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Moncayo, un eterno cautiverio

Gustavo y Maria Estela vieron a su hijo Pablo Emilio hacerse cabo del Ejército cuando era un adolescente. Las Farc lo tomaron cautivo y les entregaron un adulto que maduró encerrado en la selva.

Foto: AP /
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Moncayo, un eterno cautiverio

Gustavo y Maria Estela vieron a su hijo Pablo Emilio hacerse cabo del Ejército cuando era un adolescente. Las Farc lo tomaron cautivo y les entregaron un adulto que maduró encerrado en la selva.

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Moncayo, un eterno cautiverio

Pablo Emilio Moncayo le quitó las cadenas a su papá, que las usaba para rechazar el cautiverio de su hijo por parte de las Farc.

Foto: Felipe Rincón - Terra /
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Moncayo, un eterno cautiverio

Laura, la hermana menor de Pablo Emilio, nació mientras él estaba en cautiverio. El día de su libertad la conoció.

Foto: AP /
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Marleny Orjuela, una líder de las víctimas de las personas privadas de la libertad, estuvo siempre pendiente del cautiverio de Pablo Emilio Moncayo.

Foto: AP /
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Después de 12 años de cautiverio, este fue el primer abrazo de Pablo Emilio Moncayo con su familia.

Foto: AP /
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Las condiciones climáticas atrasaron la operación humanitaria para recibir a Pablo Emilio Moncayo de sus captores, que lo mantuvieron en la selva, privado de la libertad, durante 12 años.

Foto: Felipe Rincón - Cortesía Terra /
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Las condiciones climáticas atrasaron la operación humanitaria para recibir a Pablo Emilio Moncayo de sus captores, que lo mantuvieron en la manigua, privado de la libertad, durante 12 años.

Foto: Felipe Rincón - Cortesía Terra /
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Moncayo, un eterno cautiverio

Las condiciones climáticas atrasaron la operación humanitaria para recibir a Pablo Emilio Moncayo de sus captores, que lo mantuvieron en la selva, privado de la libertad, durante 12 años.

Foto: Felipe Rincón - Cortesía Terra /
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La senadora Piedad Córdoba estuvo transmitiendo el operativo por medio de su cuenta en Twitter hasta cuando la señal de su móvil se lo permitió.

Foto: Felipe Rincón - Cortesía Terra /
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Las condiciones climáticas atrasaron la operación humanitaria para recibir a Pablo Emilio Moncayo de sus captores, que lo mantuvieron en la selva, privado de la libertad, durante 12 años.

Foto: Felipe Rincón - Cortesía Terra /
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Gustavo Moncayo, padre Pablo Emilio, no ha descansado en los 12 años que su hijo lleva cautivo por parte de las Farc. Cada día ha buscado su libertad.

Foto: Juan Carlos Sierra / Juan Carlos Sierra
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En 2008, Gustavo Moncayo caminó desde Pasto hasta Bogotá para manifestarse y hablar con el presidente Álvaro Uribe para pedirle que negociara con las Farc la libertad de su hijo, Pablo Emilio. En buena parte del trayecto lo acompañó Yuri Tatiana, una de sus cuatro hijas.

Foto: Juan Carlos Sierra / Juan Carlos Sierra
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Pablo Emilio ingresó al Ejército como suboficial ante las dificultades económicas de su familia, que le impedían hacer estudios profesionales.

Foto: Archivo particular /
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La familia Moncayo Cabrera ha sufrido dificultades económicas. Pero lo peor que les ha podido pasar a los seis integrantes de este hogar es el muy prolongado cautiverio de Pablo Emilio.

Foto: Archivo particular /
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Moncayo, un eterno cautiverio

Pablo Emilio Moncayo se hizo cabo del Ejército desde muy joven.

Foto: Archivo particular /
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Moncayo, un eterno cautiverio

Gustavo Moncayo ha hablado incluso con integrantes del Secretariado de las Farc para buscar la libertad de su hijo, Pablo Emilio. En la foto aparece en una rueda de prensa con ‘Tirofijo’.

Foto: Archivo particular /
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Moncayo, un eterno cautiverio

Gustavo Moncayo ha hablado incluso con integrantes del Secretariado de las Farc para buscar la libertad de su hijo, Pablo Emilio. En la foto aparece con su esposa, Maria Estela Cabrera, durante un encuentro con ‘el Mono Jojoy’.

Foto: Archivo particular /
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Moncayo, un eterno cautiverio

Casi mil kilómetros caminó Gustavo Moncayo desde Pasto hasta Bogotá en 2008. Su objetivo era manifestarse para pedir la liberta de su hijo, Pablo Emilio.

Foto: Juan Carlos Sierra / Juan Carlos Sierra
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Casi mil kilómetros caminó Gustavo Moncayo desde Pasto hasta Bogotá en 2008. Su objetivo era manifestarse para pedir la liberta de su hijo, Pablo Emilio. En algunos tramos lo acompañaba su hija Yuri Tatiana.

Foto: Juan Carlos Sierra / Juan Carlos Sierra
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Gustavo Moncayo usa cadenas en su cuello cada vez que quiere manifestarse en busca de la libertad de su hijo.

Foto: . /
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Pablo Emilio Moncayo fue privado de la libertad por las Farc en 1997, cuando este cabo apenas tenía 19 años.

