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columna del lector

La Bogotá de los señores Smith

Dixon Moya, lector de SEMANA.COM, protesta por la caricatura distorsionada de Bogotá que insisten en presentar en el cine.

Dixon Moya
17 de julio de 2005

"Sr. y Sra. Smith", película que actualmente ocupa los primeros lugares de audiencia mundial, relata la poco edificante historia de un matrimonio de asesinos a sueldo y se inicia supuestamente en Bogotá. Sin embargo, se trata de una ciudad desconocida, para los bogotanos o quienes hayan visitado la capital colombiana.

Aparte de helicópteros bombardeando la ciudad y un panorama apocalíptico con casas incendiadas, la panorámica muestra un pueblo rural entre montañas, sin edificios ni otras pruebas de desarrollo urbano. Las escenas cercanas son más deplorables, un hotel de mala muerte, con ventiladores, que dan idea de un calor insoportable, calles de tierra y una "discoteca" con gallinas alborotadas entre los clientes del lugar. Los actores que encarnan a unos policías colombianos, hablan con acento mexicano o caribeño y visten uniformes extraños. En síntesis, una distorsionada caricatura de Bogotá.

No sé que provoca un malestar mayor, si ver esta presentación mísera de nuestra ciudad, o la actitud ingenua y cómplice de alguna periodista colombiana que entrevistando al actor Brad Pitt, le exclamó que estaba emocionada porque su película se refería a Colombia, el actor apenas cerró los ojos y emitió una sonrisa lastimera. Habría sido el momento preciso para reclamar el abuso y la falta de información sobre Bogotá.

En veinte años, no hemos avanzado mucho. En 1984 se estrenó la cinta "Dos bribones tras la esmeralda perdida", cuya historia aparentemente transcurría en Colombia, pero fue filmada en México y Puerto Rico, con idénticos errores sobre nuestra identidad cultural y geográfica. Hubo un tímido reclamo de algún mandatario local en aquella época. Sin embargo, los colombianos seguimos siendo víctimas, no sólo de nuestros problemas internos, sino de los "creativos" extranjeros, que nos toman como el escenario tragicómico de sus realizaciones.

Para quienes trabajamos en promover el turismo a Colombia, este es un golpe bajo. Muchos de los espectadores del mundo, aquellos que creen todo lo que aparece en el cine, estarán convencidos que esta es la imagen real de Bogotá, por ello es necesario algún tipo de reacción ciudadana. Hace 20 años cuando algunos colombianos protestaron a los realizadores de "Dos bribones...", no hubo mucha trascendencia, pero en esta época cibernética, es posible hacerles llegar a los responsables y protagonistas de la película mencionada, el reclamo respetuoso pero contundente, por su desconcertante ignorancia. Los bogotanos deberíamos hacernos escuchar en el mundo. Aparte de las acciones que nuestras autoridades consideren promover, quienes amamos a Bogotá, tenemos la obligación moral de reclamar.

Esta protesta-propuesta sugiere que esta rectificación masiva sobre Bogotá, se remita a todas las casas productoras de cine (a sus páginas en Internet), a los sitios especializados de cine, periódicos y medios del mundo cinematográfico. No se logrará cambiar el mal hecho, pero quizás se contribuya a que en el futuro, sean un poco más cercanos a la realidad. Además solicitar que si algún periodista colombiano, tiene la oportunidad de hablar con algunos de los responsables de esta distorsión, no asuma una posición servil, por el contrario, aproveche para hacer caer en cuenta del error. Nuestras emisoras y revistas, que cuentan con los medios para ello, deberían entrevistar a los responsables de tan lamentable puesta en escena. El silencio es cómplice de la injusticia.