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Columna del lector

¿Mala imagen?

La historiadora Amira Armenta asegura que los que se sienten ofendidos por las imágenes negativas de Colombia en la prensa extranjera deberían darse cuenta de que lo malo no es que en el exterior se enteren de las cosas feas que hay en el país sino que estas existan

Amira Armenta*
3 de abril de 2005

Según leí hace unos días en la prensa colombiana en Internet, a algunos en Colombia no les ha gustado el artículo sobre Medellín publicado en el número de marzo de la National Geographic. El asunto me llamó la atención porque precisamente por esos días, el periódico holandés NRC Handelsblad, inició una serie de reportajes sobre Colombia, cuyo primer artículo propició una reacción, por parte de no sé qué lobby colombiano en Holanda, de rechazo a la imagen que ofrecía del país. El artículo se centraba en la región del Catatumbo, el proceso con los paramilitares, la violencia en la región. Es decir, un tema del que difícilmente se podía esperar que se dijeran bellezas.

En ambos casos, los colombianos se sintieron ofendidos al considerar que la imagen ofrecida por esos artículos es demasiado negativa, y que no coincide con la realidad. Un columnista del periódico caleño El País sugirió que la próxima vez, en vez de imágenes tan deprimentes de Medellín, los fotógrafos extranjeros publiquen fotos de los barrios elegantes de la ciudad.

Aunque es posible imaginar que el alcalde Medellín, uno de los principales ofendidos, tenga razones de orden económico -inversión, turismo- para protestar, resulta no obstante incomprensible que se insista en negar algo incontestable: que en Colombia hay miseria y violencia, y que en los últimos años la situación del país no ha hecho sino deteriorarse. No por nada la vendedora de rosas ya no vende rosas, ahora es prostituta.

A los colombianos parece que nos da vergüenza que en el exterior se sepa que hay regiones en Colombia con cientos de miles de desplazados por la violencia, que hay zonas de guerrilla, y regiones en las que el paramilitarismo es un verdadero para-Estado con poder político, militar y financiero, que el narcotráfico ha penetrado la sociedad en todos sus niveles, etc. Nos da vergüenza que se vean imágenes como las publicadas en la NG. Todo lo cual, efectivamente, es vergonzoso. No por si mismo sino por no haber sido capaces de evitarlo.

¿Qué tan menos negativa, o qué tan positiva podemos esperar los colombianos que sea la imagen que se tiene de nuestro país en el exterior? Qué pasa por ejemplo si le damos un vistazo a la prensa colombiana a ver qué imagen nos presentan del país. Como colombiana residente en el exterior, soy una asidua visitante de los sitios en Internet de los periódicos y revistas más importantes del país. Y lo que encuentro en ellos a diario no es como para dar saltos de felicidad. Yo diría que la imagen de Colombia que revela la prensa colombiana está muy a tono con lo que cuentan las mencionadas publicaciones extranjeras.

Mírense si no, rúbricas como las de 'Justicia' o 'Colombia', de los websites de los periódicos colombianos para comprobar que están llenas de titulares nefastos: masacres, homicidios, violaciones, secuestros, fumigaciones, de nuevo el proceso 8.000, la reelección, crece la prostitución infantil. La última vez lo más suave que había en una de esas secciones en El País de Cali era un suicidio. Y todo esto en un día cualquiera.

Qué tendríamos que hacer los colombianos que vivimos en el exterior para no recibir imágenes tan deprimentes de nuestro país de origen. ¿Acaso escribirles cartas a las redacciones de los periódicos para que no pinten un cuadro tan macabro de la realidad nacional?

El pasado 13 de marzo, en una entrevista en El Tiempo al procurador Maya Villazón, el periodista Yamid Amat le pregunta, "¿Las condiciones del país en el año 1957, las cree vigentes?" A lo que el procurador responde: "No hemos avanzado mucho. Un país con el nivel de homicidios, de delincuencia que hay hoy, con grupos al margen de la ley, con la lucha armada que hay...".

¡Qué tal que un periodista extranjero dijera que en materia de orden público y desarrollo social el país está casi igual que hace cincuenta años! Lo dice el procurador general de la nación.

De acuerdo a las estadísticas más recientes, los índices de pobreza y pobreza extrema son hoy en Colombia más altos que nunca. Con lo cual, por este lado, incluso se podría decir que hemos retrocedido. Y aclaro que no se trata solamente de una verificación virtual obtenida a través de algún sitio web. Reconozco que las noticias que se obtienen a través de Internet o de la televisión a veces nos dejan una impresión sobredimensionada de los hechos. Vemos explotar una bomba en una calle de Jerusalén y nos parece que la ciudad entera está a punto de saltar en pedazos.

El nivel de pobreza que vi en la ciudad de Cartagena el año pasado fue contundente y sobrecogedor. Hacía ocho años no iba a Cartagena, y en este tiempo el nivel de vida del promedio de la población se ha degradado a extremos en mi opinión inéditos hasta hace unos años.



Yo me pregunto si es que la fuerza de la costumbre, hace que la gente no vea la realidad que la rodea. Que tiene que ir un extranjero, o un colombiano que ha estado ausente del país por años para notarla. Los que se sienten ofendidos por las imágenes 'negativas' de Colombia en la prensa extranjera deberían darse cuenta de que lo malo no es que en el exterior se enteren de las cosas feas que hay en el país, lo malo es que éstas existan. Y que aunque publicaran nada más fotos de las avenidas chic de Medellín, no por eso desaparecerían las barriadas y los tugurios, que además ocupan un área mucho más grande del territorio urbano.

*Historiadora colombiana residente en Holanda