Foto: Archivo particular /
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Varios políticos, como Ernesto Samper, se han interesado por el drama de Gustavo Moncayo en la búsqueda de la libertad de su hijo, Pablo Emilio, cautivo durante 12 años por las Farc.

Foto: Archivo particular /
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Casi mil kilómetros caminó Gustavo Moncayo desde Pasto hasta Bogotá en 2008. Su objetivo era manifestarse para pedir la libertad de su hijo, Pablo Emilio. En algunos tramos lo acompañaba su hija Yuri Tatiana.

Foto: Juan Carlos Sierra / Juan Carlos Sierra
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Casi mil kilómetros caminó Gustavo Moncayo desde Pasto hasta Bogotá en 2008. Su objetivo era manifestarse para pedir la liberta de su hijo, Pablo Emilio. En algunos tramos lo acompañaba su hija Yuri Tatiana.

Foto: Juan Carlos Sierra / Juan Carlos Sierra
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Cuando las Farc privaron de la libertad al cabo Pablo Emilio Moncayo, él tenía 19 años.

Foto: Archivo particular /
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Moncayo, un eterno cautiverio

La familia Moncayo Cabrera está conformada por Gustavo, el papá, y María Estela, la mamá. Pablo Emilio es el hermano mayor de Nora Elena, Carol Dayana, Yury Tatiana y Laura Valentina. Durante el cautiverio de Pablo Emilio han llegado nuevos miembros a la familia.

Foto: Guillermo Torres / Guillermo Torres
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La familia Moncayo Cabrera está conformada por Gustavo, el papá, y María Estela, la mamá. Pablo Emilio es el hermano mayor de Nora Elena, Carol Dayana, Yury Tatiana y Laura Valentina.

Foto: Guillermo Torres / Guillermo Torres
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Moncayo, un eterno cautiverio

En las últimas pruebas de vida que se conocieron de Pablo Emilio Moncayo, se ve a un adulto. "Señor presidente (Álvaro) Uribe, abra la puerta, por favor, que quiero ser libre", dijo en un video.

Foto: Archivo particular /
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Gustavo Moncayo usa cadenas en su cuello cada vez que quiere manifestarse en busca de la libertad de su hijo.

Foto: Dolores Ochoa, de la agencia de noticias AP /
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En las últimas pruebas de vida que se conocieron de Pablo Emilio Moncayo, se ve a un adulto. "Señor presidente (Álvaro) Uribe, abra la puerta, por favor, que quiero ser libre", dijo en un video.

Foto: Archivo particular /
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Gustavo Moncayo y María Estela Cabrera perdieron la compañía de su hijo durante 12 años.

Foto: Guillermo Torres / Guillermo Torres
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En septiembre de 2009 se conocieron pruebas que mostraban que Pablo Emilio estaba vivo tras 12 años de cautiverio. Pidió que el Gobierno hiciera todo lo posible para lograr su libertad y al país, que no olvidaran su tragedia.

Foto: Archivo particular /
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La familia de Pablo Emilio Moncayo vio crecer a su hijo y hermano por medio de pruebas de vida que llegaban esporádicamente.

Foto: AP /
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Moncayo, un eterno cautiverio

Gustavo Moncayo caminó desde Pasto hasta Bogotá para pedirle al presidente Álvaro Uribe que hiciera todo lo posible por la libertad de su hijo, Pablo Emilio. Para ese momento, “Gustavo Moncayo no era ya el modesto profesor de colegio de provincia, padre de un secuestrado, que había golpeado en vano a todas las puertas y apenas dos años y medio antes, en febrero de 2005, había salido llorando de un regaño propinado por Uribe en un 'Congreso de Víctimas' organizado por la Universidad Sergio Arboleda. Ahora Moncayo era la encarnación del legítimo dolor de todos los secuestrados de Colombia ("nuestros seres queridos") y de sus parientes que exigen que les sean devueltos. Así que el Presidente no quiso interrumpirlo, sino que escuchó impávido todo lo que dijo sin morderse la lengua. Fue un discurso largo y repetitivo, confuso y enrevesado -Moncayo tiene poco de orador- dirigido más a la emoción desbordada que a la inteligencia analítica, y recibido con vivas -y con injurias a Uribe - por pa

Foto: León Darío Peláez / León Darío Peláez
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“Y al ver que no podía, y el abucheo arreciaba, el Presidente fue perdiendo los estribos y alzando más y más la voz, enfrentándose como un bacán de esquina con quienes le gritaban "¡Uribe paraco!" y tratando de acallarlos, como en uno de sus consejos comunitarios, con datos estadísticos sobre la cobertura de educación básica y las negociaciones del Tratado de Libre Comercio, y con explicaciones no pedidas sobre unos misteriosos "mercenarios británicos" que, por lo visto, combaten a las Farc sin que nadie lo sepa. Moncayo, ante las cámaras, se limitaba a alzar en silencio su cadena simbólica, y a veces dejaba escapar una lágrima”, escribió Antonio Caballero en su artículo ‘El show de la plaza’, sobre el encuentro público entre Uribe y Moncayo en la plaza de Bolívar.

Foto: León Darío Peláez / León Darío Peláez
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