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CONSULTA VERDE
“Ratificaré al equipo negociador del proceso de paz en La Habana”
Entrevista con Enrique Peñalosa, el hombre que gana la consulta verde y busca la presidencia de la República
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Tuvieron que pasar 18 años para que Enrique Peñalosa volviera a saborear el triunfo en unas elecciones. Tras cuatro intentos fallidos (en los que buscó llegar al Congreso, la Presidencia y dos veces la Alcaldía de Bogotá) este domingo se impuso en la consulta de la Alianza Verde y consiguió hacerse con el aval de este partido para ser candidato presidencial. Su nuevo objetivo, superar la primera vuelta el próximo 25 de mayo.
En su primera entrevista como candidato presidencial, Peñalosa dice que su proyecto no se reducirá exclusivamente a la Alianza Verde, que no hará pactos o alianzas políticas con otras fuerzas, pero no le cierra las puertas a un apoyo del sector del expresidente Álvaro Uribe. “Nuestro proyecto no será excluyente”.
Aunque admite que no es un buen candidato, sus credenciales como gobernante son las que piensa exponer para ganarse los votos que lo lleven a una segunda vuelta. Anticipa que de ser presidente su relación con el Congreso no será a punta de mermelada y que, en caso extremo, impulsará las reformas directamente con los ciudadanos, vía referendo.
SEMANA: Usted sigue siendo la piedra de la discordia en la Alianza Verde. ¿Ahora espera tener el respaldo de todo el partido?
Enrique Peñalosa: Estoy seguro de que la inmensa mayoría de mi partido va a acompañarnos. Ahora que estamos en un proceso de paz, los líderes somos los que debemos dar ejemplo y tener unas relaciones constructivas. Tenemos más cosas que nos unen, como una forma distinta de hacer, luchar por la igualdad, la educación para todos y el medioambiente. Pero yo no voy a ser el presidente de los que votaron por la Alianza Verde. Voy a ser el presidente de todos los colombianos, de los que votaron liberal, de los que votaron por Uribe, de los que votaron conservador, de los que votaron en blanco, de los que no votaron. Nuestro proyecto es unir a todos los colombianos.
SEMANA: ¿A la luz de los resultados, cree que se puede revivir la ola verde de hace cuatro años?
E. P.: Estoy convencido que en Colombia hay un profundo malestar que se expresó en la ola verde y ahora se expresa en el voto en blanco. Los ciudadanos rechazan la política tradicional, la política de la mermelada, rechazan que al gobierno solo vayan los recomendados políticos y no los preparados. El verde sigue representando para los ciudadanos una política distinta, más allá de las discusiones. No puedo anticipar y ponerme de triunfalista cuando el presidente nos triplica, pero lo cierto es que representamos algo muy distinto en la manera de hacer política y en la forma de gobernar.
SEMANA: ¿Si llega a pasar a la segunda vuelta, buscaría o aceptaría el apoyo de Álvaro Uribe?
E. P.: Necesitamos unir a todos los colombianos, sin exclusiones pero sin alianzas politiqueras. Lo que los colombianos reclaman es algo que esté por fuera de las alianzas de partidos y que más bien represente un gran movimiento ciudadano.
SEMANA: Pero, ¿se volvería a subir en una tarima con Uribe?
E. P.: Qué curioso, todos los demás candidatos fueron ministros de Uribe, a mí me ofreció ser ministro varias veces y no acepté, pero es a mí al que me tildan de uribista solo porque el expresidente dijo que votaría por mí a la Alcaldía. Insisto, Uribe entregó un mejor país que el que recibió, pero sigo diciendo que este proyecto es amplio, ciudadano, donde tenemos que estar los de la Alianza Verde, los del Polo, los liberales, ciudadanos de todas las vertientes, los sin partido, los que están votando en blanco. Con ellos es con los que vamos a llegar a la presidencia.
SEMANA: ¿Por qué usted sí es una alternativa frente al resto de candidatos?
