Hasta hace muy pocas semanas, Enrique Peñalosa (izq.) y Gustavo Petro (der.) eran como el agua y el aceite. | Foto: Archivo SEMANA

POLÍTICA

Peñalosa y Petro se acercan tímidamente

¿El aspirante a la Presidencia y el destituido alcalde de Bogotá empiezan a romper el hielo que los separaba? Análisis de Semana.com

Armando Neira
20 de marzo de 2014

Las últimas horas han sido extrañas para Enrique Peñalosa. Después de disfrutar con placidez los resultados de dos encuestas que lo daban como ganador de la Presidencia, apareció una tercera en la que, como él dice, lo “desapareció”. Más trascendental, sin embargo, es cómo ha ido viendo desde la barrera la salida del alcalde mayor de Bogotá, Gustavo Petro. Un hecho que inevitablemente tocará su campaña.

En estricto rigor, la nueva encuesta no lo ‘desapareció’. Lo que ocurre es que en esta no pasa a segunda vuelta como las que se divulgaron el domingo y el lunes. En esta, conocida este jueves, la intención de voto por el candidato-presidente, Juan Manuel Santos, bajó más de 2 puntos porcentuales, mientras que la de sus cuatro rivales subió. Según el sondeo de la firma Invamer Gallup para un grupo de medios, Santos tiene una intención de voto del 32,5 %, mientras que en febrero contaba con el 34,7 %.

En segundo lugar se situó el candidato uribista, Óscar Iván Zuluaga, con el 15,6 %, 4,8 % más que en febrero (10,8 %), según el mismo sondeo. El candidato de la Alianza Verde obtuvo el tercer puesto en la encuesta, con el 11,3 %, frente al 8,6 % que tenía el mes pasado, también según el mismo sondeo. Peñalosa se muestra irónico, aunque lo cierto es que bien podría sentirse satisfecho porque creció un par de puntos.

La verdad es que ninguna encuesta se puede comparar con otra distinta. Cada una tiene una metodología diferente, un trabajo de campo distinto y un escenario dispar en la recolección de la información. Lo vital de las encuestas son las tendencias de cada una. Y en esta Santos, en la intención del voto, empieza a declinar, al contrario de Peñalosa, que continúa en ascenso. Es decir, los números le sonríen a Peñalosa.

En pocas horas se conocerán los resultados de la Gran Encuesta de RCN Radio, RCN Televisión, La FM y SEMANA, que seguramente también diferirán de las tres encuestas que, en los últimos cinco días, se han conocido en Colombia. Y Peñalosa, como los demás candidatos, puede sólo compararla con la Gran Encuesta pasada para saber sus tendencias.

Peñalosa, sin embargo, por ahora tiene un desafío más trascendental. Aunque los políticos dicen que apenas miran las encuestas de reojo, él sí debería, por ahora, hacer esto. Se trata de las consecuencias en la Alianza Verde de la salida de Petro de la Alcaldía y, lo más importante, qué camino va a tomar tras su salida del Palacio Liévano. Su decisión influirá en el electorado verde sin lugar a dudas.

Hasta hace muy pocas semanas, Peñalosa y Petro eran como el agua y el aceite. No podían ser más distintos en origen, mundo e ideario político. “¿Y cómo ve el tema en Bogotá, con lo que propone Petro?”, le preguntó en alguna ocasión la revista Dinero a Peñalosa. “Esa política es una mentira de Petro porque a la larga no se va terminar haciendo nada”.

También, en su cuenta de Twitter, Peñalosa sacudió en su momento a Petro: “Ahora vienen con que problemas del alcalde Petro es por implementar modelo de izquierda: no es izquierda, es simple chambonada y falta de gerencia”. De la otra orilla, el palo también era bestial. “¿Qué autoridad tiene Peñalosa para hablar del futuro de la ciudad cuando él tiene en su campaña varios concejales que están implicados en el sonado escándalo de corrupción del carrusel de la contratación?”, se preguntó Petro cuando ambos disputaban la Alcaldía.

Desde entonces ha corrido mucha agua. Petro, en el momento más crítico por su inminente destitución, fue el primero en bajarle el tono a la confrontación en un llamado público a sus seguidores, a través también de Twitter, para que dejaran en paz a Peñalosa. Ahora este también ha respondido con cortesía. “Aunque he sido crítico de la gestión de Petro, no me alegra su destitución”, dijo este miércoles antes del emotivo y final discurso de Petro desde la Plaza de Bolívar. Y ya este jueves, con la noticia más decantada, escribió: “No es democrático que a un líder como Petro le quiten los derechos políticos sin que haya habido corrupción o fallo de un juez”. Es una frase que bien podría atribuírsele a cualquiera de los militantes verdes que no pueden ni ver a Peñalosa.

Para algunos puede ser una frase de elemental cortesía con un hombre al que le han declarado la muerte política para los próximos 15 años. Para otros, es un paso, tímido y cortico, que muestra que ambos dirigentes empiezan a dar pasos en la misma dirección.

Para Peñalosa es de enorme importancia acercarse a Petro porque si bien el procurador general de la Nación, Alejandro Ordóñez, en un hecho absolutamente desproporcionado lo inhabilitó casi por el resto de su vida, también es verdad que el recién salido alcalde tiene una enorme capacidad de movilización política, como lo ha demostrado hasta ahora. Y eso, a sólo nueve semanas de la elecciones cuenta mucho.