Investigación dice que resultados universitarios son producto de relaciones con el mercado

Algunas universidades de América Latina generan resultados de acuerdo con la relación que mantienen con diferentes sectores del mercado capitalista.

Unimedios / Universidad Nacional de Colombia
10 de marzo de 2010

Según la investigación sobre Autonomía y Legitimidad de la Educación Superior en América Latina, adelantada por el Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (Iepri) de la Universidad Nacional, en algunas instituciones se han modificado las relaciones con el entorno. “Se ha pasado de universidades muy encerradas a otras que buscan, tienen o quieren tener relaciones muy estrechas e intensas con el mercado”, aseguró Gabriel Misas Arango, director del Iepri y de este proyecto.

De acuerdo con el planteamiento del profesor, este cambio origina, “un ambiente pernicioso que hace que el mercado empiece a influenciar de manera decisiva en el quehacer universitario, las carreras de demanda, las líneas de investigación, etc. lo que confunde la lógica académica –que se construye a partir del conocimiento y capital simbólico– con la lógica mercantil que busca la acumulación de capital económico, y estas son dos cosas muy diferentes”.

El director del proyecto además agrega que la universidad “debe tener relaciones con todos los actores sociales pero también debe conservar su independencia y especificidad; las instituciones no pueden desadaptarse del entorno pero una sobre adaptación a este les hace perder sus características esenciales y los principios de la cultura académica que son la verdad sobre su utilidad y la ética del conocimiento. Estos elementos no pueden ser subsumidos por la obtención de otros beneficios”.

El estudio reúne cinco de las grandes instituciones públicas de la región: Universidad de Sao Paulo (Brasil), Universidad de Chile, Universidad de Buenos Aires (Argentina), UNAM (México) y la Universidad Nacional (Colombia) y tiene como objetivo mirar qué ha pasado en los últimos 20 años en tres ejes fundamentales: autonomía de las universidades; legitimidad frente a los distintos actores sociales de sus países, y cómo, de acuerdo a los dos ejes anteriores, se afecta la gobernabilidad de estas instituciones.

Aunque la investigación no ha terminado, el estudio demostró que el sistema de financiamiento en algunos centros de educación, como la Universidad de Chile, tiene ingresos externos, distintos al Estado, que superan el 30 por ciento de sus ingresos “lo cual genera una tensión muy grande porque los resultados que de allí se derivan son producto de estas relaciones, dependen de este tipo de financiación y por lo tanto pueden afectar los ingresos y, por ende, el funcionamiento de la universidad”, señaló Misas.

En el caso de la Universidad Nacional se demostró que esta dependencia externa no supera el cinco por ciento de los ingresos netos de la institución, lo cual permite mantener la independencia de los resultados que aquí se producen.

Más financiación, mayor desarrollo

Otro de los resultados que hasta el momento ha arrojado el estudio revela que hay una gran diferencia entre las universidades mejor financiadas, como la de Brasil y en menor medida México, porque son países que le están aportando en gran medida al desarrollo científico, tecnológico y a la innovación, y que le dan un enorme espacio y prioridad al financiamiento de la universidad, comparados con Colombia o Argentina que tienen menos gasto público en educación superior y por lo tanto no le están apostando a ese proceso ni al desarrollo científico y tecnológico de sus países.

“En Colombia hacen falta más recursos para invertir en todo lo que tiene que ver con educación superior para fortalecer, por ejemplo, los programas de investigación, maestrías y doctorados ya que hacen falta incentivos e iniciativas para fortalecer el desarrollo en ciencia y tecnología y además, el país tiene la formación doctoral más joven de América Latina; mientras en otros países iniciaron los doctorados alrededor de la década del 50, acá iniciamos en el 90”, concluyó el profesor Gabriel Misas.