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columna del lector

No es un Papa cualquiera

Miércoles 20. Benedicto XVI tiene todo para volver a unir a Europa, acabar con el hedonismo y relativismo ético que predomina. Columna de Rodrigo Jaramillo, lector de SEMANA.COM.

Rodrigo Jaramillo
17 de abril de 2005

Se ha electo un Papa y no un Papa cualquiera. Es un filosofo alemán, con toda la fuerza de la filosofía alemana de todos los tiempos, con la profundidad de la reflexión alemana.

Sus santidad Benedicto XVI es un teólogo profundo, gran profesor de teología y filosofía. Viene de la vieja Baviera, en donde la Reforma protestante nunca caló, donde se consolidó una de las iglesias más sólidas de Europa y se gestó gran parte de la participación de los católicos en la democracia europea.

Su santidad Benedicto XVI llegó en un momento clave para la consolidación de la unidad de Europa. Él es una luz al final del túnel.

Actualmente, el viejo continente es dirigido por unos líderes de las más diversas procedencias, sin coincidencias en lo fundamental y donde el espíritu que guió la creación de la Comunidad Europea se disolvió en hedonismo y relativismo éticos.

La iluminación de lo comunitario frente al individualismo hirsuto puede ser el aporte de este sumo Pontífice a la unidad espiritual de una Europa que pierde sus principios guía.

Europa hoy es una suma de contradicciones, que tienden a hacerle perder el camino que había iniciado después de la Segunda Guerra Mundial, cuando coincidían De Gasperi, Adenauer, Schumann, Fanfani, Moro y tantos otros católicos que dieron vida a la fuerza unitaria dentro de lo comunitario a la Europa de hoy.

Este Papa puede ser la unidad espiritual de Europa, que necesita consolidarse como un todo para iluminar a su vez el camino de la integración de otros pueblos como el latinoamericano, tan necesitado de unidad.

Benedicto XVI tiene lo que se necesita. Hijo de policía y soldado derrotado en una guerra, sufrió y vivió desde la base y los orígenes el parto de la Europa Solidaria, de la Europa de la cooperación internacional y no la de la confrontación internacional.

Además vivió con su iglesia alemana todo ese proceso de formar a los dirigentes laicos del Pueblo de Dios para participar en la "sociedad laica, pero no necesariamente laicista".

Santísimo Padre, como lo dijiste en la más reciente homilía, nuestra fe es caridad. Amor es lo que necesitamos todos los hombres de la tierra.