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Vida, pasión y suerte de Ammar

Jueves 11. Germán Silva, lector de SEMANA.COM, hace un recorrido por la vida del líder palestino Yasser Arafat, fallecido ayer.

German Silva Losada*
8 de noviembre de 2004

Se arrastran las horas en la tarde del viernes 13, año 33 de la cristiana era. Bajo el manto nubarroso, un grupo de mujeres y hombres se dirigen a un impreciso cementerio, humillados, mas con la fe en el cielo, llevando en andas al último torturado, dispuestos a devolverlo a la madre tierra, a hurtadillas lo acompañan hasta su última morada. Como el recién fallecido, lucen lengua barba, envueltos en desteñidas túnicas se abren paso entre rastrojos,. Nicodemo, el mulatito, ha traído especies varias para preparar el cadáver, mientras José el padrastro, suministra lino limpio para cubrir todo el cuerpo magullado, latigado, cruzfijado. El nazareno había sido acusado de revolucionario.

La luna llena triste se amarilló perezosa sobre Jerusalén. La ciudad hervía atestada y enfrentada entre los que mataban lentamente la esperanza y la turba sedienta, abigarrada en bestial lucha por su tierra prometida. Dicen que resucitó a los tres días, pero sólo se le vio de nuevo al empezar los últimos 40 años del diluvio, en el que llovieron megatones químicos, napalm, átomos volando y uranio podrido.

En el embrujo del Cairo, medieval Eguito, Mohammad Abdel(I), vio la luz de su primer día el 15 de agosto del año 1929, cuando la explosión de la primera crisis en el sueño capitalista, presagiaba determinismos y revanchas. Pregonó la libertad para cultivar su tierra y formar familia en llanuras y montañas heredadas de su cultura milenaria. Descendiendo del Sinaí sus gemelos de Judea se asentaron apoyados por el Desconcierto de las Naciones, mientras ellos parias en sus territorios, caían muertos sobre su tierra sin sustento . Pero se levantaron y ahí fue troya. Rauf Arafat Al, anudó el anhelo de millones, para reclamar con puños, hondas y pedradas su derecho a tener patria.

Su niñez se perdió en el desconcierto y su juventud se mezcló a la resistencia contra monstruos demoníacos. A sus 17 y sin inclinarse a la seducción de las doncellas, se amarró con sus vecinos campesinos, formando brigadas de resistencia palestina, armados de valor, fe y esperanza y enfrentándose con herramientas laboriosas. Nacían como núcleos guerrilleros, opuestos a la invasión, de un estado judío en sus territorios. Avezado guerrero, se trenzó en los fieros combates entre el 47 al 49, transformándose en guerra al imponerse la fundación del Estado de Israel.

La afrenta obliga a Qudwa Al Husseini, y sus apóstoles a entregarse en cuerpo y alma por su causa, tejiendo la organización de rebeldía y lucha. Perseguidos caminan al refugio en la amplia franja de Gaza y de ahí hasta su cuna en Egipto, aplicándose a la ingeniería civil y administración en dos universidades del Cairo religioso. Su destreza lo coloca como primer presidente de la combativa Unión Palestina de Estudiantes, UPE, en los inciertos años de 1952 al 57. En 1959, rellena alforjas, marchando con centenares de alistados en la germinación del movimiento armado Al Fatah, que al ser detectado y amenazado, se desenvuelve en una lucha fluida de guerrillas, en la guerra de liberación frente a Israel, despidiendo el año 64.

Yaser Al es ya el líder indiscutible en la tierra de los árabes y en el orbe retumba el eco de los aplausos a su lucha, cuando creada la Organización para La Liberación de Palestina OLP, es elegido presidente de su Ejecutivo en la primavera de 1969. Se envuelve en su seudónimo de guerra Abú Ammar, recibiendo la solidaridad de los pueblos, especialmente de la Unión Soviética, Cuba, China y Vietnam del Norte. Fue allí en una gélida tarde moscovita, cuanto pude estrechar su mano y sentir su beso en un multitudinario mitin tan encendido que quemamos las banderas de Israel y la del Tío Sam.

La OLP, fue el fruto histórico del largo periodo de resistencia y organización de 7 grupos desde los guerrilleros radicales hasta los moderados y conciliadores. Arafat se inclinó por la dialéctica leninista de la combinación de todas las formas posibles de la lucha. La resistencia se hizo pueblo, multitud y cruento combate. Yaser enfundado en su chaqueta de lana verde olivo, es recibido con honores militares en la Gran Cumbre árabe de Rabat que reconoce la OPL en 1974 otorgándole carácter beligerante como "única y legítima representante del pueblo palestino".

El 13 de noviembre de 1974 Arafat irrumpe con voz propia como representante de Palestina en la asamblea general de la ONU, en la que luego de historiar y justificar sin rencor su gesta, termina resumiendo con su famosa frase de las dos alternativas: "Tengo en mi mano y ofrezco un ramo de olivo por la paz, en la otra cualquier arma por la guerra..."corresponde a los israelíes decidir cual camino siguen.." En el recreo de la conferencia el presidente norteamericano le impuso al ministro Israelí, la segunda opción. La geopolítica y el petróleo, eran ya codiciadas divisas en el horizonte del oriente medio. EL 13 de noviembre ha resonado cada uno de éstos treinta años de guerra sucia, citado como fecha de la solidaridad internacional con la causa palestina. Impregnado de espiritu abnegado y combativo ha chocado como el Quijote contra todos los molinos que fueron moliendo su existencia. Carismático y unificador de la dirección, y la organización de la resistencia, le ha puesto el lomo a la pesada carga de principal dirigente nacional en 35 largos años, como la frente levantada a las mas controversiales adversidades, signadas por otra frase de acero: "..Oh montaña, el viento no te estremecerá.."

