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columna del lector

Cenicienta siempre pierde la zapatilla

¿En qué momento Uribe perderá su inmenso apoyo popular? Jorge Alberto Bustos, sociólogo y lector de SEMANA.COM, responde la pregunta.

Jorge Alberto Bustos O.
12 de febrero de 2006

Nada hay más efímero que el favor popular. El pueblo que un día aclama a rabiar, al amanecer siguiente solo deja escuchar un abucheo de decepción. El poderoso acostumbrado a abrir su ventana para escuchar el aplauso de la multitud, se sorprende cuando, un día, al asomar la cabeza, un tomatazo es todo lo que el pueblo le da. Y es entonces cuando recuerda que aquellos que recibieron triunfalmente a Cristo montado en un asno fueron los mismos que días más tarde gritaban "¡cruxificale!"

Y es que no hay encanto eterno. Todo hombre poderoso, por más poder y legitimidad que haya alcanzado, ha visto un día declinar el respaldo de que gozaba, y trocar la aprobación en repudio, la simpatía en rechazo. Julio Cesar, Napoleon, nuestro emblemático Bolívar... no hay excepción. Este ultimo, después de ser exaltado por el agradecido pueblo neogranadino con el insigne titulo de 'El Libertador', termina sus días despreciado, y marchando casi como un desterrado va a morir agonizando en soledad.

Trayendo estas reflexiones a nuestra actualidad, uno se pregunta : ¿hasta cuando durara la impresionante fascinación del pueblo colombiano con Alvaro Uribe?, ¿su encanto cuando acabara? Yo creo que lo más probable es que - si puede participar en las próximas elecciones y vuelve a ganar -  en algún momento entre 2006 y 2010 Colombia empezará a mirarlo  con otros ojos y juzgará su actuación con un rasero diferente. ¿Por qué? Porque a esas alturas los colombianos empezarán a considerar que Uribe ha tenido el tiempo suficiente para realizar su tarea o para fracasar. Verán si ya derroto a la guerrilla o, al contrario, no lo logró. En el primer caso consideraran a Uribe como innecesario; en el segundo como fracasado.

Pero el asunto no es tanto que nuestro Presidente cumpla o no su tarea, que derrote efectivamente o no a la guerrilla. El asunto es, más bien, si el pueblo cree que ha cumplido o fallado en su tarea. Se trata de un 'juicio subjetivo', de un estado de opinión y no de una realidad objetiva. Los pueblos no dan apoyo a sus líderes con base en análisis objetivos o exámenes racionales de la realidad. Los ciudadanos no son analistas políticos ni sociólogos. Eligen según lo que sienten y perciben; toman decisiones según el clima de opinión que en un momento dado se va creando y que es tomado como la realidad.

El encanto del uribismo durará, entonces, hasta que el pueblo crea que esta haciendo bien su tarea. Y ese momento llegará. No cuando sus críticos demuestren con cifras que Uribe fracasó en lo social, o que en realidad no esta ganando la guerra. Ese momento llegará cuando los círculos de poder uribistas, aquellos sectores social y políticamente influyentes que apoyan el uribismo, empiecen ellos mismos a dudar.

Las señales del giro de opinión probablemente empiecen por políticos disidentes, medios de comunicación cuestionadores, industriales que vuelven la espalda. Entonces, solo entonces, arrastrado por esa nueva ola de desafección, el pueblo común cambiara de opinión y su tenue voz en las encuestas le dirá al uribismo: "es medianoche, tu encanto se acabo". Y la historia continuará.

* Sociólogo Universidad del Valle