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El presidente de Colombia, Álvaro Uribe; el presidente de Francia Nicolas Sarkosy; y el jefe de las Farc, Manuel Marulanda Vélez.

PULSO GOBIERNO-GUERRILLA

Agencia afín a Farc acusa a Sarkozy de “dirigir operación militar” para romper la guerrilla

La agencia de prensa Anncol, que reproduce el pensamiento de esta guerrilla, reaccionó con un artículo en el que acusan al primer mandatario francés de intentar fraccionar al grupo insurgente con la liberación de Rodrigo Granda.

5 de junio de 2007

En la mayoría de los casos, los artículos que publica la agencia Anncol suelen interpretar el pensamiento del secretariado de las Farc. De ahí, la importancia de los dos últimos textos publicados en la mañana de este martes. En el primero fueron categóricos al informar que “Rodrigo Granda fue liberado contra su voluntad” y en el último lanzan un feroz ataque contra el presidente de Francia Nicolas Sarkozy.

El texto es bien reciente pues además de analizar la intervención del presidente Álvaro Uribe en la noche de este lunes, anuncia el secuestro del capitán de la Policía Julio Javier Solórzano. El oficial plagiado coincidencialmente en la noche del lunes cuando el presidente Uribe se dirigía por televisión a los colombianos.
 
El plagio ocurrió en zona rural del municipio nortecaucano de Miranda. El capitán Solórzano fue secuestrado junto con el comerciante Humberto Loaiza, empresario dedicado a la explotación de chance y lotería.

Loaiza había invitado al capitán Solórzano, junto con su familia, al estadero El Parral, cabecera municipal de Florida, cuando un grupo de hombres armados se lo llevó. Se trata de la máxima autoridad policial de Florida, uno de los dos municipios que las Farc exige despejar para empezar a hablar de un canje. La agencia Anncol dice: “Al raso Pinchao las Farc lo cambiaron por el capitán de la Policía Julio Javier Solórzano”, en referencia al agente John Frank que se les voló después de nueve años de secuestro. De confirmarse el plagio, lo que las Farc habrían hecho sería secuestrar a otro agente que les sirva de cambio para presionar el intercambio humanitario.

Igualmente, dice Anncol que las últimas decisiones del presidente Uribe de soltar a 180 guerrilleros –entre ellos Rodrigo Granda– son “gestos mediáticos de pasarela, con el objetivo de desviar la atención pública de otros ‘problemitas’ que tiene el gobierno” en alusión a la para-política.
 
En el texto Anncol no deja títere con cabeza pues a pesar de que en la mayoría de los medios hay voces encontradas sobre las decisiones del jefe del Estado, no vacilan en afirmar que “los medios de comunicación controlados por el Ejército colombiano” fueron los que bautizaron Rodrigo Granda tras su “secuestro” en Caracas como ‘Canciller’, y ahora “hoy lo acaban de nombrar también contra su voluntad: “Obispo de la paz”.

Tras esta andanada la emprenden contra el presidente de Francia: “El Estado colombiano, ha puesto en marcha una gran operación de inteligencia militar esta vez dirigida por el Estado francés y el ‘incondicional’ presidente Sarkozy, a quien el gobierno de Bush, empantanado en Irak y el Oriente Medio y después del fracaso del Plan Regional Andino/Plan Colombia, ha delegado la continuación de las operaciones de guerra sicológica, contra la ‘escoria’ de Colombia”.
 
Según la interpretación de Anncol lo que busca esta “operación de inteligencia” es quebrar la sólida unidad que las Farc ha mantenido durante más de cuatro décadas. “Esta operación violatoria del Derecho Internacional Humanitario (DIH), contra una organización insurgente que invocando el legítimo derecho a la rebelión se enfrenta por todos los medios, desde hace más de 40 años al Estado colombiano, tiene como eje centra el vaciamiento del “mando militar responsable” de la organización insurgente de sus militantes y combatientes voluntarios, obligándolos en condiciones de encarcelamiento a firmar “pactos individuales” de paz y de renuncia a su pertenencia voluntaria a la organización insurgente, cuando precisamente los tiene prisioneros pudriéndose por haber cometido acciones colectivas de rebeldía”.
 
Dice que esta política es la continuación de la “vieja teoría del imperialismo francés aplicada y probada con tanto horror y sangre en Argelia, Vietnam y el África negra francesa, y que consiste en negar en contra de toda realidad, que no hay conflicto interno y por lo tanto desconocer el Derecho Internacional Humanitario que los rige. No hay conflicto, por lo tanto no hay prisioneros políticos, no hay intercambio de prisioneros del conflicto (que no existen) y que debe regirse por las leyes humanitarias establecidas en los protocolos de Ginebra para los conflictos internos. Hay en su reemplazo gestos mal llamados humanitarios, que son solo eso: gestos mediáticos de pasarela”.
 
Para el analista, todo esto busca “desviar la atención pública de otros ‘problemitas’ que tiene el gobierno de Uribe Vélez: mientras tanto, dice, “Jorgito Noguera sigue libre. El padre de la ex canciller Araújo sigue asistiendo a los clubes sociales y un parlamentario ‘prófugo’ sigue en España”. En conclusión, según Anncol, se busca es liberar individualmente “supuestos rebeldes” para luego liberar en “compensación a lo narco-paramilitares que eligieron y le dan soporte político y militar a su amigo el presidente de Colombia Uribe Vélez”.

La despachada de Anncol no solo es contra Francia sino contra España. “El militarismo colombiano asistido por la “diplomacia del imperialismo francés”, que ya dio muestras de su eficiencia cuando en la década de los 70 asesoró y entrenó a las dictaduras fascistas del Cono Sur de América Latina; se dispone con la ayudita de los segundones de España, a reeditar una nueva versión de la teoría de los ‘dos Demonios’, que consiste en igualar los genocidios masivos de sus ciudadanos que dice defender y que fueron cometidos por las Fuerzas del Estado a nombre de la Seguridad de ese Estado legal y legítimo reconocido por la ONU, con las acciones de una organización insurgente que pretende reemplazar ese Estado”.

Aunque no es la voz de las Farc sí es una primera respuesta de la agencia de prensa más afín y que muestra un radicalismo absoluto al extremo que dice que hoy Granda, que goza de privilegios en las cómodas instalaciones –donde abundan preciosos jardines– de la Conferencia Episcopal Colombiana, está “secuestrado en los cuartos de los obispos” y para colmo “sin ninguna seguridad”.

Y es una respuesta que simboliza el fuerte pulso que se inició en las últimas horas entre las Farc y el gobierno y que, por ahora, sigue generando más interrogantes que respuestas.