Acuartelado y haciendo vida en la contienda, estaban en Beirut diez años, desde finales de 1971 hasta 1981, cuando acorralados por el sitio impuesto por las tropas mercenarias, rompieron cercos en la noche, trituraron los anillos envolventes y resucitaron en los alrededores de Túnez en busca de cobijo, de refugio. Siempre con la llama solidaria de los pueblos y sus organizaciones, reconstruyen sus ejércitos y organizan minuciosamente la sublevación nacional palestina conocida como la Intifada que estalla en la mitad de 1987, con participación de todos las organizaciones, conquistando posiciones vitales y va a potenciar las conversaciones por la Paz con Israel. Siempre jugó a convertir cada derrota en potencial victoria, granjeándose el respeto como político revolucionario y estratega militar probado.

Tres décadas de aventura y guerra justa dejan profundas huellas en su causa. Organizaron el exilio de los indómitos fedayines desde el Líbano, cuando las potencias occidentales los convencieron de dejar los territorios libres para el desvastador paso de los sionistas masacrando miles de civiles en los campos de Jordania, de Tal al Zataar, Sabra y Chatila en el septiembre negro. La desmoralización de muchos y el extremismo de otros sólo pudieron ser recompuestos por Arafat y el partido de comunistas que siempre estuvo a su lado. Vendría la célebre declaración de Argelia que sólo reconocía al estado de Israel, hasta la brega en los Acuerdos de Oslo, y las promesas incumplidas de Camp Davis, para apostársele a la segunda Intifada.

Unió sus objetivos a los de la causa árabe contra la expansión Israelí y norteamericana, que pese al múltiple apoyo de los Soviéticos y los pueblos, fue derrotada en la guerra de los seis días. Su irrestricto apoyo a Irak contra el imperialimo gringo en la guerra del golfo de 1991, le restó el apoyo de varias organizaciones y de la misma ONU. Se abrió campo de nuevo en los tortuosos senderos internacionales para atar cabos, tejer hilos e imponer de nuevo las conversaciones con Israel en 1993, que caminaron en secreto, hasta que los sabuesos norteamericanos, españoles y franceses, las olfatearon y con su doble moral, se hicieron a ellas para imponer la enredada Hoja de ruta, sin vía libre. Elabora la Declaración de Principios para la Autonomía Palestina, que se firma en septiembre de 1993 en Washington, en histórico parangón con el primer ministro israelí Yitzhak Rabin, rubricando un acuerdo de autonomía en mayo de 1994. Galardonado con justicia con el Premio Nobel de la Paz en 1994 al lado de Rabin y Shimon Peres, hace su triunfal regreso a los vastos territorios palestinos, fundan la Autoridad Palestina y es nombrado presidente en el verano del 96.

La osadía despierta los ánimos guerreristas de Washington y Telavi, recurriendo a la guerra sucia con ataques indiscriminados al refugio palestino, urdiendo el asesinato de Yitzhak Rabin en 1995 para imponer a la derecha revanchista de Benyamin Netanyahu, que hunden de nuevo la causa de la paz. Las organizaciones anudadas en la Autoridad Palestina lanzan la segunda Intifada en septiembre de 2000, que propicia golpes demoledores a la ocupación de israel generando el apoyo universal hacia la fundación de la Autoridad Nacional palestina y la urgente necesidad de su Estado como nación.

El umbral del tercer milenio fue regado por la guerra salvaje para los pueblos. La crisis irreversible del modelo neo, y la destrucción del campo socialista, genera la unípolaridad del imperio que saluda el 2000 con la preparación del ataque brutal preventivo y terrorista para recomponer su economía. El detonante es colocado en las torres gemelas para crear el nuevo enemigo terrorista, en el que se listan las organizaciones del cambio. Se impone el monstruo Bush en el norte y su gemelo Airel Sharon en el oriente al despuntar el 2001. Declarado por los halcones como reo terrorista en el último mes de ése año, Ammar es confinado en la histórica Ramalla. En 2002, George W. Bush y Sharon le declaran la guerra a muerte, como uno de los 7 terroristas del orbe y el 11 de septiembre de 2003, el régimen israelí impone una cruzada para extraditarlo de los territorios palestinos

Logra escapar a 12 atentados para eliminarlo. Sus 75 años han sido de vida en lucha por su pueblo, con el respaldo de millones que ante la guerra no valen. Luego de aventurillas de conquista, se unió por matrimonio con su mas fiel ayudante Suha Tawai con casi la mitad de su edad descendiente de cristianos. La cigueña los premió con Zhawa, que nacío en el 95. Sus últimos dos años en Ramalla acorralado ha resistido hasta sus últimos esfuerzos recibiendo el castigo de la muerte impuesta por Bush y Sharón, que lo han ido matando lentamente. Varias veces los servicios básicos han sido cortados, muchos mueren allí de hambre, desasosiego o contaminación. En cambio de alimentos se ahogan con los gases tóxicos y los venenos letales de bombardeos indiscriminados, de lluvias de uranio en racimo, empobrecido o enriquecido, da lo mismo. Arafat muere espiritual y físicamente. Su sangre sigue resistiendo envenenada, por la comida descompuesta, y por el virus terrorista ventiado desde el norte como la bestial agresión de odio y masacre del imperio sionista. Tuvo la virtud de formar varias generaciones. La última expandirá la resistencia para ganar la tierra y el futuro. El cielo le ha sido negado por el Papa.

* Periodista y escritor refugiado en Suecia hace 8 años.