Primera de abono
Por culpa de la espada se perdieron las orejas
Entretenido y emotivo resultó el primer festejo en la primera de abono en la Santamaría, organizado por la Corporación Taurina de Bogotá.
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Los aficionados que asistieron a la primera corrida de la temporada bogotana salieron con un sabor agridulce -por cierto una entrada de alrededor de tres cuartos de plaza- agria porque los matadores de turno perdieron los apéndices por fallar con la espada y dulce por el arte de Miguel Abellán, el poder de Fernando Robleño y el valor de Sebastián Vargas. Los toros de la ganadería de Guachicono de Luis Fernando Castro de buena presentación pero que, después del tercio de varas, se refugiaron en tablas, con excepción del tercero que fue bravo y embistió con mucha fijeza.
Fernando Robleño
Comenzamos con este espada porque confirmó su alternativa en Bogotá. A Gaitero, de 485 kilos, lo recibió con dos largas cambiadas para instrumentarle después una serie de verónicas a pie junto rematadas con una revolera. Con la muleta el español estuvo poderoso en series por ambas manos, sobre todo una de cuatro derechazos templados, y que fueron muy aplaudidos. Al entra a matar dejó una estocada tendida que fue necesario rematar con dos golpes de verduguillo. Saludó desde el tercio. A su segundo, sexto de la noche, de nombre Jengibre de 494 kilos, le instrumentó una faena porfiada, sacándole, a base de insistencia, pases de mucho mérito y poder porque el toro se refugió en la querencia y allí a base de pundonor y ganas le sacó lo mejor que pudo a un manso que después de cada pase punteaba de manera peligrosa buscando el cuerpo del diestro. Un pinchazo, estocada entera y descabello para este manso que fue pitado en el arrastre. Buen sabor dejó este diestro entre la afición bogotana.
Sebastián Vargas
A su primero, Soñador, de 465 kilos, la presidencia lo cambió pues al salir de chiqueros con violencia se lastimó uno de sus cuartos traseros. Lo cambiaron por uno de Juan Bernardo Caicedo, que le propinó una voltereta, afortunadamente sin consecuencias, como consecuencia de citarlo en la cuna de los pitones, y porque se arrimó de verdad, verdad. Aún así le ligó serie de derechazos, templándolo, inclusive con redondos, que fueron muy emotivos. Por alto manoletinas, exponiendo, y al entrar a matar dejó una estocada que no fue suficiente por lo cual descabelló. Hubo petición de oreja, y ahí quedó todo. No obstante fue obligado a dar la vuelta al ruedo. A Sol de Suesca, un colorado quemado de 478 kilos, no le pudo ligar faena porque el burel punteaba peligrosamente por ambos pitones y refugiado en las tablas le sacó unos derechazos arrimándose tanto por lo que fue cogido de nuevo. Mató, sí, echándose encima, como los valientes. Sigue siendo bien recibida su inclusión en los carteles.
Miguel Abellán
Arte, arte, arte, demostró este diestro madrileño ante la afición desde el mismo momento que se abrió de capa. Con la muleta citando de lejos -emulando al maestro César Rincón- mostró además de clase mucho poder, ligando tandas de derechazos y naturales con un sabor exquisito, redondos e invertidos. Pureza, es la manera como está lidiando este diestro que seguramente estará dando la pelea durante la temporada española a lo largo de este año. Ojo con él. No obstante también perdió las orejas por demorarse con la espada. Sin embargo dio la vuelta al ruedo en medio de los aplausos del respetable. A su segundo en suerte, que se aculó en tablas después de la vara intentó -con pases por bajo- llevarlo a los medios, tarea difícil porque el manso no se lo permitió. Le instrumentó una faena de aliño para pegarle una estocada habilidosa que fue suficiente. Pitos al toro y aplausos al madrileño.
La del domingo
Mucho movimiento se ha visto en las taquillas de la Santamaría, y no es para menos pues el cartel lo integran Julián López 'El Juli'; el triunfador de la feria de Manizales, el albaceteño Manuel Caballero, y el colombiano que más lidia en el país, César Camacho. Será, pues, el primer lleno, seguido por las corridas en las que reaparece César Rincón.