Home

On Line

Artículo

Raúl Reyes, vocero de las Farc, desató una tormenta política en Colombia al decirle al diario argentino Clarín que respalda la opción política del Polo Democrático.

Elecciones

Declaración de apoyo de las Farc al PDA calienta ambiente preelectoral en Colombia

Mientras el gobierno advirtió que no permitirá interferencias armadas en los comicios, el Polo Democrático calificó como asqueantes las palabras de Raúl Reyes y fustigó al Ejecutivo por “tratar de manipularlas” para sacar dividendos políticos.

28 de agosto de 2007

La tormenta comenzó a gestarse el pasado fin de semana, cuando el diario argentino Clarín publicó una entrevista en la que el jefe guerrillero Raúl Reyes declaraba su respaldo al Polo Democrático Alternativo. Debido a que el principal tema de la agenda de las Farc es el intercambio humanitario, dicha frase quedó perdida entre las manifestaciones guerrilleras a favor despeje de Pradera y Florida, Valle. Con el paso de las horas y revisadas en detalle, las declaraciones generaron una tormenta política de tal dimensión que, hasta cierta medida, lograron poner de acuerdo al gobierno y la oposición en su vehemente rechazo a las Farc.

Reyes había hablado sobre la posibilidad de que el Polo llegue al poder en Colombia y dijo que "un gobierno así puede servir... en ese caso las Farc estarían en condiciones de contribuir en eso".

La vehemente reacción de la Casa de Nariño quedó plasmada en un comunicado expedido dos días después. El Ejecutivo anunció que no permitirá que "ningún actor armado ilegal interfiera, a través de las armas, en la libre determinación democrática de los colombianos el próximo 28 de octubre". El Polo también respondió a través de sus voceros reiterando que “rechaza, sin equívocos, el uso de las armas para llegar al poder y materializar las hondas reformas que la sociedad colombiana necesita con urgencia”.

Pero la respuesta de Palacio no se limitó al comunicado, sino que algunos funcionarios gubernamentales -como el asesor presidencial José Obdulio Gaviria- salieron por los medios de comunicación a decir que dicho apoyo al partido de izquierda es “indigno”.

Dicha reacción causó malestar en el partido de oposición. Uno de los estigmas más difíciles de romper para el Polo, desde cuando comenzó su proceso de integración de las fuerzas políticas de izquierda, tiene que ver con la asociación que algunos sectores le hacen con la guerrilla. Incluso el presidente Álvaro Uribe, al ser cuestionado en diversos escenarios sobre los nexos de miembros de su bancada con grupos paramilitares ha aprovechado para insinuar que algunos dirigentes de izquierda -como el ex senador Carlos Gaviria, presidente del Polo- tuvieron vínculos con la guerrilla.

Por eso el comunicado oficial que el Polo emitió este martes no solo fue contra la guerrilla, a la que públicamente ha declarado su oposición, sino que incluyó dos dardos contra el presidente Álvaro Uribe. El primero está en el preámbulo del comunicado, emitido “a propósito de las declaraciones dadas a un periódico extranjero por un miembro del Secretariado de las FARC, que el gobierno, de manera torpe pero astuta, ha tratado de manipular en contra del PDA”.

El segundo aparece en el numeral cuarto del mismo documento, que señala: “De llegar al poder... no aceptaríamos - y mucho menos solicitaríamos como sí lo ha hecho el actual Presidente- el respaldo de quienes hubieren llegado a las Corporaciones de representación popular -si tal llegare a ocurrir- con el apoyo de grupos armados signados por el crimen”.
A título individual las cabezas visibles del Polo también habían declarado su indignación por las palabras de Reyes. Gaviria indicó que la única forma en qué se podría pensar en una intervención de las Farc en política implica la necesidad de que dejen las armas con anterioridad. Y el senador Gustavo Petro, quien prepara un debate sobre la infiltración de la guerrilla en la política, calificó como “asqueante” la declaración del guerrillero.

Históricamente las Farc han declarado que no reconocen como legítimas a las autoridades escogidas mediante voto popular, por considerar que dicho proceso está viciado. No obstante, el control territorial y la suplantación del poder estatal que ejercen en muchas zonas del país las llevó, como a los paramilitares, a ejercer también un manejo ilegal de lo político, que iba desde la designación de candidatos y el saqueo del erario hasta el asesinato de rivales políticos. Por lo demás, la norma general de las Farc ha sido la del sabotaje al proceso electoral, especialmente después del extermino de la Unión Patriótica.