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Uribe: un paisa habilidoso bien asesorado

Lunes 02. ¿Qué hay detrás de la popularidad del Presidente?, ¿por qué nadie le cobra su afán reeleccionista y su invisible pelea contra la corrupción y la politiquería?, se pregunta Carlos Arturo Tamayo, lector de SEMANA.COM.

Carlos Arturo Tamayo
1 de mayo de 2005

La gran mayoría de los colombianos somos gente sencilla que nos impresionamos fácilmente. Por eso es sensacional que el Presidente aparezca en los consejos comunales y veredales con poncho sombrero y ruana es una sensación. Y aun más que en su discurso incluya palabras como: "Dios quiera que podamos conseguir la platica, construir la escuelita, el puentecito, arreglar el pueblito...". Que utilice diminutivos e invoque la bendición de Dios, y diga "el señor los bendiga" ya lleva un gran terreno ganado en su popularidad. Es que en este país del sagrado corazón es fácil gobernar cuando se invoca el nombre de Dios porque toca los más finos sentimientos y creencias populares. Pero los conocedores de indicativos económicos y desarrollo social saben que el presidente Uribe, desde que fue elegido, ha representado una mentira institucional. Miremos por qué: se hizo elegir con la promesa de combatir la corrupción, el clientelismo y la politiquería. Hasta ahora lo que hemos visto es todo lo contrario. Tanto el gobierno como el congreso están legitimando el paramilitarismo, aunque jueguen la farsa habitual de estar combatiéndolo. Basta con ver los distintos proyectos de leyes de perdón y olvido que han presentado mientras lo que se ha logrado frente a la guerrilla es bastante clandestino. Se diría que se resume en los planes de seguridad ejecutados durante los puentes festivos en las carreteras para que podamos salir de paseo pero poco en los planes de fondo para atacar la causa y no la consecuencia de este mal. La solución al conflicto armado en Colombia la conoce todo el mundo desde hace muchas décadas y se llama justicia social. Esto incluye disminución de la pobreza y la inequidad, acceso a la salud, invertir en la educación. Pero tenemos cobertura y calidad por debajo de los estándares. ¿Por qué en vez de imponer a la fuerza pública en zonas deprimidas no manda médicos, odontólogos, ingenieros sanitarios, maestros, asesores agrícolas, veterinarios y planes de vivienda popular? Por esto Uribe es otro mas de la infinita serie de politiqueros que vienen gobernando estas tierras desde los tiempos de la colonización española, que cree que el mundo entero debe tener una estructura jerarquizada de autoritarismo vertical y por eso calca tan rigurosamente las filias y fobias del presidente Bush. Y como para no ir muy lejos podemos tomar por ejemplo la guerra contra el terrorismo, un discutido termino en el conflicto colombiano que ha sido tomado como bandera para las próximas elecciones presidenciales. Así mismo lo hizo el presidente Bus para justificar las agresiones en el medio oriente, donde aun continua bombardeando y torturando prisioneros. Uribe justificará también el hecho que las Fuerzas armadas se lleven la mejor tajada del presupuesto nacional, por encima de la educación y ahora recortes a la salud mientras que maquilla los indicadores económicos para mostrar una buena gestión, como quedó comprobado con la renuncia del director nacional del Dane Cesar Caballero La otra debilidad del presidente Uribe es que detesta y considera perjudicial la critica y la libertad de opinión. Basta con recordar el cuestionamiento que hizo de las ONG, y su famosa frase "el que no esta conmigo le hace el juego a los terroristas". Y es que sufre el síndrome de terrorismo o mejor el "síndrome de guerrilla, la misma que mato a su padre y por eso su venganza" de tal manera que todo le huele a terrorismo. La sola mención de la palabra "derechos humanos" en la boca de la oposición le provoca picazón. Por eso viene su llamada "seguridad democrática" que de democracia no tiene mas que el nombre, pues es la misma negación de la democracia. Una seguridad basada en la sospecha generalizada, en las redes de informantes, en las detenciones masivas y en la eliminación de las garantías judiciales. El hecho es que tiene muy buenos, diría "excelentes" asesores de imagen y comunicadores que ejecutan estrategias diseñadas para mantener una opinión favorable de su gobierno y esto lo demuestra su popularidad que no se vio afectada después del fracaso con el referendo, las criticas a las ONG, la crisis fiscal, la cuestionable desmovilización de los paras, la ley 100 que menguo la salud en Colombia, su firme deseo de acabar con la tutela, la descachada con el guerrillero que alojo en el hotel Tequendama y lo puso como ejemplo nacional, la gran migración de colombianos al exterior, el incremento de los desplazados, personas sin casa, sin trabajo, la reforma pensional y laboral que demostró ser un fracaso para la generación de empleo. Es que el buen marketing y la publicidad bien aplicada venden lo que sea. Miremos el caso de MacDonald's que vende millones de "comida chatarra" alrededor del mundo y es considerado uno de los responsables de la obesidad en el gigante del norte. Además, no cabe duda que al presidente Uribe le ha ido bien por que a sus antecesores les fue bastante mal. Como dice la frase "en el mundo de los ciegos el tuerto es rey". Otra estrategia es "decir lo que la gente quiere escuchar", especialmente después del gobierno pastrana "lucha contra la subversión". Tener este tipo de popularidad no es nuevo, la tuvo Hitler, Mussolini, Somosa y Pinochet en su momento. Al igual que el indio amazónico cuando juro traer el ser amado y llenarlo de riquezas. Lo peor de todo es que en Colombia estamos acostumbrados a que todo es a la brava, como dicen algunos "de buenas que nos haya tocado un presidente de mano dura" o lo contrario como decía mi abuelo "la inocencia en los niños es bonita, pero en los viejos es ridícula".