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columna del lector

Un ministro culebrero

El deteriorado estado de las vías del departamento del Chocó puso a pensar a José Mosquera, quien escribió para SEMANA.COM una lista de irregularidades que en el tema hay en esta zona del país.

José E. Mosquera*
12 de febrero de 2006

Se observa con bastante frecuencia la falta de coherencia entre lo que  anuncia el gobierno  y lo que ejecuta en materia de construcción de vías. En algunos casos, es evidente la ausencia de cohesión entre el interés que tiene el Presidente Álvaro Uribe en sacar adelante la construcción de algunas carreteras y las tardías decisiones que toman sus colaboradores.

Una de las regiones más afectadas con esa dicotomía administrativa es el Chocó. Las ejecuciones de obras en las dos principales carreteras que unen a la región con el interior no se escapan de la retórica y la demagogia de los funcionarios del gobierno.

Pese a los reiterados anuncios sobre inversiones para mejoramiento de las carreteras Quibdó-Bolívar y Pereira-Quibdó, estas vías siguen presentando los mismos problemas de transitabilidad de épocas anteriores, muy poco se ha avanzado en el mantenimiento y continúan siendo las mismas trochas con los mismos problemas del pasado. Y para la muestra un botón: la región sigue incomunicada con el resto del país.

¿Cuántas regiones más en el país están sufriendo la misma situación vial que el Chocó? La lista es larga y el drama parece que no tiene final, porque en cuanto a demagogia se trata, nuestro ministro de Transporte, Andrés Uriel Gallego, superó a sus antecesores.

En relación con las vías del Chocó, antes de posesionarse habló desde la conexión con Panamá hasta de la reactivación del legendario canal interoceánico de Raspadura. Cuatro años después, no ha podido lograr ni siquiera que el Ministerio del Medio Ambiente, luego de siete años de trámites, entregue la licencia ambiental para la continuidad de la apertura del carretera hacia Panamá, y como si fuera poco, en la Visión II Centenario 2019 no se incluyó la Zona de Integración fronteriza colombo-panameña.

En otras palabras, los desarrollos viales en esta zona fronteriza no están dentro de las prioridades de las políticas y los planes de integración con los países vecinos en los próximos 14 años. De la misma cosecha hemos escuchado permanentes verborreas del ministro sobre la construcción del puerto de Tribugá, pero todo se ha quedado en sólo promesas.

Acertadas han sido las opiniones del ex ministro Rudolf Hommes cuando  dice: "Las vías de apertura del gobierno de Gaviria se empezaron hace quince años, todavía no se han hecho, ni se van hacer con el ministro de Transporte que tenemos", y tiene razón, tenemos a un ministro que le cabe el calificativo de culebrero, más ocupado en asuntos de brujas que en temas de su competencia.

La continuidad de la vía Ánimas-Nuquí, parece un cuento de hadas. El único mecanismo que han encontrado los chocoanos para convocar la voluntad del alto gobierno han sido las vías de hecho. Salir a las calles a reclamar mayor atención del Estado.

En los últimos decenios, todos los gobiernos, sin excepciones han prometido sacar a la región del aislamiento, pero todo se ha quedado a mitad de camino. Hace poco los chocoanos salieron de nuevo a las calles a reclamar por cuarta vez,  durante el gobierno del Presidente Uribe,  la terminación de la vía al mar. ¿Qué pasó para que los chocoanos regresaran a las calles? En esta oportunidad no fue para exigir la inclusión de recursos en el Presupuesto Nacional, sino para evitar que los dineros asignados fueran trasladados.

Los tropiezos empezaron cuando los funcionarios del gobierno desconocieron lo acordado con el Comité Cívico y no destinaron las partidas acordadas, en las adiciones presupuestales en 2003 y 2004,  y no incluyeron la obra en el Plan Nacional de Desarrollo.

El Estado no puede seguir incubando más resentimientos y odios en una comunidad marginada como la chocoana, porque esas justicias sociales pueden llegar a tener consecuencias graves. Lo que está ocurriendo en Francia es un campanazo de alerta en el mundo.

(*) joemosbe@epm.net.co