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Asciende a 630 la cifra de víctimas por enfrentamientos en Nigeria

Viernes 7, 9:00 horas. La violencia constante entre dos grupos del país africano se ha endurecido en los últmos días. El enfrentamieto de ayer dejó por lo menos 25 muertos.

2 de mayo de 2004

Las disputas entre cristianos y musulmanes es algo más que por religión. Ambos luchan por los derechos sobre las tierras del centro del país. Cada uno asegura que éstas son un privilegio ancestral. Ayer, miembros de la etnia cristiana de los tarok atacaron a los hausafulani, de la comunidad campesina y mercantil de Yelwa, en el condado de Shendam, situada a 300 km al este de Abuja, capital federal de Nigeria. Dejó un saldo de al menos 25 personas muertas en Yelwa, cuando la Policía abrió fuego contra un grupo que desacató las órdenes de dispersarse. Ambos grupos se pelean el control de las tierras de la región. Los hausa-fulani son, en su mayoría, pastores nómadas y los tarok, son agricultores que han cercado sus terrenos, lo que impide el libre desplazamiento a través de los mismos. Sobre la cifra de víctimas que hasta el momento dejan los últimos choques, Yakubu Haruna, un concejal local le dijo a los medios que los lugareños hablan de 630, pero el total podría subir significativamente a medida que los representantes de la Cruz Roja hablaba con familiares de las víctimas. "Hay tantos cadáveres que no puedo calcular su número'', comentó. Además, porque "algunas personas fueron enterradas detrás de sus casas", declaró Haruna, quien aseguró: "Nos atacaron sólo porque somos musulmanes". Por su parte, el máximo líder musulmán del país, Addulkadir Orire, aseguró que los asesinatos se pueden considerar como un auténtico "genocidio", ya que la mayoría de las víctimas son "mujeres y niños indefensos, ametrallados indiscriminadamente" por los atacantes. Nigeria, el país más poblado de África con 130 millones de habitantes que se integran en 200 grupos tribales, está prácticamente dividido en dos entre los 12 Estados del norte musulmán, que desde 1999 establecieron la ley islámica (charia), y el sur mayoritariamente cristiano. Por su complejidad étnica, el país es considerado uno de los mayores "rompecabezas" del continente africano, en el que las diferencias de todo tipo se dirimen, por lo general, en confrontaciones armadas.