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Bandas emergentes se posicionan estratégicamente en Bogotá

Los grupos rearmados y disidentes se han posicionado en las vías de acceso a la capital del país y en sectores marginales.

25 de noviembre de 2009

Tras un año de investigación, la corporación Nuevo Arco Iris concluyó que Bogotá está rodeada por las bandas emergentes. “El mecanismo de rodear la ciudad no sólo se da con la presencia de estructuras armadas permanente en la periferia de Bogotá y en sus vías de acceso, también en el posicionamiento de bases sociales de estas organizaciones por medios legales como la compra de propiedades, de lugares de comercio estable. Muestra de este fenómeno son las recientes capturas de testaferros de alias el ‘Loco Barrera’ que mostraron cómo en Cota, Funza y Chía habían comprado más de 20 predios”, señala el informe.

Bogotá se ha convertido en una zona de venganzas de grupos y de estructuras narcotraficantes. En lo que va corrido del año se han registrado 106 acciones de sicariato en la ciudad y el homicidio viene en un aumento constante desde 2007. Según Medicina Legal, se reportaron 1.336 homicidios en 2006; 1.414 en 2007; 1.459 en 2008 y -si la tendencia se mantiene- el 2009 terminará con algo más de 1.520 homicidios.

Para Arco Iris, Bogotá se transformó en un “paraíso” para el lavado de dinero. Los sanandresitos y zonas de centros comerciales son fuente de disputa por las posibilidades de lavar. Algo más de 25 por ciento de la población obtiene ingresos superiores a 1,5 millones de pesos, lo que convierte a la ciudad en un “Olimpo” para este tipo de acciones. Estos lugares, durante años, han sido centros para este tipo de oficio, la diferencia ahora es que están siendo disputadas por otras organizaciones mafiosas que no hacían presencia en la ciudad.

Por ejemplo, en la localidad de Kennedy se encontraron tres puntos neurálgicos. Por un lado, la Plaza de Corabastos muestra una fuerte concentración de grupos armados ilegales que capturan rentas a través de las llamadas vacunas, esencialmente estas estructuras se ubican a las afueras de la plaza; en los barrios cercanos, que en su mayoría son barrios de invasión y donde estas estructuras armadas mantienen una presencia estable.

Otro de los sitios crucial es el margen del río Tunjuelito en los límites entre Bosa y Kennedy. Allí, adicional a la presencia de grupos armados ilegales, se han detectado grupos de limpieza social. Por último se encuentra la zona de Tunjuelito donde la presencia de Águilas Negras y el Erpac hacen temer una guerra entre estas estructuras por el control de la autopista Sur. Control vial que es esencial para la salida y entrada de abastecimientos para las diferentes zonas de los Llanos Orientales.

Otra localidad en la que hay presencia de bandas es Suba. Allí se presentan cuatro fenómenos diferenciales. En primer lugar se identificó que la mayor banda de apartamenteros y jaladores de carros se encuentra allí y existen indicios de que estos grupos están ligados a mafias de narcotráfico.

Adicional a los temas de delincuencia organizada y como segunda particularidad en Suba, se encontró una fuerte presencia de grupos armados ilegales. Se identifican las Águilas Negras y más recientemente una estructura que se hace llamar Desmovilizados del Cacique Nutibara en la zona de La Gaitana, en Puerta del Sol y en general todo el Rincón de Suba.

Por otro lado, la localidad de Bosa muestra un comportamiento aún más complicado. En primer lugar, se han desmantelado algunos centros de recuperación de heridos de grupos armados ilegales, además de locales especializados en la fabricación de armas y concentración de medicina. Al parecer, algunos sectores son zonas de retaguardia de los grupos armados ilegales.
 
En este sector de la ciudad los niveles de delincuencia organizada se han incrementado como en el resto de la ciudad, pero no en los mismos niveles que en Kennedy o Suba, en gran parte derivado del control de estos grupos ilegales armados. Los centros neurálgicos de esta localidad se concentran sobre el margen del río Bogotá y el río Tunjuelito, el sector de San Bernardino y los límites con Soacha y sobre todo la salida por la autopista Sur.

La segunda situación que se ha encontrado en esta localidad es la disputa por el control de la autopista sur y por el acceso a Soacha. Las Águilas Negras, el Erpac, algunas estructuras que mantienen redes de las Antiguas Autodefensas Campesinas del Casanare y miembros de la Oficina de Envigado se disputan en estos momentos el paso a esta población.

Usaquén presenta un fenómeno algo diferente. Allí se localizan tres sitios con dos particularidades diferentes. El primero es el sector de El Codito, donde la disputa por el control de la carrera séptima se ha hecho intensa en el último mes. Panfletos, toques de queda y extorsiones son el común denominador. Las Águilas Negras y varias estructuras armadas del ‘Loco Barrera’ se disputan el poder con lo que al parecer son estructuras de las bandas emergentes de Boyacá. La tercera zona conflictiva se da en la carrera novena entre la calle 127 y calle 134. En estas zonas operan bandas de delincuentes que tienen mando en cada cuadra.

Ciudad Bolívar no ha mostrado un cambio sustancial con respecto a las épocas de presencia paramilitar. En términos generales, allí hay presencia de cuatro grupos nacidos posterior a la desmovilización paramilitar. Las Águilas Negras, el Erpac, Héroes Carlos Castaño y un grupo recientemente nacido que se hace llamar Bloque Capital. Aunque la cifra es difícil de establecer serían algo más de 600 el total de personas vinculadas a estos grupos.

En el último trimestre, esta localidad ha visto llegar a nuevas estructuras armadas ilegales. Al parecer, son miembros de la llamada Oficina de Envigado que han intentado replicar el modelo que aplicaron en Medellín y en el Valle del Aburrá.