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Estudiante avisado...

El cierre de 181 programas universitarios es una señal de alerta para que los estudiantes le presten atención a la universidad en la que se matriculan, opina el académico Fernando Rodríguez.

Fernando Rodríguez*
24 de abril de 2005

Recientemente se dio a conocer el cierre de 181 programas universitarios de administración de empresas, contaduría y economía. El Ministerio de Educación argumentó que los programas aludidos no obtuvieron el Registro Calificado que certifica que cumplen con unas condiciones mínimas de calidad para su funcionamiento.

Dentro del proceso que se requiere para obtener el registro calificado, se estableció como plazo máximo el 16 de mayo de 2004 para todas las instituciones de educación superior. Por consiguiente, aplicando la norma y teniendo en cuenta esta condición, se establece que 68 programas están reportados sin estudiantes y se puede inferir que sencillamente no presentaron la solicitud de registro. Los demás programas, es decir 123, tienen estudiantes matriculados pero no hicieron la solicitud de registro. Por ello los pares académicos encontraron deficiencias que no hacían recomendable el registro.

La determinación del Ministerio obliga a la instituciones a las que pertenecen estos programas a establecer convenios con universidades que tengan los programas de la misma área del conocimiento para que sus estudiantes terminen la carrera en instituciones acreditadas. La acreditación o reconocimiento de alta calidad de un programa académico en funcionamiento, en términos muy sencillos, es el resultado de un proceso voluntario, en el que se cumplen unos estándares de calidad complejos, orientado hacia la excelencia académica, en el que después de un trabajo de auto evaluación y mejoramiento, un programa y la institución demuestran un alto nivel de excelencia.

Paradójicamente, este aparente problema le genera beneficios a los estudiantes. Ellos salen ganando gracias a que su proceso de formación será acompañado por programas con alta calidad reconocida formalmente.

Dentro de la legislación colombiana en educación superior se tiene como punto de partida la autonomía universitaria, la cual está consagrada en la Constitución Nacional y se enmarca en la responsabilidad incondicional que deben demostrar las universidades. Por lo que este tipo de problemas no se debería presentar.

No obstante, es bueno reconocer aquí que el resultado nos da a entender que el Sistema de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior está dando resultados. Obviamente, falta ver que está ocurriendo con los registros de los programas correspondientes a la formación de profesionales en las demás áreas del conocimiento.

Seguramente, hacia el futuro, los aspirantes a ingresar a los programas de Educación Superior, además de prestarle atención a la elección de la carrera, tendrán que centrarse más en la elección de la universidad en donde la cursarán. Ya no sólo se preguntarán por el registro calificado, sino que además indagarán por la acreditación formal de los programas.

A las Universidades y al Estado les falta dar a conocer o divulgar toda esta normatividad. Se hace necesario que tanto los padres de familia, los aspirantes y los empleadores de los egresados y la comunidad en general se enteren del verdadero sentido de los procesos y los resultados a que conlleva la búsqueda permanente de la calidad, para evitar y prevenir de esta forma consecuencias irreparables a futuro.

* Director de la Especialización en Gerencia de Instituciones de Educación Superior de la Universidad Santo Tomas.