Asesinatos selectivos y capturas arbitrarias, el pan de cada día

Por una parte, los habitantes de los barrios periféricos de Montería denunciaron a la prensa que, a pesar de que desde hace una semana están apareciendo cadáveres en ataúdes metálicos en sus calles, parques y hasta iglesias, las autoridades se han mostrado indiferentes.

Según los habitantes de los barrios Galilea, Cantaclaro, El Paraíso y El Dorado, las Autodefensas envían los cadáveres para que sus familias les realicen el acto funerario, que en muchas ocasiones ha sido pagado por los mismos asesinos.

Las investigaciones que se han realizado, indican que los muertos han sido jóvenes que por menos de 300 mil pesos mensuales se vinculan a las autodefensas y luego de un leve entrenamiento son enviados a enfrentar a la guerrilla.

Sin embargo las autoridades no tienen estadísticas de cuántos muertos ha generado esta nueva modalidad. Los habitantes, por su parte, aseguran que el pasado fin de semana llegaron a Montería al menos diez cadáveres en ataúdes metálicos, que fueron sepultados clandestinamente antes del amanecer en el cementerio de la ciudad.

Ninguna autoridad confirma su existencia. La Unidad de Reacción Inmediata de la Fiscalía aseguró que desconoce este hecho y que sólo tuvieron que hacer el levantamiento de una persona asesinada el fin de semana.

El segundo caso se trata de las capturas arbitrarias, allanamientos y censuras de las que han sido víctimas algunas ONG's. Según una cifra dada por las mismas organizaciones, se determinó que son 400 los casos de estos tipos de violaciones que se registran a diario. Una de las causantes es el Estado de Conmoción Interior, con la que, según ellos, y el reporte del Departamento de Estado, se abrió una puerta para continuar más libremente con este tipo de violaciones.