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Cacaos y tigres de papel

En la época del proceso 8.000, nunca se habló del papel que jugaron los empresarios en la crisis que casi tumba al presidente Samper. En varias ocasiones los principales gremios recomendaron la renuncia del mandatario, temerosos de las posibles sanciones económicas impuestas por Estados Unidos. Pero finalmente no lograron nada. Ese es el tema que trata la politóloga Angélika Rettberg en su libro, <i>Cacaos y tigres de papel</i>. Lea la presentación del libro y dos capítulos.

Angelika Rettberg, Ph.D.*
26 de enero de 2004

El 19 de junio de 1994, un domingo y día de elecciones en Colombia, Fernando Botero Zea, gerente de la campaña Samper Presidente, recibió un mensaje en su beeper. El mensaje era de Augusto López Valencia, presidente de Bavaria, quien le pidió que se comunicara con él de manera inmediata. Cuando Botero lo llamó, López ni lo saludó pues con entusiasmo le gritaba: ¡Ganamos!". Luego le explicó que acababa de recibir las últimas encuestas de la cadena radial Caracol, que indicaban que Ernesto Samper había sido elegido Presidente de Colombia (Semana, 21 de junio de 1994).

El episodio no es muy conocido, pero sí la continuación de esta historia. Pocas horas después de clausuradas las votaciones, Samper se vio envuelto en una tormenta judicial y política en torno a la entrada de dineros del narcotráfico a su campaña, comúnmente conocida como Proceso 8.000 (en evocación del expediente judicial que le dio origen). En su transcurso, el proceso polarizó la sociedad colombiana, hirió susceptibilidades, acabó con amistades y hasta cobró víctimas fatales, a manera de una telenovela tragicómica que observó perpleja la mayoría de la población colombiana.

El empresariado colombiano fue uno de los actores más visibles en torno al escándalo que rodeó la entrada de dineros del narcotráfico a la campaña del presidente Ernesto Samper. Los principales gremios recomendaron la renuncia al Presidente, temerosos de las posibles sanciones económicas impuestas por Estados Unidos. A su vez, varios grandes grupos económicos brindaron apoyo al Presidente, resquebrajando así la unidad empresarial.

Este libro utiliza el Proceso 8.000 como vitrina para estudiar algunos aspectos de la relación entre empresarios y política en Colombia. Parte del supuesto de que la tendencia a mirar el sector privado como una sola cosa, sin prestar atención a sus divisiones internas y a sus múltiples y a veces contrapuestos intereses, ha contribuido a una visión simplificada de su participación en política. En particular, señala las dificultades para conformar o mantener frentes empresariales unidos ante amenazas comunes como punto de partida para esbozar un modelo de las relaciones entre empresarios y política en Colombia.

Al analizar la relación entre estos dos disímiles actores empresariales-gremios y grupos económicos-y abordar la pregunta acerca de qué explica el apoyo de los grupos al Presidente, el libro entonces va más allá del caso específico del 8.000 y aporta una explicación acerca de qué quieren los empresarios en política, cuándo son efectivos y cómo se afectan mutuamente en el logro de sus objetivos.

En ese sentido, 'Cacaos y tigres de papel' hace varias revelaciones, de las que se destacan:

- Los empresarios quieren y pueden cosas distintas en política. Tener presente esas divisiones y distinciones ayuda a entender por qué a veces no logran lo que quieren. Los recientes acontecimientos en Venezuela también ilustran esta situación: Hasta no obtener el apoyo del poderoso Grupo Cisneros, el movimiento empresarial antichavista no pudo producir una respuesta colectiva contra ese gobierno. Incluso después de obtener el apoyo del grupo, Fedecámaras (el gremio venezolano más fuerte), no logró sostener la oposición contra el presidente Chávez, a pesar de haber logrado organizar un paro empresarial de varios días.

- Las diferencias internas del sector privado en cuanto a su acceso al poder y a su capacidad de influencia explican cuándo se escucha a quién en la toma de decisiones políticas. Por ejemplo, durante el fallido proceso de paz del gobierno de Andrés Pastrana, en marzo de 2000, un grupo de dirigentes gremiales que asistió a una de las primeras audiencias públicas fue objeto de una vergonzosa rechifla. El golpe fue más duro cuando, pocos días después, los representantes de los principales grupos económicos-así llamados cacaos-fueron invitados por el gobierno y recibidos en audiencia privada por el líder de las Farc en el Caguán. Que la diferencia cualitativa entre unos y otros se valora también en círculos extraempresariales quedó claro por la forma en la que el negociador guerrillero alias 'Joaquín Gómez' se refirió a la visita de los cacaos: "Si antes nos sentíamos hablando con santos [cuando otras figuras nacionales e internacionales visitaron a las Farc en el Caguán], ahora nos sentimos hablando con Dios" (El Espectador, 18 de marzo de 2000).

- Los grupos económicos son poderosos, pero no omnipotentes. Tanto en Colombia como en otros países latinoamericanos, la globalización trajo como consecuencia que los grupos económicos tuvieran que competir duramente para proteger sus privilegios y nichos del mercado. En esa competencia, su relación con los gobiernos recobró importancia, otorgando a estos más capacidad de maniobra y negociación de lo que comúnmente se asume como resultado de su dependencia del capital.

- Los gremios colombianos siguen con crisis de identidad, pues, con excepción de aquellos vinculados al sector externo, no han logrado superar la pérdida de los privilegios asociada con la apertura de comienzos de los 90 para convertirse en verdaderos interlocutores del gobierno en la formulación de políticas.

Este libro presenta la versión abreviada de la disertación doctoral de su autora. Para recopilar los resultados presentados aquí, el estudio se basó en entrevistas para obtener recuentos de primera mano de quienes fueron protagonistas y observadores cercanos de los eventos en consideración, como dirigentes gremiales, ejecutivos de los grupos económicos, gerentes de empresas, funcionarios del gobierno, académicos y periodistas. A su vez, las entrevistas fueron complementadas y contrastadas con otras fuentes como material de archivo, información de prensa y estadísticas descriptivas de varias instituciones.

Semana.com presenta los dos primeros capítulos del libro.

*Profesora Departamento de Ciencia Política, Universidad de los Andes. Autora del libro.