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Alfonso Riaño - Convergencia Ciudadana

18 de octubre de 2007

Este representante por Santander fue uno de los novatos que llegó al Congreso en el período que se inició el 20 de julio de 2006 y que irá hasta 2010.

Se hizo congresista después de haberse desempeñado como concejal en su natal municipio de Cimitarra y ocupar una curul en la Asamblea de su departamento desde 2001 hasta 2005. Llegó al Capitolio con 49.775 votos y como integrante del partido Convergencia Ciudadana, al que también pertenece su aliado, el gobernador Hugo Aguilar.

Fue elegido pese a los cuestionamientos del representante Jaime Durán contra su campaña. Según Durán, ésta fue apoyada por los paramilitares del Bloque Central Bolívar en Santander. Sin embargo, pudo ocupar su puesto en la Cámara de Representantes.

Pero pocos meses después, el senador Gustavo Petro lo nombró en una de sus denuncias sobre los políticos que tuvieron vínculos con paramilitares. A las mismas se sumaron más tarde otros testimonios anónimos que daban cuenta de aquel hecho.

Según éstos, el representante Riaño habría participado en una reunión en enero de 2002 con el jefe paramilitar Iván Roberto Duque, alias ‘Ernesto Báez’, en Puerto Berrío (Antioquia). Al encuentro asistieron otros paramilitares y otros políticos como José Manuel Herrera, Óscar Reyes y Luis Alberto Gil, todos de Convergencia Ciudadana.

La idea de la clandestina reunión era preparar las listas para las elecciones parlamentarias de ese año y hacer acuerdos que facilitaran su trabajo político a cambio de prebendas cuando los candidatos estuvieran en sus curules. Especialmente, había interés en transferir a los paras recursos de salud y puestos en alcaldías, según las denuncias.

El documento donde quedó consignada toda aquella estrategia llegó a manos de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia a principios de 2007.

Por esos días, el representante Riaño fue noticia por haber participado en una marcha a la que asistieron cerca de 5 mil personas del Magdalena Medio el sábado 17 de febrero. El objetivo de la movilización era apoyar el proceso de desmovilización de los paramilitares y decir que todos tuvieron en algún momento relación con ellos.

Más tarde, se dijo que todas esas personas obedecían a amenazas, pero los mismos organizadores de la marcha, entre ellos Riaño, presentaron luego un documento con 50 mil firmas que apoyaban el proceso con los paramilitares.

El escándalo pasó y su nombre sonó de nuevo el pasado 25 de julio en la noticia que estremeció la política de Santander. En esa fecha, la Corte Suprema de Justicia les abrió investigación preliminar a Alfonso Riaño y los congresistas que habrían participado en el mencionado pacto de Puerto Berrío.

La Corte investigó y el pasado 11 de octubre los citó a indagatoria. La cita de Riaño quedó programada para el 17 del mismo mes, pero éste renunció a su curul el mismo día en que fue notificado de la decisión, por lo cual su caso dejó de ser competencia de la justicia especializada que lleva los procesos contra los congresistas y pasó a manos de la ordinaria, que encabeza la Fiscalía General de la Nación.