Por primera vez un presidente de Colombia llegó al remoto Andagoya, una población enclavada en el corazón de Chocó.Hasta allí fue Juan Manuel Santos, este lunes, para dar posesión al nuevo ministro del Medio Ambiente y Desarrollo, Luis Gilberto Murillo, oriundo de esa región del país, y con ello cumplió con su gesto de dar más juego a las regiones en su gabinete.Allá, le mandatario fue recibido con una calle de honor que le prepararon los habitantes de ese municipio.Después del recibimiento, el presidente tomó la vocería y presentó a Murillo como ministro. Santos aseguró que esa cartera será una de las más importantes, pues tendrán como principal reto -entre otras cosas- combatir la minería ilegal. Además, tenemos que cumplir con lo prometido en la Cumbre de París, como reducir el 20 % de las emisiones de gases por efecto invernadero (...) Debemos evitar la deforestación, dijo. Y agregó que no permitirá más ríos contaminados con Mercurio. Si no protegemos nuestros ríos, van a desaparecer. Y enfatizó: Para mí es un honor haberlo posesionado aquí en su región, Luis Gilberto. (...) Usted tendrá todo mi apoyo. Si usted es exitoso, el Chocó será exitoso y Colombia será exitosa.Pero de Andagoya poco se sabe. Es un municipio que tiene una marcada historia con los recursos mineros y que, según sus habitantes, fue saqueado por unas compañías que burlaron las leyes y se llevaron el oro y el platino de la región. Se trata de la empresa Chocó Pacífico, que junto con las compañías Minera de Nariño S. A., la Frontino Gold Mines Limited y la Consolidated Gold Dredging Limited, crearon un emporio y se apropiaron de esas terrenos desde 1916, aproximadamente.Hubo despojo, miseria y segregación. Mientras los gringos crearon su pequeña ciudadela, opulenta y lujosa, los nativos fueron despojados de su municipio y vivieron al otro lado del río Andagoyita. Sin más opciones, les tocó crear un pequeño caserío en donde la pobreza era la única que reinaba.“Un emporio que mientras miles de chocoanos se morían de hambre en miserables casuchas sobre los cascotes de piedras, sus accionistas con las ganancias del oro y el platino del Chocó regalaron la construcción del Yankee Stadium a Nueva York. Un conglomerado que fue el principal beneficiario de la más grande bonanza platinífera en la historia colombiana, entre 1916 y 1930, cuando Colombia fue el primer productor mundial de platino.”, escribió el chocoano José Mosquera en una columna de opinión. Y es que cuando se vuela sobre la selva chocoana, los matices verdes de los árboles se ven empañados por parches cafés y sin gracia que dejó la extracción minera. Una imagen que es la prueba irrefutable del saqueo que este departamento ha vivido.En ese municipio del Medio San Juan ya no hay divisiones. No hay personas intentando implementar una especie de apartheid, como lo hicieron allí los estadounidenses.Según contó a Semana.com Raúl Martínez, miembro de la Defensa Civil de ese municipio, hace más de 25 años los gringos se fueron del municipio.“El río era el que dividía a Andogoya de Andagoyita (la de los extranjeros). Pero ya no hay divisiones. Somos un mismo pueblo. Aunque en un lado haya más nativos que en el otro, todos somos iguales”, dijo Raúl.El único recuerdo que queda de los gringos son las casas, que eran hechas con maderas como el lirio, chachajo, jigua negro, nispero o guayacán negro. Ahora, el municipio se ha ido reinventando y los nuevos hogares se reconocen por sus estructuras en cemento. Sin duda alguna, Andagoya tomará protagonismo. No solo por ser la tierra del nuevo ministro de Ambiente y Desarrollo, sino también porque es el ejemplo de lo que no puede volver a ocurrir en Colombia.