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columna del lector

El amigo de la paz

Lunes 12. Magda Correa de Andreis, hermana de Alfredo Correa de Andreis, le rinde un sentido homenaje un año después de su muerte, ocurrida pocos días después de haber probado su inocencia tras una captura masiva.

Magda Correa de Andreis
11 de septiembre de 2005

Un año. Parece mentira que hayan pasado 365 días desde que nos arrebataron a Alfredo Rafael. El 17 de septiembre se cumple el primer aniversario de su asesinato en Barranquilla, y hasta la fecha, ni el DAS ni la Fiscalía que lo acusaron del delito de rebelión han dicho nada. Tampoco hemos recibido respuesta ante este vil asesinato de parte del Estado colombiano, quien aportó tres reinsertados como testigos en contra de mi hermano. Mi hermano fue asesinado esperando respuesta del presidente Uribe a quien le escribió dos cartas desde su sitio de reclusión; a pesar de probar su inocencia mi hermano fue asesinado por las manos oscuras del Estado colombiano.

En algún momento alguien me dijo en uno de estos días tan tristes por la ausencia de El Flaco, que él era un ángel. Yo me sonreí, porque a estas alturas de mi vida yo no creo en ángeles, ni arcángeles ni en casi nada. Pasados unos meses investigué sobre los ángeles y me sorprendí e impresioné porque la descripción de ellos se ajusta perfectamente a mi hermano Alfredo.

Los ángeles al igual que Alfredo son mensajeros enviados como intermediarios, cuya misión es ayudar, destrabar conflictos, son seres llenos de energía pura que nos protegen, son espíritus elevados, seres de luz. Su misión es trabajar, proteger y velar por la elevación espiritual de la humanidad.

Qué exactitud, qué precisión, ese era Alfredo el Flaco Correa. Analicé el nombre completo de Alfredo y me di cuenta que no fue casual que mi papá y mamá lo bautizaran con el nombre de Alfredo Rafael Francisco. "Pero qué exageración este nombre", siempre me burlé de esta largura, hasta llegué a pensar que el nombre del Flaco era de acuerdo con su estatura. Luego investigué sobre el significado de cada uno de sus nombres y encontré lo siguiente:

Alfredo: Ser noble amigo de la paz

Rafael: Arcángel protector, medicina de Dios

Francisco: Amante de la libertad

Qué ironía, un ser noble, amigo de la paz y la libertad fue acusado injustamente de guerrillero por su nobleza, encerrado en una cárcel siendo amante de la libertad y asesinado brutalmente siendo amigo de la paz y de la no violencia.

Me tranquiliza tener la certeza de que Alfredo fue de las pocas personas que he conocido que pudo vivir fiel a sus pensamientos y a sus sentimientos y cumplió con su misión. Su asesinato no ha sido en vano, ahora lo sé.