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Estas son las 9 bibliotecas más impresionantes del mundo

Un nuevo libro de la editorial Taschen, "Massimo Listri: las bibliotecas más bellas del mundo", presenta imágenes tomadas por el fotógrafo italiano de las bibliotecas más antiguas y mejores del mundo, que incluyen desde edificios medievales hasta instituciones del siglo XIX y colecciones privadas y monásticas.

BBC
17 de septiembre de 2018

Un nuevo libro de la editorial Taschen, Massimo Listri: las bibliotecas más bellas del mundo, presenta imágenes tomadas por el fotógrafo italiano de las bibliotecas más antiguas y mejores del mundo, que incluyen desde edificios medievales hasta instituciones del siglo XIX y colecciones privadas y monásticas.

Taschen señala que el libro es como "un concurso de belleza para bibliófilos".

 Biblioteca Apostólica Vaticana (Roma, Italia)

La Biblioteca del Vaticano tiene sus raíces en el siglo IV d.C., aunque adquirió su forma actual en el siglo XV.

La biblioteca del Vaticano posee el manuscrito más antiguo conocido de la Biblia. Foto: Massimo Listri | Taschen

Su decoración es vertiginosamente lujosa.

El lugar es una muestra de la influencia espiritual y temporal que permitió al Vaticano constituirse como un Estado soberano.

Además de documentos que abarcan gran parte de la historia de la humanidad, la biblioteca posee el manuscrito más antiguo conocido de la Biblia.

Biblioteca de la Abadía de Kremsmünster (Austria)

La Abadía de Kremsmünster fue fundada en el año 777 d.C.

Las propiedades de su biblioteca incluyen el Codex Millenarius, un famoso manuscrito del siglo VIII de los Evangelios cristianos en los que se representa a San Lucas como un buey volador.

Esta biblioteca está tan decorada como un lujoso joyero. Foto: Massimo Listri | Taschen

En el siglo XVII, al igual que muchas bibliotecas continentales, la de esta abadía fue (re)construida en estilo barroco.

Esta corriente se caracterizaba por llenar las superficies de tallados y frescos exuberantes, aunque la decoración de esta biblioteca resulta moderada en comparación con otras.

Los libros, como capital intelectual y cultural, alguna vez se consideraron tan valiosos como las joyas, por lo que tenía sentido que se guardaran en salones que parecieran magníficos joyeros.

Biblioteca Girolamini (Nápoles, Italia)

La sala de la biblioteca es un espacio imponente que se eleva en dos elegantes niveles de estantes de madera tallada, rematados con frescos y yeserías del barroco tardío.

Esta biblioteca de Nápoles fue víctima de saqueos hace unos años. Foto: Massimo Listri | Taschen.

El gran volumen de libros expuestos no deja dudas de que este es un lugar de altos estudios e investigación.

Aunque es muy variada, en la colección destaca la música. Esto se debe a que la orden religiosa fundadora de la biblioteca, la Oratoriana (creada por San Felipe Neri en Roma) cree en la importancia de la música y el canto en la contemplación religiosa.

Lamentablemente, en 2012 se descubrió que una red criminal había estado saqueando y vendiendo sistemáticamente valiosos textos antiguos de esta biblioteca histórica.

Muchos de ellos han sido recuperados.

Biblioteca Santa Genoveva (París)

Aunque probablemente sea más antigua, la primera información documental sobre esta biblioteca data de 1148.

La estructura de hierro hace pensar en estaciones de tren de la Revolución Industrial. Foto: Massimo Listri | Taschen

Fue fundada como una biblioteca monástica, sobrevivió intacta a la Revolución francesa y ahora funciona como una biblioteca universitaria.

El edificio donde se ubica actualmente fue diseñado por el arquitecto Henri Labrouste e inaugurado en 1851.

La majestuosa sala de lectura es como una catedral de la era industrial, por su estructura de hierro.

Biblioteca de la Abadía de Metten (Alemania)

El diseño de la biblioteca de la Abadía de Metten se inspira en conceptos teológicos. El resultado es un espacio densamente saturado, pero sorprendentemente lúdico.

El escultor Franz Josef Holzinger recibió el encargo de crear las columnas centrales para sostener el techo (porque una columna de mármol común no hubiera resistido).

La decoración recargada de este lugar podría distraerte de tu búsqueda de libros. Foto: Massimo Listri | Taschen.

