:quality(80)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/semana/Y45Q5OGWTBDDNBKGVBQEQ3ELPQ.jpg)
judicial
La escalofriante historia de un conductor de Uber que terminó liderando una peligrosa banda criminal de tráfico de extranjeros
SEMANA revela audios sobre cómo delinquía una organización de tráfico de extranjeros, que habría terminado siendo liderada por un exconductor de una plataforma de transporte. Las autoridades calculan que 1.500 migrantes habrían sido explotados por ese grupo.
Encuentra aquí lo último en Semana
“Angustia”: Vidente Ayda Valencia habla sobre los últimos minutos de vida de Mauricio Leal y su madre
Atención: desaparece un helicóptero del Ejército de Guyana cerca de la frontera con Venezuela
Estas serían las hipótesis de la muerte de mujer que aceptó cita a ciegas en redes y apareció sepultada en el Cauca
“Quería saber cómo estaba el muchacho, es que no he podido ir y ahoritica llegaban cinco muchachos más, pero parece que hubo un problemita por allá en el viaje, pues usted me entenderá, para no explicarte por celular”. Esta conversación forma parte del material probatorio que las autoridades tienen contra Juan Camilo Rubio Nieto, quien se convirtió en el primer colombiano extraditado por el delito de tráfico de migrantes y quien empezó en este negocio siendo conductor de Uber.

Este personaje, aseguran los investigadores, formaba parte, al parecer, de una de las redes de tráfico de migrantes más grandes del país y que se dedicaba a obtener beneficios económicos aprovechándose de los extranjeros irregulares que utilizan Colombia como ruta de tránsito para llegar a los Estados Unidos.
Sus víctimas eran por lo general migrantes de Nepal, Bangladesh, africanos y musulmanes, quienes consideraban que en sus lugares de origen no había futuro y por eso decidían coger maletas apenas con lo necesario para iniciar un recorrido incierto, exponiendo sus vidas y las de sus familiares con la única finalidad de lograr el sueño americano.
Luego de duros meses de viaje desde sus países de origen, que los obligaban a cruzar de continente a continente, tomar camino por trochas y pasar de un bus a otro, los migrantes llegaban a Ecuador, en donde ya tenían los contactos con la organización de la que, al parecer, formaba parte Rubio Nieto, alias Javier, quien contaba con toda la logística para ingresarlos a Colombia por trochas ilegales.
:quality(80)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/semana/ZJM55SF2YBGHLGMJSYCZNY3YY4.jpg)
Javier, aseguran las autoridades, conservaba los contactos de transporte, hospedaje y alimentación, servicios por los que cobraba entre 5.000 y 7.000 dólares, dinero que incluía recogerlos en zona de frontera con Ecuador y llevarlos hasta Urabá para que cruzaran a pie hacia Panamá por el azaroso Tapón del Darién.
En una de las conversaciones de Javier con uno de los conductores de la red, a la que tuvo acceso SEMANA, se escucha cuando le dice a su cómplice: “Hágale tranquilo, papi, usted no se preocupe por el trabajo del día, no se preocupe que eso lo cuadramos, lo importante es que usted esté bien, papi, porque ellos se pueden quedar, lo importante es que usted esté bien”.
El audio hace referencia a un momento en el que casi los descubre la Policía movilizando migrantes y por poco tienen que dejar a los extranjeros abandonados a su suerte. En otro audio obtenido por SEMANA, hablan Javier y el Africano, líder de la organización, quien también ya fue capturado. Los dos hacen referencia a que no les han pagado un dinero.
El Africano: Este man, no sé qué pasó.
Camilo: No las mandó.
E.A.: No, nada, nada.
C.: Puro cuento.
E.A.: Cuento, cuento. Igual, si no me manda completo no podemos mandar, porque mire, sin plata.
La investigación de la Policía reveló que la organización del Africano y de alias Javier movió cerca de 1.500 migrantes de manera irregular por el territorio nacional, como quedó en evidencia en este otro audio.
Ana (integrante de la red): Hola.
Camilo (alias Javier): ¿Cómo está?
C.: Hola, Anita, ¿cómo me le va? ¿Está ocupadita?
A.: No, papi, hágale tranquilo, dígame.
C.: Parece que hubo un problemita por allá en el viaje, entonces los tuvieron que dejar por allá en el camino, pues usted me entenderá, para no explicarte por celular.
