que hizo la Secretaría de Movilidad para evaluar los efectos del Pico y Placa extendido, la carrera Séptima, antes conocida como la Calle Real por su importancia, fue, junto a la avenida Boyacá, la única vía cuyos indices de movilidad empeoraron. Según la medición, la velocidad promedio se redujo en 8 por ciento, mientras en otras vías hubo aumento hasta de un 30 por ciento.

Hoy el promedio de velocidad de la carrera séptima es de 13,6 kilómetros por hora, de acuerdo con una medición no científica hecha por el representante Simón Gaviria mientras que en 2007 era de 18,2 por ciento, de acuerdo con las cifras del Observatorio de Movilidad de Bogotá.

¿A qué le apuesta la Alcaldía de Samuel Moreno para salvar este neurálgico corredor vial que conecta el sur con el norte en un tramo de veinte kilómetros y sobre el cual se mueven a diario cerca de 20.000 pasajeros?

“Se trata de un operativo de concertación como nunca se ha visto en esta ciudad y el primer laboratorio para luego expandirlo a otras vías”, dijo a Semana.com el Sub Secretario de Movilidad, Carlos José Herrera, quien ha estado a cargo de las conversaciones con las 41 empresas de buses que circulan por la carrera séptima.

El primer objetivo del plan es sacar de la vía cerca de 1.500 buses, busetas y colectivos de los 5.800 que hoy circulan  por esta avenida y reducir las cerca de 170 rutas que usan esta vía.

“Vamos a crear un nuevo modelo de transporte por esa avenida, sin acabar con las empresas”, dijo Marco Tulio Gutiérrez, presidente de Conaltur, el gremio de los transportadores de servicio público de la ciudad y su vocero en los diálogos con el Distrito.

Para Gutiérrez las empresas que no cambien no van a poder competir en el nuevo esquema y dijo que muchos empresarios del transporte entienden la urgencia de prestar un servicio eficiente y respetuoso del usuario.

“Hay que hacerle entender a los transportadores que circulan por esta arteria que la torta es toda la ciudad y no un solo recorrido. Algunas rutas van a  tener que moverse a muchas de las áreas que hoy están desatendidas por el servicio público de buses”, recalcó Gutiérrrez.

Además de la reorganización de las rutas y la salida de buses, el plan aún en discusión prevé 1) crear un carril único para buses; 2) un sistema que sólo le permite al bus abrir las puertas en paraderos; 3) la unificación del recaudo, através de la venta de tiquetes en múltiples puntos de la ciudad; y 4) la identificación plena y el uso de uniformes por parte de los conductores.

Aunque algunos dueños de empresa aún se resisten al cambio, otros creen que modernizar el sistema les puede generar más ganancias.

“Hoy en día la plata pasa por muchas manos” dice Ramiro Rivera, gerente de Ucolbus una empresa de 300 buses en toda la ciudad y 80 por la carrera séptima.

El actual sistema de pagarle directamente en plata al conductor es vulnerable a la corrupción y el robo. Según cálculos de las empresas, cerca del 40 por ciento del recaudo de un bus no llega a manos del empresario.

La compra de una tarjeta como tiquete para abordar el bus podría solucionar este tema.  

“Esta tarjeta incluso podría permitirle al pasajero, dentro de un lapso de máximo 15 minutos, hacer un trasbordo a otra ruta, sin pagar un nuevo pasaje”, explicó Rivera.

Otro de los temas que están en discusión entre el Distrito y los transportadores es crear un sistema de adminsitración de rutas para la séptima. Con esto esperan que el despacho de buses se haga de manera centralizada, ordenada y de acuerdo a la demanda que haya de servicio.

“La idea es que no haya ‘calibradores’ humanos entorpeciendo el tráfico sino un sistema integrado de despacho”, explicó el sub Secretario Herrera.

“El Distrito no debe darle más largas a la organización de las rutas en la séptima. Y debe hacerlo cuanto antes porque cuando empiecen las obras, la avenida va a terminar de colapsar”, dijo Gaviria quien ha denunciado el caos del transporte y ha hecho mediciones sobre el tiempo que tardan los bogotanos en realizar sus desplazamientos por la ciudad. “Nos va a rendir más a pie que en bus”.

El llamado del Distrito a los transportadores para concertar soluciones apunta en la dirección correcta, sin embargo la historia muestra que sin planes concretos, voluntad política y autoridad para hacerlos cumplir, no se ha llegado lejos en este tema.

La resistencia a la creación de Transmilenio y la constante presión para evitar que éste avance demuestran la dificultad que existe para meter a estas empresas en cintura.

La presión de la justicia
El pasado martes, el Tribunal Administrativo de Cundinamarca le dió un plazo de cuatro meses al Distrito para poner en práctica la Sistema Integrado de Transporte Público (SITP), el cual estaba previsto que entrara en funcionamiento en agosto de 2007.

El SITP pretende que todo el transporte público de la capital -Transmilenio, buses, busetas, colectivos y taxis- se integren bajo un solo sistema de administración del transporte. El SITP prevé también la unificación de tarifas, la redistribución y racionalización de rutas, y el uso de un solo tiquete para abordar distintos servicios de tranporte.

"Se infiere una clara y evidente falta de planeación e incluso de falta de voluntad política de la administración", dice el fallo del Tribunal. Hasta la fecha no están definidos ni diseños ni planes de implementación.

De acuerdo con el actual Secretario de Movilidad , Fernando Álvarez a la implementación de SITP  será gradual y no podrá cumplirse de forma definitiva el plan en los 4 meses que obliga el tribunal.

“La Secretaría de Movilidad se compromete a culminar las acciones y procesos ya emprendidos, pero es importante aclarar que en este lapso no se realizará la implementación total del SITP”, dijo Alvarez el pasado miércoles, en respuesta al fallo perentorio del Tribunal.