Héroes cristianos como santo Tomás de Aquino aparecen en los frescos del techo.

Un problema con este enfoque rococó para construir un ‘templo del conocimiento‘ podría ser, quizás, que a veces haya que entrecerrar los ojos para encontrar los libros.

Biblioteca de la Abadía Saint Gall (St. Gallen, Suiza)

Esta abadía fue uno de los centros intelectuales más importantes de Europa occidental y la biblioteca es una de las más grandes de la Edad Media.

La abadía fue fundada en el siglo VII por el monje irlandés Galo, que seguía la Regla de San Benito, el santo más aficionado a los libros.

Esta biblioteca atravesó una remodelación barroca. Foto: Massimo Listri | Taschen

Una inscripción griega en la entrada de la biblioteca la llama un "santuario para el alma".

En el siglo XVIII, la biblioteca atravesó una remodelación barroca, a cargo del arquitecto Peter Thumb.

Hoy en día el lugar cuenta con una rica ornamentación rococó. Las estanterías de madera tallada cubren completamente las paredes en dos niveles, mientras que las pinturas del techo representan consejos ecuménicos y a los padres de la iglesia.

La abadía ingresó en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco en 1983.

Biblioteca de la Abadía de Admont (Austria)

La biblioteca de la Abadía de Admont fue uno de los mayores centros culturales de Europa durante casi un milenio.

Es la biblioteca monástica más grande del mundo y también podría ser la más grandiosa.

Estos estantes guardan alrededor de 1.400 manuscritos preciosos. Foto: Massimo Listri | Taschen.

La comunidad benedictina de Admont data de 1074 y ha estado coleccionando libros todo el tiempo.

Actualmente tiene alrededor de 1.400 manuscritos preciosos. Más de la mitad de estos data de la Edad Media. El más antiguo data del siglo VIII.

La sala de la biblioteca mide 70 metros de largo y tiene un estilo barroco.

Los libros están ordenados por temas, bajo frescos alusivos a estos, de acuerdo con los ideales de la Ilustración.

Biblioteca del Monasterio Strahov (Praga, República Checa)

El monasterio Strahov fue fundado en 1143 y ha sobrevivido a incendios, guerras y saqueos.

La biblioteca del lugar alberga libros de una amplia gama de temas, entre ellos, la religión.

Entre los textos de esta materia, destaca el exquisito evangeliario Strahov, del siglo IX, que tiene piedras semipreciosas incrustadas en la encuadernación.

Este lugar sufrió décadas de abandono. Foto: Massimo Listri | Taschen.

La biblioteca tiene dos salas monumentales: la de Teología y la de Filosofía.

La primera es de estilo barroco. Sus códices están uniformemente encuadernados en blanco, lo que da una sensación agradable y ordenada.

La segunda (que se muestra la imagen) fue construida a partir de 1783. Tiene un diseño más neoclásico y se caracteriza por sus gabinetes de nogal.

Durante los gobiernos comunistas que tuvo el país, el monasterio formó parte del Museo de Literatura Checa.

Pero después de la caída del bloque soviético, las colecciones fueron devueltas a los premonstratenses (orden religiosa francesa que sigue la Regla de San Agustín), que han estado trabajando desde entonces para revertir décadas de abandono.

Biblioteca del Trinity College (Dublín, Irlanda)

La reina Elizabeth I de Inglaterra fundó el Trinity College en 1592 como un centro de educación protestante, con la idea de romper con la tradición monástica de aprendizaje en la Universidad de Dublín.

No hay mujeres representadas en los bustos de esta biblioteca de Dublín, Irlanda. Foto: Massimo Listri | Taschen

La construcción de la biblioteca actual, conocida como la Biblioteca Vieja, comenzó en 1712 y acabó en 1732.

Su espectacular sala central mide 65 m de largo y se conoce como la "Sala Larga". Tiene una ornamentación agradablemente modesta y simetrías que transmiten calma.

Las estanterías de roble de este ambiente albergan 200.000 de los libros más valiosos de la universidad. Junto a ellos hay bustos de Oscar Wilde, Samuel Beckett, y otros intelectuales que alguna vez usaron la biblioteca. No hay mujeres.

Los tesoros del lugar incluyen obras maestras como el Libro de Durrow (un evangeliario que data de entre los años 650-700) y el Libro de Kells (otro evangeliario del año 800)

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