A.: Sí, sí, sí, y entonces pues yo no le he dado desayuno, porque como es que usted pidió mucha fruta para él, no, entonces me imagino que todavía tendrá. Es que tiene la puerta cerrada.
C.: Pues comprémosle más frutica. Comprémosle banano, manzanas, mango y leche.
:quality(80)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/semana/E674RNI6NJE33EGWCLBPLOIHFA.jpg)
En otro renglón de la conversación, Javier y Ana hablan del hospedaje de los migrantes:
Camilo: Entonces ya en un ratico le llevo lo de la habitación de ayer y de hoy. ¿A qué horas fue el ingreso de él ayer?
Ana: A las dos de la tarde.
C.: O sea que le estoy debiendo lo de las dos de ayer, y lo de las dos de hoy a mañana. O sea, 100.000 pesos.
Para mover los volúmenes grandes de migrantes sin ningún problema, por trochas o pasos ilegales como la frontera con Ecuador o por la región del Urabá, la red le tenía que pagar al Clan del Golfo, que se encuentra negociando con el Gobierno la paz total, un promedio de 150 a 200 dólares por extranjero.
“Javier era la persona encargada de coordinar los líderes en las principales ciudades de cada departamento, como en Ipiales, Cali, Medellín y Urabá”, le dijo un investigador de la Policía a SEMANA. En ese orden de ideas, dijo, el rol consistía en ubicar transporte, alimentación y hospedaje, y cobrar el dinero por toda la logística.
Para demostrar el papel de Javier o Camilo ante un juez, la Fiscalía presentó esta otra interceptación en la que habla con otros integrantes de la red sobre la logística para el “trasteo” de migrantes: “Yo trato de hacer todo lo posible para pasar ahora más ratico y llevarte la plata del hotel de ayer y de hoy, porque yo te estoy debiendo lo de ayer y lo de hoy, ¿sí o no?, y lo de los otros dos muchachos”.
Sus inicios
Javier Camilo Rubio, de 35 años de edad, de acuerdo con la investigación, antes de convertirse supuestamente en uno de los hombres más importantes de la red, era un humilde conductor de una popular aplicación que ofrece servicios de transporte público. Todo parece apuntar a que, en medio de su trabajo diario como chofer, conoció a alias el Africano, a quien le comenzó a hacer traslados de migrantes, sin saber lo que estaba haciendo, pero con el tiempo forjó una cercanía de confianza con el extranjero, como quedó al descubierto en este otro audio obtenido por SEMANA.
:quality(80)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/semana/AR3WBPWU3FCULDYBATRVZ73MDE.jpg)
Camilo: ¿Qué hubo, muñeco viejo?
El Africano: Todo bien. ¿Llegaron las dos?
C.: Sí, papi, ya llegaron, ahoritica, como hace media hora, ya deben salir para allá, para llevarles la comida, ya los dejaron ahí y los otros dos se van a las 11 de la noche.
E.A.: ¿Carlos y el de la otra, no?
C: Sí, los que llegaron primero.
E.A.: Sí.
C.: Esos se van a las 11 de la noche.
E.A.: Ah, bueno.
Tras obtener el material probatorio en contra de la estructura delincuencial, las autoridades colombianas y ecuatorianas realizaron operaciones simultáneas en Ipiales, Pasto, Cali, Medellín, Turbo, Barranquilla, Cúcuta y Ecuador, capturaron 31 personas. Sin embargo, Camilo, o Javier, se había volado, y se supo que su destino había sido Chile.
Con los datos de los movimientos del colombiano en el país austral, se hicieron las coordinaciones mediante Interpol para que se expidiera circular azul y lograr así su ubicación. Con el requerimiento en las bases de datos de 195 países, la International Narcotics and Law Enforcement Affairs (INL) y la Dijín lograron que Chile extraditara a Colombia a Juan Camilo Rubio Nieto, quien tendrá que responder por los delitos de tráfico de migrantes y concierto para delinquir.
“Con la captura de alias Javier se envía un mensaje contundente a los delincuentes colombianos, que buscan eludir a las autoridades colombianas en otros países. Estamos fortaleciendo nuestro trabajo para perseguir a las organizaciones delincuenciales que se lucran a través del tráfico ilícito de migrantes”, dijo la directora de la Dijín, la general Olga Salazar.
Las autoridades investigan si esta organización sería la responsable de la muerte de diez niños y nueve adultos que eran transportados en pangas, y que fallecieron tratando de buscar un mejor futuro, mientras la red se lucraba de este drama humano.