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Cho, el asesino de Virginia, causa un revuelo mundial con su ‘testamento’ grabado en un video

El estudiante, de origen surcoreano, se grabó con una cámara, justificó la acción que iba a cometer, perpetró dos asesinatos, mandó el video por correo a una cadena de televisión y regresó al centro de estudios para matar a 30 personas más.

Agencias internacionales
19 de abril de 2007

¿Qué significan los mensajes grabados en una cámara? ¿Qué interpretación tienen sus textos académicos? ¿Por qué asumió una postura de mártir? ¿En qué sociedad creció para hacer lo que hizo? ¿Entendía que se inmortalizaría a través de los medios de comunicación?

Estas son algunas de las preguntas que sicólogos y expertos de todo el orbe se hacen sobre el estudiante de origen surcoreano Cho Seung-Hui quien envió por correo un paquete al noticiero de la cadena de televisión NBC, el cual contenía imágenes de él empuñando armas y pronunciando una arenga furiosa y llena de obscenidades sobre los ricos “consentidos” y sus “necesidades hedonistas”.

Hoy todos analizan lo ocurrido. La policía declaró que el video del autor de la masacre de Virginia Tech podría ayudarles un poco en la investigación, pero que en realidad no aporta nada que ellos ya no sabían. Los periodistas están inmersos en una controversia sobre la decisión del canal NBC de transmitir las imágenes. Y en los periódicos de los cinco continentes, su rostro ocupa la primera página incluso por encima de hechos como los atentados de Irak en donde murieron por las explosiones 250 personas.

Entretanto, la universidad, escenario de la matanza de 32 personas el lunes -la peor masacre civil en la historia estadounidense- anunció que otorgará títulos y honores póstumos a las víctimas, y que los estudiantes tendrán la opción de concluir de inmediato sus semestres.
El video no aporta mucho que las autoridades no sabían ya, declaró el jueves el coronel de la policía Steve Flaherty, añadiendo que estaba decepcionado que el canal NBC decidió transmitirlo.

“No me gusta, porque hay mucha gente que no está acostumbrada a ver ese tipo de cosas tuvieron que verlo” declaró.

Asombro e indignación

Los estadounidenses reaccionaron el jueves con asombro e indignación al ver el video, en que el autor de la masacre lanza una diatriba incoherente.

Entre el primero y el segundo tiroteo que perpetró, Cho envió por correo el paquete. En éste Cho intentó también vincular su matanza con una anterior muy famosa, la ocurrida en el colegio secundario de Columbine, pues en su mensaje aludió a “mártires como Eric y Dylan”, los adolescentes responsables por esa masacre.

En el programa periodístico “Today”, de la red NBC, su anfitriona, Meredith Vieira, dijo que la decisión de divulgar la información “no fue tomada a la ligera”. Algunos familiares de las víctimas cancelaron sus planes de hablar con NBC debido a que se sintieron indignados de la propalación de las imágenes y del mensaje de Cho, reconoció Vieira.

Tanto el video casero como las fotos de Cho apuntando con sus armas de fuego a las cámaras en el remedo de un afiche de película de acción, fueron enviados a la emisora NBC en la mañana de la matanza en la universidad Virginia Tech.

El paquete, que llegó a la sede de la NBC en Nueva York dos días después que Cho mató a 32 personas y se suicidó en la mayor matanza con armas cortas perpetrada por una sola persona en la historia moderna de Estados Unidos, llevaba un matasellos que indicaba que había sido enviado desde una oficina de correos en Virginia a las 9.01 del lunes, una hora y 45 minutos después que Cho abrió fuego por primera vez.

Eso explicaría uno de los mayores misterios de la masacre: dónde estaba el pistolero y qué hizo durante el lapso de dos horas entre los primeros disparos, en un edificio de alojamiento, y el segundo, en un edificio de aulas.

Odio a los ricos

“Sus Mercedes no les bastaban, consentidos”, dice, aparentemente leyendo un texto. “Sus collares de oro no eran suficientes, presumidos. Sus fondos en el banco no les bastaban. Su vodka y su coñac no les bastaban. Nada era suficiente para satisfacer sus necesidades hedonistas. Tenían de todo”.

En algunas fotos, Cho aparece sonriendo. En otras sostiene una pistola en cada mano, y en otra blande un martillo.

Según la NBC, el paquete que han recibido contenía un texto de 1.800 palabras, en el que arremete contra el cristianismo de manera incoherente, difícil de seguir y sembrada de juramentos. Además, había 29 fotografías, de las cuales en once se puede ver a Cho mostrando sus pistolas a la cámara, vestido con una camiseta y una gorra de béisbol negras y un chaleco de camuflaje beige. En otra se le ve armado con un martillo y en otras se le ve sonriendo, o dentro de un vehículo.

Cho envió el paquete vía exprés, para que llegara al día siguiente, pero en la dirección puso un código postal erróneo, por lo que la NBC lo recibió el miércoles. Un cartero alertó a la cadena al ver que el remitente procedía de Blacksburg, la localidad de Virginia donde se encuentra la Politécnica, y que como remitente aparecía un nombre similar a “Ismail Ax”, un garabato que se encontró grabado en tinta roja en uno de los brazos de Cho tras su suicidio.

Los detalles que surgieron el miércoles -que Cho había sido acusado de acechar a dos alumnas y que fue trasladado a una instalación de salud mental debido a que se temía que se suicidara- incrementaron la creciente lista de señales de advertencia que aparecieron con bastante anticipación al día en que el joven causó la matanza.

Entre otras cosas, los escritos desequilibrados y llenos de violencia de Cho, y su actitud hosca y con la mirada huidiza habían preocupado tanto a los profesores y estudiantes que fue retirado de una clase de inglés y en repetidas ocasiones se le insistió que debía recibir ayuda psicológica.

El joven había sido llevado a una clínica psiquiátrica en el 2005, pero nunca fue acusado formalmente del acecho a las jóvenes, informó el miércoles la policía.

Hoy los sicólogos del mundo discuten qué llevó al joven a grabarse. ¿Sabía con precisión que la televisión lo inmortalizaría? ¿Tenía todo preparado para que su rostro le diera la vuelta al mundo a través de la televisión, el internet y los periódicos?

La polémica está en el aire. Incluso ya superó al de la libertad que tienen los estadounidenses para acceder a una arma de fuego. Un hecho que no es nada superficial. Al contrario, los datos son elocuentes.

En EE UU hay más de 190 millones de armas de fuego en manos privadas. Hay 65 millones de pistolas en circulación. Uno de cada tres norteamericanos está armado, algunos de ellos fuertemente armados. En el 40% de los hogares hay un arma de fuego; en uno de cada cuatro hay una pistola escondida en un cajón. Se venden al año cerca de dos millones de pistolas y más de cuatro millones de armas de fuego en general. Algunos analistas coinciden en señalar que aquí se conjugan los dos elementos: las armas y el culto que le rinde la televisión a la violencia. El debate está abierto.