En cementerio de Antioquia habría más de 100 cuerpos no identificados

El Instituto Popular de Capacitación (IPC) le suministró un informe a la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas donde advierte sobre la posible presencia de más de cien cuerpos de personas no identificadas en un cementerio de Antioquia.

Los datos recopilados con testigos y documentos oficiales ponen en evidencia que en el camposanto de Mutatá habrían sido enterrados varios ciudadanos que perdieron la vida en medio del violento conflicto armado que azotó a esta región del departamento.

Bajo tierra estarían los cadáveres de hombres y mujeres que se enfilaron en antiguos grupos paramilitares y guerrilleros. Muchos de ellos fallecieron en los combates, recogidos de las orillas del río Sucio y sepultados por los habitantes del Urabá antioqueño.

En esa zona delinquieron las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá y el bloque José María Córdova de las Farc, férreos enemigos que se hacían contrapeso con el propósito de acaparar los negocios ilegales en la tierra próspera de la subregión.

Una de las fuentes les contó a los investigadores que con sus manos cavó las tumbas de entre 90 y 105 cuerpos que no tenían nombre, esto ocurrió en las últimas tres décadas. Varios fueron arrojados en un mismo hueco, pero no se tiene registro de la ubicación.

En ese tiempo, los cadáveres no eran recogidos por la Policía Nacional ni el Ejército por el riesgo que representaba para ellos ingresar al campo de batalla: las montañas del municipio donde las organizaciones se estaban disputando el terreno hasta la muerte.

Fueron los obreros de Mutatá quienes, a bordo de una volqueta, recorrieron la zona, montaban los restos en la caja y los trasladaban hacia el cementerio para darles cristiana sepultura. Un número importante de las víctimas estaban en estado de descomposición.

“Cuando abría una fosa, era normal que los obreros se encontraran con restos de otros cuerpos porque no había cruz ni señal que indicara que en ese lugar ya estaban los restos de otra persona”, detalló el Instituto Popular de Capacitación en el informe.

Sin embargo, en un momento de la época, las personas que abrían los huecos y lanzaban la tierra sobre los cadáveres decidieron marcar las tumbas con cruces de madera, pero con el paso del tiempo desaparecieron. Hoy no se sabe el sitio donde están las víctimas.

En Mutatá se reconoce ese error. Un funcionario del pueblo citado en la investigación del IPC afirmó que “uno de los pecados que se cometieron es que no se dejó registro de la ubicación de los NN en el cementerio. Planeación municipal tampoco lleva un registro”.

Pero hay indicios documentales serios que ilustrarían el fenómeno revelado por el Instituto. Por ejemplo, la Inspección de la Policía enumeró que, entre 1997 y 2006, se encontraron 11 cuerpos no identificados que fueron llevados al cementerio de Mutatá.

Las cuentas serían mayores, porque “un segundo libro con el registro de estos casos antes de 1997 desapareció de la Alcaldía. En los libros de la parroquia solo existe registro de 12 cuerpos. En el archivo municipal existen 94 actas de levantamiento entre 1989 y 2006″.

Mientras que en la Registraduría de Mutatá hay 105 registros civiles de defunción de cuerpos no identificados: 96 corresponden a cadáveres de sexo masculino, seis a sexo femenino y los otros tres no tienen información, dijo el Instituto Popular de Capacitación.

La presidenta de esta corporación, Luz Nely Osorno, afirmó que “la búsqueda en el cementerio de Mutatá ha sido una solicitud expresada de varias familias durante la documentación de los casos de desaparición”, varios de ellos aseguran que los cadáveres fueron trasladaos a este camposanto y estaría bajo tierra.