Los tatuajes y peinados de los futbolistas suelen crear tendencias en la moda a nivel mundial. | Foto: Dean Mouhtaropoulos/Getty Images

FÚTBOL

Las canchas de fútbol son las nuevas pasarelas de la moda

La cancha es la nueva pasarela. Las camisetas de las selecciones (que se venden por millones) simbolizan el estatus con una pieza casual del ropero. Y los futbolistas, con sus tatuajes, barbas y peinados, crean tendencias.

Pilar Bolívar*
1 de enero de 2018

Un aroma vintage se respira en los previos a la fiesta mundialista entre las selecciones con tiquete a Rusia 2018 que han dado a conocer sus uniformes. Alemania, Argentina y Colombia revivirán los diseños con los que Jurgen Klinsmann, Maradona y el Pibe Valderrama hicieron vibrar a los hinchas en Italia 90; España le rendirá tributo a la camiseta con la que en 1994 llegó a cuartos de final en Estados Unidos, y Bélgica y México recordarán sus uniformes del mundial azteca en 1986.

Esta inspiración retro demuestra la atención de las grandes empresas deportivas en las tendencias de la moda internacional. En efecto, en las últimas temporadas las colecciones de las marcas del ‘listo para usar’ han retomado la estética glam de los ochenta y el minimalismo de los noventa. “Cada mundial tiene una moda. La actual camiseta de Colombia es ‘vintage’, es una especie de homenaje al Mundial de Italia. Si Adidas lo hizo es porque será una tendencia en Rusia”, dice la experta en moda y directora de contenido de Código Malva, Pilar Luna. Pero que tenga un look retro no significa que su tecnología o su silueta también lo sean. De hecho, cada uniforme tendrá los ajustes técnicos necesarios para mejorar el rendimiento de los jugadores.

Hoy, la camiseta de fútbol es un nuevo (y próspero) foco para la industria del glamur y para captar nuevos mercados; su diseño toma cada vez más fuerza y la hace una prenda de uso cotidiano: se ha colado en el universo de lo casual. Y, como explica Luna, cada marca tiene su identidad: es fácil identificar a Nike, Adidas, New Balance, Puma o Umbro.

Tan crucial ha sido la parte estética del uniforme que algunas compañías se han aliado con reconocidos diseñadores de moda para darle una puntada de atelier y al mismo tiempo, representar para los hinchas una transición perfecta del estadio a la calle. En 2014, el diseñador japonés Yohji Yamamoto comenzó la tendencia al colaborar con la marca deportiva Adidas para diseñar la camiseta del Real Madrid. Ese año sus grandes estrellas James Rodríguez, Gareth Bale, Toni Kroos, Marcelo y Karim Benzema se vistieron de negro –el color insignia del nipón en su propia línea de la mano del sello alemán, Y-3– para defender su título de la Champions League. El diseño se caracterizó por su cuello tipo Mao y el estampado con las figuras de dos dragones, elementos del vestuario tradicional y la mitología del Oriente.

Para los Olímpicos de Río 2016, creadores, firmas y hasta marcas de fast fashion como Stella McCartney, Ralph Lauren, Dsquared-2 , Lacoste y H&M se involucraron en el diseño de los uniformes de los deportistas (entre ellos, las selecciones olímpicas de fútbol) de Inglaterra, Estados Unidos, Canadá, Francia y Suecia, respectivamente. No obstante, la aguja en ese contexto es casi imperceptible pues la regla 40 de la Carta Olímpica restringe el uso de emblemas, marcas e insignias, para evitar una comercialización excesiva, desviar la atención del atleta y proteger las fuentes de financiación de las delegaciones.

En cambio la Fifa, ante el olor de los dólares, acepta libremente que las compañías patrocinen las selecciones que ellas eligen. “Las marcas pagan por patrocinar a una selección por el gran número de camisetas que venderán. Vestir la camiseta del equipo de tu país, la original, es símbolo de estatus, de estar a tono con las tendencias. Tiene implicaciones semióticas y sociológicas que reúnen el patriotismo, el orgullo, el sentido de pertenencia”, afirma Luna. Cada partido es una pasarela. Cada camiseta, un trozo del negocio. Y los guayos necesitarían todo un capítulo de este especial.

*Periodista y diseñadora de moda.