E. P.: Los demás candidatos son buenos, serios, técnicos y honestos, pero no tienen una visión distinta de lo que debe ser la sociedad. Le daremos prioridad a hacer ciudades distintas porque cuando uno hace ciudades lo que hace es maneras de vivir. Vamos a transformar las ciudades del pacifico colombiano, Buenaventura, Tumaco, Quibdó. Los otros gobernarán de manera seria, pero aquí se trata de hacer una vida totalmente distinta. Nuestra política no se basará en mermelada y eso lo digo porque ya lo he hecho toda la vida. En Bogotá goberné con gente preparada como Carolina Barco, María Consuelo Araújo, Cecilia María Vélez, Gabriel Vallejo, Guillermo Gaviria o Luis Alfonso Hoyos, que después terminaron de ministros o estrellas del sector público y privado.
SEMANA: ¿Cree que es imposible derrotar a un presidente candidato?
E. P.: En el mundo entero es difícil derrotarlos porque tienen toda la maquinaria, toda la mermelada, tienen los helicópteros, los aviones. Pero las elecciones presidenciales son las de menos maquinaria y las de más opinión. En esta elección es el ciudadano el que discute qué es lo que quiere y el que decide. Es esta una posibilidad muy interesante. Ofrecemos garantía de resultados, esto no es una aventura. He demostrado resultados y represento un cambio muy fuerte a lo que hay.
SEMANA: ¿Qué opina del fenómeno del voto en blanco de cara a las presidenciales?
E. P.: En la medida en que los votantes en blanco nos conozcan van a saber que es mucho más efectivo protestar votando por nosotros que votar en blanco.
SEMANA: ¿Por qué no se debe reelegir a Santos?
E. P.: Porque ha gobernado con mermelada y el gobierno dice que eso es lo que siempre se ha hecho. Habrá una diferencia total en las relaciones con los congresistas. Peñalosa no va a buscar ser simpático sino a tomar decisiones responsables, así sean difíciles. Prefiero estar revisando las obras en el Chocó o en la Línea que estar en alguna misión internacional. Ya demostré que estoy dispuesto a dar batallas y asumir costos. Pasaron cuatro años de Juan Manuel Santos y no hay reforma a la salud, ni nada distinto en Buenaventura, Tumaco, Quibdó o los barrios populares de las grandes ciudades. Cuando termine Enrique Peñalosa, las ciudades colombianas van a estar convertidas en un ejemplo internacional. No vamos simplemente a regalar casas con criterios políticos sino que vamos a hacer ciudades. Vamos a hacer una reforma urbana.
SEMANA: ¿Y cómo pretende gobernar con un Congreso poco renovado y que representa a la política tradicional?
E. P.: Buscaré trabajar con el Congreso de manera constructiva, respetuosa, con argumentos. Pero si llega la necesidad extrema estoy listo a llevar las grandes reformas a los mismos ciudadanos por la vía del referendo o las consultas populares.
SEMANA: ¿Qué continuaría del gobierno Santos?
E. P.: Me comprometo a continuar el proceso de paz. Ratificaré al equipo negociador porque me parece idóneo y responsable y no les vamos a dar ninguna disculpa a las FARC para demorar todavía el proceso. La paz debe ser un asunto de Estado y aprovechada políticamente en una campaña. El manejo macroeconómico ha sido serio, responsable. Pero sí creo que no podemos hacer tratados de libre comercio sin una política agrícola e industrial.
SEMANA: ¿Si llega a ser presidente promovería acabar con la reelección o la dejaría para aspirar a un segundo mandato?
E. P.: Siempre apoyé la reelección. Critiqué que no fuera extensiva para alcaldes y gobernadores. Pero lo que he visto es que la reelección ha llevado a que los presidentes se preocupen demasiado por su popularidad y dejen de tomar muchas decisiones difíciles que son necesarias para arreglar los problemas del país. Me gusta la idea de tener periodos de cinco años, sin reelección, pero no haciendo estas jugadas políticas de cambiar el periodo de los actuales alcaldes. Ninguna democracia seria cambia las reglas electorales para la elección siguiente.
SEMANA: ¿Cómo califica el actual sistema político?
E. P.: Cerrado. La Unidad Nacional hizo esfuerzos para que desaparecieran el Polo y el Partido Verde y se quedaran solo cuatro partidos, que iban a operar como un partido único de la Unidad Nacional, como sucedió en la Unión Soviética. Ellos se iban a repartir la Presidencia, que por ahora ocupa Juan Manuel Santos. Ya sabían que el siguiente iba a ser Vargas Lleras y que después vendría Simón Gaviria. Lo que no se imaginaban era que iban a surgir nuevos partidos, que iba a subsistir el Polo, que se iba a fortalecer el Verde y que iba a aparecer el partido de Uribe. Ellos calcularon que iba a haber un partido único que iba a controlar todo.
