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columna del lector

Colombia y la globalización de la solidaridad

Lunes 28. ¿Por qué Colombia espera ayuda del mundo si no está dispuesta a darla? Columna de José Maria Peláez, lector de SEMANA.COM.

José Maria Peláez Mejía
28 de febrero de 2005

No deja uno de sorprenderse de la falta de movilización primeramente del gobierno colombiano y en segundo lugar de las ONG y lideres de este país ante el desastre de carácter apocalíptico del Sudeste Asiático.

Han muerto doscientas mil personas que así estén distantes geográficamente de nuestro país, son seres humanos que pertenecen a nuestro propio planeta y son tal cantidad que no solamente es el hecho del posible cambio geográfico que se especula ocasiono el Tsunami, como dicen algunos que cambio la inclinación de La Tierra, lo que fue descartado de inmediato por otros científicos. Además que por satélite se puede apreciar el cambio dramático que sufrió la zona indicando el nuevo panorama de los territorios afectados lo que sí es mas cierto. Limites afectados de playas y territorios arrasados por el mar.

No es solo los cambios geográficos lo que resulto como consecuencia del Tsunami. En primer lugar la ONU estima en mil millones de dólares la inicial ayuda que debe realizarse para los diferentes países afectados que solamente se recuperaran en 10 años en su infraestructura física.

En segundo lugar las consecuencias psicológicas del desastre, la recuperación de la estructura social y del hogar que debe recuperarse para minimizar la gran perdida de amigos y familiares.

Uno puede observar como se han movilizado países enteros con recursos económicos y humanos, ONGS colaborando directamente en el campo del desastre, campañas de recolección de fondos por televisión, conciertos, propagandas de televisión anunciando donde consignar dineros como lo puede uno apreciar en la televisión americana, española o mexicana.

¿Dónde estaba el gobierno de Colombia y las ONG colombianas y nuestros lideres? En ninguna parte.

No podemos reclamar ayuda en un desastre futuro por que no tenemos solidaridad y se nos olvida la movilización mundial que hubo con nosotros en el desastre del Nevado del Ruiz y el terremoto del Eje Cafetero.

Para terminar deberíamos acordarnos del famoso libro "Por quien doblan las campanas", cuando tu veas que alguien muere no es que se muera solamente esa persona sino una parte de la humanidad a la cual pertenecemos, por lo tanto tu también estas muriendo.

¿Dónde esta el sentido cristiano de la misericordia que nos enseño Jesús? El gobierno colombiano, las ONG y los lideres de este país no tenemos excusas de ninguna clase para dejar de asistir a la solidaridad mundial desatada con esta catástrofe.

Deberíamos recoger la idea de algún mandatario tercermundista latinoamericano cuando tomo la iniciativa de proponer a raíz del desastre de Haití, que todos los países deberían dedicar obligatoriamente un porcentaje del PIB para los desastres mundiales.