En el barrio Altos del Rosario, en el norte de Sincelejo, solo la vía principal está pavimentada. Cuando los niños y jóvenes salen de clases, para llegar a sus hogares deben atravesar calles llenas de piedras e incluso aguas negras.
En ese ambiente, a veces con barro en los pies, viven cientos de menores que en los últimos meses han sido testigos de varios casos de violencia en una de las zonas más pobres de la capital del departamento de Sucre.