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Hijo avisado...

Martes 03. Andrés Ramírez le da diez recomendaciones para quedar como un príncipe en el día de la madre.

Andrés Ramírez
1 de mayo de 2005

Si las estadísticas se repiten como en los últimos 15 años, usted seguramente estará el sábado en la noche metido en una infernal cola para entrar a un parqueadero de un centro comercial en busca de un regalo de última hora para su mamá. Eso si es una persona precavida, ya que para el colombiano promedio esa rutina muy seguramente la realizará el domingo en la mañana después de que su hermanita menor lo despierte con una algarabía mientras le entrega a su mamá una hermosa manualidad que hizo en el colegio. Al darse cuenta de semejante olvido usted se reprochará una y mil veces. Pronto los reproches darán paso a la angustia y después a la depresión. Es en este punto donde empezará ha sentirse como lo que es: un miserable. Medio empiyamado (con gorra y sudadera) usted saldrá sigilosamente de su casa y correrá al primer almacén en busca de un objeto que atenúe la voz que le repite: "ayer te gastaste cien mil pesos con una mujer que apenas conocías y a tu mamá no le compraste ni una chocolatina en su día". En medio de la improvisación usted empezará a recorrer un vía crucis que lo llevará por almacenes atestados de cientos de malos hijos como usted. Por eso es muy probable que sucumba fácilmente ante la primera oferta que se le atraviese en el camino. Igual lo que está buscando es un detalle rápido que lo haga quedar bien con su mamá pero sobre todo con usted mismo. ¿Pero se ha puesto a pensar que tal vez un regalo de mal gusto es peor que nada? ¿Ha considerado la posibilidad de que su madre sienta que lo que usted le está regalando es apenas un objeto para salir del paso? Por eso, tenga cuidado con comprar la primera plancha que vea, o el kit de cuchillas para licuadoras Oster en descuento o la crema humectante para manos que también sirve como antiarrugas. Si quiere descrestarla con un regalo que de verdad la haga sentir orgullosa de haberlo traído al mundo empiece por recordar que es lo que le a ella gusta. Mejor dicho, para quedar como un príncipe con el ser más sagrado ponga atención a las siguientes diez recomendaciones: 1. Compre el regalo con tiempo, esa es la primera regla. 2. Por ningún motivo se le ocurra regalar algo que indirectamente le diga a su mamá que está vieja: deseche las cremas antiarrugas o las fajas reductoras de abdomen por más llamativas que sean. 3. Tampoco le insinué que es su cachifa: nada de limpiones, ollas, vajillas, licuadoras, etc... 4. Esta bien que quiera que su mamá esté a la moda pero tampoco trate de convertirla de la noche a la mañana en una cuchibarbie, nada de ropa interior sexy, ni pantalones de cuero ni mucho menos algo que tenga que ver con la palabra descaderado. 5. Recuerde que el regalo es para su mamá no para usted, no le vaya a comprar el cd doble de chill out o de acid jazz con el argumento de querer ponerla a moda. 6. No olvide que lo más importante es identificar los gustos de su mamá, imposible que después de vivir tantos años junto a ella todavía no sepa qué es lo que le gusta. 7. Y más importante que identificar sus gustos es respetarlos. Si a ella le gustan los Chalchaleros pues cómprele el disco doble en vivo de los Chalchaleros, si le gustan los poemas de Gonzalo Arango no trate de embutirle los libros de Efraín Medina, si le gusta leer el periódico el domingo regálele una suscripción al Tiempo y no a Soho. 8. El día de la madre es una celebración familiar. En lo posible no lleve a su novia al almuerzo en honor de su madre. La única protagonista ese día debe ser su mamá y es ella quien debe acaparar toda su atención y energías. Además no olvide que su novia seguramente también tiene una mamá a quién atender. 9. Nunca, pero nunca, vaya a dejar pasar este día sin regalarle un presente, así sea una tarjeta. El discurso anticapitalista trasnochado de "yo prefiero demostrar con afecto y no con cosas materiales y el a mi no me gustan las fechas diseñadas por la sociedad de consumo" están mandadas a recoger. 10. Recuerde que la mamá es el ser más importante en la tierra, ella lo trajo al mundo con amor y sólo pide a cambio que, así sea por un día, le demuestre que ella es importante. Si sigue estos consejos usted sentirá el próximo día de la madre que es el mejor hijo del mundo. El otro, al que se le olvidó el regalo, estará corriendo medio empiyamado con un práctico asistente de cocina en una mano y un libro de Paulo Coelho en la otra. Cuando llegue a su casa abrazará a su mamá y le dirá: ¿pensaste que se me había olvidado no? Su mamá, que es un ser perfecto como todas las madres, no reparará en el regalo y lo besará, e incluso se emocionará. Seguramente agradecerá a Dios por haberle dado un hijo tan especial, así no sepa después que carajos hacer con el ayudante de cocina y con el libro de Coelho.