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columna del lector

En defensa de la herejía de SoHo

"Es ególatra, torpe, absurdo, e ignaro montar tal escándalo por unas fotos, muy profesionales, de una revista para hombres libre pensadores que aprecian la belleza y el deseo que suelen producir las mujeres puestas en sus paginas", escribe Fabio Parra, lector de SEMANA.COM

Fabio Parra Beltrán
7 de agosto de 2005

Es ególatra, torpe, absurdo, e ignaro montar tal escándalo por unas fotos, muy profesionales, de una revista para hombres libre pensadores que aprecian la belleza y el deseo que suelen producir las mujeres puestas en sus paginas muy culí prontas y desnudas, osadas a la medida sexual que nos agrada, más el aditivo de unos textos excelentes que a muchos nos impactan más que las modelos en bola.

La Constitución de 1886 imponía el catolicismo confesional desde el preámbulo semejante al padrenuestro, permitiendo ajusticiar en nombre de Díos y censurar la pasión de Alejandra Azcarate.

Pero la Constitución en uso, de corte liberal, en la cual acogiendo las palabras de Protágoras "el hombre es la medida de todas las cosas", acepta que todas las expresiones, creencias, religiones, idiosincrasias y pensamientos tienen cabida en el país.

Y me dirán los leguleyos que los derechos fundamentales no pueden exceder la orbita de afectación a los demás conciudadanos. Entonces yo les respondo que si no les gusta, no lean la revista y punto. Vélense a esta expresión cultural jocosa.

Chocante que un Honorable Magistrado del Consejo de Estado, que debe ser amparador de los valores de la libertad de expresión, de cultos y de conciencia, convide cruzadas jurídicas y morales en defensa de la pasión de cristo. Estoy seguro que de haber vivido la época de Cesare Beccaria no se escandalizaría ante los crueles relatos de castigos que cuenta en "De los delitos y de las penas" y como inquisidor emplearía sin protesta los crueles castigos. No creo que sus prejuicios le hubieran permitido levantarse en contra de tan cruel régimen.

De otro lado, a sólo una minoría de los creyentes les interesa poner en práctica las normas éticas de sus respectivas religiones en forma consecuente, ni los representantes de Dios cumplen el canon divino. Por ejemplo, sólo en Estados Unidos la iglesia tendrá que pagar más de 1.100 millones de dólares a las víctimas de los abusos sexuales cometidos por los sacerdotes pedófilos.

Por lo mismo, no creo que haya un católico moralmente capaz de escandalizarse con las palabras de Vallejo o con la modelo y sus apóstoles que, como analogía de la historia mística, fueron atinados de lo más pícaro de la sociedad de la época.

Las palabras de Fernando Vallejo son más indignantes y groseras con la religión que las fotos. El escritor se burla de las negaciones de los libros sagrados. El texto si se quiere, puede ser apostasía. Pero poca detracción se ha hecho por falta de lectores (así no da ni ganas de seguir escribiendo porque no serán muchos los que lleguen a este renglón). Los medios se han centrado en las imágenes que son más fáciles de asimilar.

Estoy seguro de que los miles de críticos de las fotos y los pocos del artículo creen en el pensamiento antimoral, que adoctrina a los niños reprimiendo el surgimiento de libre pesadores, capaces de inferir cualquier posibilidad y determinar qué ideas son correctas o incorrectas a través de la razón, en base a un conjunto consistente de reglas tales como el método científico. Y la falta de ellos nos esta llevando por el precipicio.

Magistrado, críticos, amas de enagua y braga, perturbados: mejor difundan doctrinas morales y espirituales tendientes a que menos compatriotas tomen las armas y se vayan a pelear al monte, doctrinas propensas a la consolidación de nuestra patria.

Y colegas juristas camanduleros que nunca ven una revista de mujeres desnudas, ni defienden delincuentes, que aun imploran la protección de Dios en sus demandas: ustedes y yo sabemos que los fiscales y jueces están para hacer justicia cuando se violan la moral y los derechos de los ciudadanos, y ustedes patrocinando estas demandas sólo ayudan a congestionar y hacer más inoperante el sistema judicial.

No olviden la regla de oro: hagan a los demás lo que quieran que les hagan a ustedes mismos. O, no hagan a los demás lo que no quieren que les hagan. El comportamiento moral es más que sólo seguir reglas irreflexivamente. Ser escéptico, buscar el significado de la vida en el Yo, indagar la verdad, cambiar para mejorar socialmente, y estar abierto a cuestionar hasta las propias creencias, hace parte de una buena forma de vivir en paz con uno mismo y con el medio que le rodea, para evitar achantarse y afectarse por las fotos de SoHo que logro su objetivo que era escandalizar, acercarnos a unos a la pasión y vender revistas.