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Carta abierta de los 'very nonimportant people'

Miércoles 17. Gabriel Navarrete, lector de SEMANA.COM, critica la discriminación en algunos eventos organizados por la Alcaldía, según el poder adquisitivo de los participantes.

Gabriel Navarrete
14 de agosto de 2005

Los antecedentes

Desde hace unos años, el extranjerismo del V.I.P (very important people) llegó para quedarse invadiendo todos los espectáculos, en los que las algunos personas son consideradas "muy importantes" por gastarse más plata en algún evento.

Así se hizo común que los lugares donde se realizan fiestas y conciertos, el lugar estuviera dividido entre los 'very important' y el resto, los 'less important' o 'very nonimportant people' (V.N.P.).

El V.I.P, hasta este punto de mi historia, solo había invadido con su tufillo segregacionista-clasista los eventos privados en los que los niños bien clase media alta se separaban de los niños super bien estrato 8.

Hasta aquí no había nada nuevo. El V.I.P. solo había reemplazado a los ya tradicionales "preferencia", "platino" y demás divisiones en el precio de la boleta.

Como si se tratara de un virus, el V.I.P. se desplazó de los raves, clubs y afters a todo tipo de evento, conglomeración y discoteca.

Pero en este momento, el V.I.P. no acababa de revelar sus devastadores efectos. Le faltaba por supuesto, salir del ámbito de los lugares privados y parasitar en lo publico y gratuito.

Ya en Rock Al Parque del año pasado se designó una zona para que unos pocos felices ganadores de concursos de radio, internet y televisión compartieran un espacio privilegiado con los amigos y familiares de los organizadores y patrocinadores que no tenían en esta ocasión que rebuscarse las escarapelas de prensa. A los empujones y estrujones, tras largas filas y sudando la gota cualquier persona V.N.P. podía sin embargo quedar a escasos metros de la tarima y más cerca incluso que los V.I.P.

La posibilidad de ascenso, así fuera a los codazos y empujones, ya habituales en los conciertos de rock, existía muy a pesar de los inmutables personajes y felices ganadores V.I.P.

La gota que derramó la copa

El Rock Al Parque fue tan solo una premonición de lo que ocurriría meses después. El 18 de junio se llevó a cabo otro evento público y gratuito, las Lunadas Parques en escena, organizadas por el IDRD. En esta ocasión, la embajada de Francia, organizadora de las fiestas electrolux, una docena de patrocinadores privados y la Alcaldía de Bogotá, se asociaron para realizar el evento que tendría como invitado especial a Telepopmusik en el Parque Simón Bolívar.

En esta ocasión, el V.I.P. como buen virus, se duplicó y mutó para convertirse en zona electro y zona lux. El acceso a la primera zona, lux estaba reservada a los miembros de un club de francófonos asociados a la embajada francesa, y otros patrocinadores; mientras a que la electro podían acceder aquellos 1500 afortunados que se enteraran con suficiente tiempo y se inscribieran en una página web.

Las cerca de 2500-3000 personas V.I.P. tenían reservada cerca de la cuarta parte (la más cercana a la tarima) del Simón Bolívar dejando a las 32.500 almas restantes en los metros restantes de espacio público no privatizado.

Las zonas V.I.P. sin embargo no se llenaron solo con los franceses, sino con centenares de personas que tuvieron el dinero para comprar, revendidas, las manillas V.I.P. y pudieron disfrutar de parqueadero, pasabocas y varias comodidades más.

Entre tanto, en lo que terminó siendo equivalente a gallinero y a cientos de metros del escenario, la gente del común -como yo- fuimos sometidos a largas filas, requisas y a la gran desilusión de estrellarnos con una impasable barrera metálica, que hacía que los músicos en el escenario fueran apenas visibles como algo más que puntos saltando.

Reacción

No niego el esfuerzo económico y logístico de traer a grupos de este nivel. Pero me pregunto que tipo de ejercicio democrático es este. ¿Qué principios de la egalité- igualdad- y democracia se promueven desde la alcaldía en un evento público en el que se ponen barreras en las que claramente la capacidad adquisitiva y de acceso a la información regulan quien es 'very important' y quien no lo es? Espero que no se estén levantando, ante la mirada pasiva de miles de personas, pequeñas murallas (muros de Berlín, cercas surafricanas, murallas israelíes) que lejos de crear integración, siembren miedos y odios.

P.D.

Me pregunto: ¿si trajeran a Ivy Queen, alias "la reina del reggaeton", para un evento público, siendo cantante de un ritmo que supuestamente tiene gran acogida entre clases bajos, se haría lo mismo que se hizo en electrolux? ¿O será más bien que por tratarse de música electrónica (sonidos asociadas con las élites) que el temor de encontrarse lado a lado con personas de otras condiciones hace que se generen estos dispositivos segregacionistas?