SEMANA: ¿Qué reformas pretende impulsar para cambiar este sistema?
E. P.: Primero debe ser posible ser elegido sin partido, no debería haber umbral para edil, concejal e incluso congresista. Los congresistas deberían tener dos periodos, para que más gente participe en la política. Que los congresistas puedan ser ministros. Hay que acabar con la circunscripción nacional de Senado.
SEMANA: Usted ha perdido más elecciones de las que ha ganado. ¿Por qué cree que en estas sí puede ser su oportunidad?
E. P.: No soy un buen candidato, soy buen gobernante. Creo que los ciudadanos tienen claro y sienten la necesidad de tener a alguien que, aunque no sea un buen político, realmente les mejore la vida, que esté pensando más en lo que hay que hacer. No digo las mentiras que dicen los políticos, prometen una cantidad de cosas que son mentiras o toman decisiones que no son técnicas ni responsables. En eso soy mal político. Felizmente en esta ocasión los candidatos con los que me enfrento son personas técnicas y responsables, no populistas locos.
SEMANA: ¿Quiere decir que en la última elección que participó, la de Bogotá, fue derrotado por un populista loco?
E. P.: Yo no dije eso, pero claramente Petro hizo miles de promesas que no ha cumplido. Promesas incluso hechas después de ser alcalde, ni siquiera como candidato. Pero no entremos en detalles porque a mí me interesa el futuro, no el pasado.
SEMANA: La crisis de Bogotá ha entrado al debate presidencial. ¿Qué manejo le dará desde el gobierno a la capital?
E. P.: Tengo desacuerdos profundos con la administración de Gustavo Petro en lo técnico, en la visión de lo que debe ser la ciudad, en la gerencia, pero también he dicho que no me gusta que a un alcalde elegido se lo destituya y menos que se le inhabilite sin que haya problemas de corrupción. Lo que me interesa es que la situación se defina de una manera o de otra. No hay ningún otro candidato que conozca y que quiera a Bogotá como la quiero yo. Lo que me interesa es que salga elegido un buen alcalde con el que podamos hacer un gran equipo para sacar adelante la ciudad.
SEMANA: Usted fue el padre de TransMilenio, un sistema que parece haber colapsado. ¿Cree que le echarán en cara en la campaña ese tema?
E. P.: Coincidencialmente cada vez que soy candidato hay protestas contra TransMilenio, muy bien organizadas. Yo coincido con los usuarios en que el sistema podría estar mucho mejor. Ha habido mala gerencia, es el resultado del manejo político y no de buena gerencia. Pero no nos engañemos, con o sin metro, en los próximos 50 y aún 100 años, más del 90 % del transporte masivo en las ciudades colombianas se hará en buses, aun si se hacen líneas de metro.
SEMANA: Santos empezó campaña en Bogotá y ya se comprometió con el metro, ¿usted también se comprometerá con el metro?
E. P.: Creo que hay que hacer el metro, entre otras no me gusta el trazado actual. El que hay hoy subterráneo cuesta mucho y no necesariamente es la mejor ruta. La primera ruta en Bogotá habría que hacerla encima de la Caracas, un metro elevado, Caracas-Autopista, continuando por la línea del ferrocarril. En lugar de costar 250 millones de dólares kilómetro, costaría 50 millones de dólares con menos imprevistos. Y eso no implica sustituir a TransMilenio. Lo que pasa es que hoy, aun si hubiera un metro en la Caracas, ese metro estaría colapsado también porque TransMilenio está movilizando más que todos los metros del mundo. Lo que pasa es que está creciendo mucho la demanda.
SEMANA: ¿Quién será su fórmula vicepresidencial?
E. P.: No la tenga definida. Me gustaría una mujer que representara una región distinta del país que Bogotá.
SEMANA: ¿Cómo quiere ser recordado si llega ser presidente?
E. P.: Un presidente que integró a Colombia con nuestro mundo y nuestro tiempo, con transformaciones profundas en la manera a de vivir y en los valores de los ciudadanos.
SEMANA: Si no pasa la segunda vuelta, ¿por quién llamaría a votar?
E. P.: Habría que ver cuál es la posición del partido, respetaría la decisión.