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Arte por las regiones

Los Salones Regionales de Arte han permitido que el público valore lo que están haciendo los artistas plásticos de todo el país. Natalia Gutiérrez, curadora del Salón Regional Centro, habló con Semana.com sobre el arte que se está produciendo en Bogotá.

12 de febrero de 2006

Desde octubre pasado se dio inicio a los XI Regionales de Arte por todo el país. Los salones regionales buscan dar un panorama de lo que está ocurriendo en artes plásticas en todo el territorio nacional. Son, a la vez, la gran antesala del Salón Nacional de Artistas que se celebrará el próximo año en Bogotá. En total son 7 salones y cada salón abarca varios departamentos. En esta oportunidad, a diferencia de versiones anteriores, cada salón contó dos con dos proyectos curatoriales con el fin de darle mayor calidad a las exposiciones. Anteriormente se hacía una convocatoria abierta. Esto se prestaba para un desnivel en la calidad de las propuestas.

El próximo 2 de diciembre en Tunja se abrirá el Salón Regional Centro (Cundinamarca, Bogotá y Boyacá) y también cuenta con dos curadurías. Natalia Gutiérrez, bajo el proyecto 'Un lugar en el mundo' convocó a 52 artistas bogotanos, muchos de ellos con una importante trayectoria en las artes plásticas. SEMANA.COM habló con ella sobre este salón y cómo ve el arte que se está produciendo en la capital.

SEMANA.COM: Los salones regionales, al igual que el Salón Nacional, siempre han sido criticados. ¿Qué aspectos positivos ve en instaurar dos curadurías por región y no hacer una convocatoria abierta como se hacía antes con jurados?

Natalia Gutiérrez: Las curadurías son verdades transitorias y me parece importante que el público se vaya acostumbrando a ello. Antes se "reificaba" una institución que definía  qué era arte y en el fondo operaba con un jurado que escogía  unos artistas con su criterio. Un curador escoge a un grupo de artistas con una idea y tiene que justificarla en un escrito. Así al público le quedará más claro que ese salón es una verdad transitoria y que un  curador diferente o un grupo de curadores en el año siguiente construirá otra pregunta sobre el arte. Me parece muy difícil que se pueda lograr la tranquilidad que la mayoría del público añora,  cuando una persona dice esto es arte y esto no es arte y todos le creen. En realidad las curadurías son espacios para discutir lo que está pasando en el arte, escogiendo sólo un aspecto que debe ser completado con otras miradas.

La Curaduría no es incompatible con una Convocatoria abierta. En algunos Salones Regionales se llevaron a cabo convocatorias abiertas paralelas a otros procesos de escogencia, como en el caso del salón de Bogotá. 

SEMANA.COM: En Colombia hay muy pocos curadores, usted es uno de ellos, pero muchos apenas estaban haciendo su primera curaduría ¿no es riesgoso que precisamente los salones se centren en curadurías?

N.G.: No creo. Anteriormente, por lo menos en los salones en los que participé como jurado,  existía el riesgo de que tres jurados nombrados desde Bogotá dieran cuenta de procesos tan distintos como el arte de la Costa, de Nariño o del Meta.  Pienso que un curador regional puede darle una lectura más justa a los procesos de su región. Nadie "nace" curador.  Los curadores se "hacen" también con la práctica, afinando la percepción  y con la reflexión teórica. 

SEMANA.COM: Su proyecto curatorial se llama 'Un lugar en el mundo' ¿En qué consiste?

N.G.: Siempre he creído que los artistas son los únicos que pueden,  en medio de este bombardeo de información, detenerse y pensar lo que realmente le interesa a un pobre ser humano y establecer relaciones con los otros de manera diferente. Esta podría ser  una noción de lugar que voy a explorar tratando de leer las obras presentadas.

Construí un criterio guía  para escoger a los artistas. Consistió en  pensar en aquellos cuyas obras cumplieran un doble requisito: primero, obras que partieran de una "negociación" intima con la cultura que nos tocó vivir, una negociación que implica experimentar y construir un método particular y casi intransferible. Por esta razón  no les impuse un tema, porque creo que son precisamente los artistas los que sacan a luz temas que muchas veces la sociedad no nombra. Y segundo, obras que se inscriban en lo colectivo, es decir, que tengan el poder de cambiar, en parte,  la forma de ver o de conmover a una "inmensa minoría".

SEMANA.COM: Dentro de la lista de artistas que hacen parte del proyecto curatorial, muchos tienen ya una trayectoria importante. Sin duda, es el salón que tiene artistas con mayor recorrido. ¿Usted quiso que así fuera?, ¿cómo se dio este proceso?

N.G.: Precisamente por ese doble requisito que le cuento, escogí artistas de trayectoria. Además creo que a Bogotá lo caracterizan  muchas cosas, pero sobre todo dos que conozco más de cerca: los artistas con trayectoria y los procesos pedagógicos. Bogotá tiene más de cinco facultades de arte muy dinámicas y soy testigo de las transformaciones en la manera de ver de los estudiantes en el salón de clase. Por eso en  mayo,  cuando el  salón se inaugure en Bogotá, cinco profesores representantes de cada universidad escogerán a un grupo de estudiantes y presentarán su proceso pedagógico en el espacio.

SEMANA.COM: ¿Qué opina de que, probablemente, en el Salón Nacional no se dé un premio como en versiones anteriores? 

N.G.: Me hubiera gustado que en cada regional se diera un premio a uno o a varios participantes, porque es una oportunidad para que una institución oficial estimule a un artista para que así, pueda dedicarse a su trabajo.

SEMANA.COM: ¿Hay diferencias importantes entre el arte que se está produciendo en Bogotá con el del resto del país?

N.G.: No lo sé

SEMANA.COM: ¿Qué medios predominan en el Salón Centro?

N.G.: Todos los medios