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| Foto: Archivo Particular

POLÍTICA

El hermano del senador Musa que promete llenar de 'mermelada' a Córdoba

Edwin Bessaile, hermano del polémico congresista, aspira a la Gobernación de ese departamento y dice que la 'mermelada' ha sido estigmatizada.

1 de septiembre de 2015

En una reciente reunión política en Córdoba, el hermano del senador Musa Bessaile lanzó una perla. Dijo que la “mermelada”, que es como se llama popularmente a la plata de regalías que llega a los departamentos, estaba “estigmatizada” cuando realmente era “bendita”.  Las personas que estaban en el lugar no paraban de aplaudir. “Yo voy a mermelizar a Córdoba y a mermelizar a Montería”, dijo en medio de una enorme algarabía.

La frase podría ser una más de las pintorescas anécdotas de esa región si no fuera porque Edwin Bessaile es uno de los candidatos con mayor opción para ocupar la Gobernación de Córdoba. El aspirante a dirigir los destinos del departamento es arquitecto de profesión, pero lleva un largo trecho en la arena política.

Bessaile pertenece a una familia de tradición ganadera pero no se ha dedicado tanto a ese negocio como al ejercicio público. Uno de sus hermanos fue secretario de Gobierno y fue dos veces representante a la Cámara, una como suplente de Juan Manuel López Cabrales y otra como titular por el Partido Liberal. Pero Edwin es un 'primíparo' sin ningún tipo de experiencia política.

Su otro hermano, Musa Bessaile, es el gran cacique electoral de Córdoba, por encima de Bernardo el ‘Ñoño’ Elías. En las pasadas elecciones ambos senadores obtuvieron altísimas votaciones, pero Bessaile se llevó la corona de oro. Obtuvo la primera votación del Partido de la U, el del presidente: 145.402 votos. Sólo fue superado por Jorge Robledo, del Polo, con 191.910, y obviamente por Álvaro Uribe, quien iba en lista cerrada.

Quedar de primero en el partido del Gobierno no era poca cosa. En política hay una costumbre no escrita que dice que el ganador se convierte automáticamente en el presidente del Congreso, a quien, entre otras cosas, le corresponde posesionar al presidente. Sin embargo, en los pasillos políticos siempre se ha explicado el hecho de que Musa no pusiera la banda presidencial en la polémica que había causado el acceso que tenía a la “mermelada”.

El uribismo denunció que gracias a la participación que este senador tenía en los recursos públicos de Córdoba, su fuerza electoral aumentó en 84.000 votos. Sus críticos señalan que Bessaile no recogió ese apoyo  gracias a su desempeño en el Congreso, sino que, por el contrario, él es el resultado más refinado de esa figura que ha ido ganando fuerza en la política colombiana en los últimos diez años: los elegidos en las urnas gracias a la maquinaria de la contratación pública. Y ya no, como los caciques de antes, a la clientela cultivada a punta de burocracia. En su momento se dijo que Bessaile pudo haber recibido 68.000 en cupos indicativos. Por esta figura se entiende las partidas que el Gobierno les adjudica a los congresistas para que lleven a cabo obras en sus departamentos.

Fueron una creación de Juan Manuel Santos cuando era ministro de Hacienda de Andrés Pastrana y las demandó el entonces senador Álvaro Uribe Vélez, al señalarlas como la resurrección de los prohibidos auxilios parlamentarios. Santos los defendió con el argumento de que se trataba de un proceso tecnocrático con destinación específica y no una repartición a dedo robable, como había sido en el pasado. La Corte Constitucional le dio la razón y hoy son legales, pero la transparencia de ese proceso tecnocrático se ha diluido con los años. Hoy el expresidente Uribe cuando se refiere a la palabra mermelada se refiere exclusivamente a estas partidas.

Se dice que a Musa Bessaile, por ejemplo, le dieron 59.000 millones de pesos para 20 vías terciarias en 17 municipios de cinco departamentos. Y según los resultados electorales, el congresista sacó la mayor votación en siete de esos municipios, y en otros dos, Sahagún y Nechí, quedó con la segunda.
Por eso, las palabras de su hermano, quien ahora aspira a la Gobernación, han llamado tanto la atención. Su idea de “mermelizar” Córdoba puede estar lejos de ser un chiste.