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columna del lector

Sobre la solidaridad

Ricardo García Chadid, lector de SEMANA.COM, resalta la importancia de traducir las palabras en hechos en tiempos de guerra. Más de uno debería seguir su ejemplo.

Ricardo García Chadid
17 de julio de 2005

"Cójanlo, cójanlo, un ladrón". Es el grito que a menudo se escucha en la calle, motivado por la acción de un pillo que le ha arrebatado a una mujer (sin importar edad o su condición social) un collar de su cuello. Este sentimiento solidario, no produce gran cosa. Y no hay gran diferencia a quedarnos callados. Es obvio, los sentimientos sin actuaciones no producen resultados positivos.

Hace varios días y con ocasión de la toma a sangre y fuego de Toribio (Cauca) salió en un medio de prensa una foto en donde se observaba la siguiente escena: un héroe Policía asesinado tirado en el piso, a su lado un perro callejero y se ve claramente cuando un indígena arrastra el cuerpo del asesinado y otro que corre con su fusil.

¿Qué podríamos decir de la escena? Un 95 por ciento de los lectores diría: él que arrastra el cadáver quiere robársele el uniforme y las botas. Y el otro corre con el fusil para entregárselo a la guerrilla.

El 5 por ciento restante aseveraría, en cambio, que son dos ciudadanos colombianos que actúan por el hecho que observan. Uno lo mueve para ubicarlo en un sitio digno. El otro, coge el fusil y se lo entrega a la Policía, para que no se lo roben. ¿Usted que creyó? Si esta en el 95% esta equivocado. Si es de los que pensaron como el 5% acertó.

(Sea la ocasión para agradecerle a estos dos colombianos, su acto de solidaridad. El Ser Supremo los bendiga.)

Esos mismos porcentajes son los que miden las acciones solidarias en nuestro país. La solidaridad es un sentimiento que debe producir una acción. Si esta no llega, no deja de ser un deseo, un querer, un sentimiento apático y paquidérmico.

La solidaridad debe impulsarnos para actuar. No es solo decir "cójanlo, cójanlo". Es por lo menos informar a la Policía lo que esta sucediendo. No es solo criticar por que exploto un carro bomba cerca de mi entorno laboral. Es pensar: "yo vi ese carro antes y le observe indicios sospechosos y a nadie le informe".

No es solo decir que el Ejercito no hizo nada para evitar un secuestro masivo. Es pensar que yo lo pude prevenir, por que si hubiera informado la gente sospechosa que merodeaba la carretera, el Ejercito hubiera intervenido.

La solidaridad y la seguridad van de la mano. Un carro bomba, no distingue entre Soldados ,Policías y civiles. Entre niños y adultos mayores, entre ricos y pobres, entre blancos y negros. No, la bomba mata sin distingos. La solidaridad nos obliga mas que por nuestra seguridad informar lo que pensamos que es sospechoso y puede ocasionar muerte de inocentes. No es decir: "no es mi responsabilidad porque no me afecta".

Por el otro lado, la acción de la autoridad ante informaciones vitales debe ser rápida y oportuna, sin que esto lleve a la muerte a Soldados y Policías por falta de previsión.