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Brasieres para Juanes

Juanes llegó en el momento propicio para suavizar el día a día y la soledad de cientos de colombianos en Tokio.

Sara Guevara
28 de abril de 2006

Muchos se desplazaron hasta el Aeropuerto de Narita, a más de una hora de tren, para recibirlo. Sin embargo una recepción cálida y espontánea se convirtió en una convencional y sin mayores aspavientos. Las prohibiciones fueron la regla: no gritar, no tomar fotografías, no portar pancartas. Un solo error de alguno que quiso tomar un video familiar a la salida del aeropuerto fue suficiente para que el joven fuera golpeado y maltratado por los agentes de seguridad dispuestos para la protección de Juanes.

Pero si en el aeropuerto había quedado el sabor amargo, la tristeza se fue apoderando de muchos en la colonia colombiana, cuando al paso de los días, las cientos de invitaciones para un concierto exclusivo estimado entre 1000 y 1500 personas, se convirtieron en artículo de lujo y de estatus. Algunas fueron sorteadas mediante un formulario que más de mil colombianos debían llenar por Internet, otras fueron estratégicamente distribuidas.
El día del concierto amaneció gris. En la calle, antes de su ingreso al teatro, algunas colombianas y japonesas desafiaban la llovizna y el viento de la tarde. Muchos de los japoneses asistían por curiosidad y confesaban no tener ni idea de qué tipo de música interpretaba el cantante y de qué tan importante era. Sí que menos sabían de su nacionalidad colombiana.

Juanes convenció a los japoneses. Su última canción “La Luna”, de Joe Arroyo puso a bailar y a gritar a los más escépticos, aún en las sillas VIP del teatro. Fue en ese momento cuando una lluvia multicolor de brasieres, cuidadosamente marcados con frases amorosas, antes de concierto acústico, cayó a los pies del artista. Japonesas y colombianas que carecían de tan preciado bouquet decidieron por el camino despojarse de los propios para lanzarlos incluso con bragas que decían haber comprado en las mejores tiendas.

El cantante no se retiró del escenario sin agradecer a Universal Music, la Embajada de Colombia y Café de Colombia por la oportunidad brindada. Pero terminó por conquistar a los asistentes japoneses con un sentido arigato, y dos marcadas venias que sin duda le abrieron la puerta a futuras presentaciones, que probablemente inicien con el lanzamiento de “Mi Sangre” el próximo 7 de junio.

Ya se disponía a salir del escenario, cuando de pronto notó que algo se le quedaba. Regresó a recoger más de una docena de prendas íntimas que habían quedado tendidas en el suelo. Las tomó y las alzó triunfante, como si se tratara del mejor ramo de rosas.