Home

On Line

Artículo

Nación

Ecopetrol: mucho ruido, pocas nueces

Rafael Amador*
29 de junio de 2003

Fue sólo cosmética la decisión de transformar la antigua Ecopetrol en una sociedad por acciones del Estado y en una Agencia de Hidrocarburos adscrita al Ministerio de Minas y Energía, poniendo de manifiesto la fortaleza del sindicato de la empresa ?USO- frente al gobierno.

Lo cierto es que el gobierno se muestra fuerte frente a los débiles, pero flaquea al momento de enfrentar a los poderosos, dejando en el ambiente la sensación de que hay un tratamiento discriminatorio con los demás empleados públicos y de que existen sindicatos de primera y segunda categoría. La realidad es que el pulso lo ganó la USO.

Si bien hay que abonarle al gobierno que con esta medida evitó una confrontación social, lo cierto es que con esta reestructuración no se han corregido todavía las fallas existentes en la política petrolera colombiana, y que tiene al país ad portas de una insuficiencia de crudo. Hay que aprovechar el margen de maniobra que ganó el gobierno, para que se convoque a los diferentes actores del sector, con el ánimo de establecer una política petrolera estatal de largo plazo.

Sin embargo, el esquema propuesto por el gobierno no garantiza realmente la separación entre el diseño de la política y la operación propia de Ecopetrol, pues se mantiene la figura de ser juez y parte a la vez, ya que el Ministro de Minas se tendrá que poner tanto la camiseta de la Agencia de Hidrocarburos como la de Ecopetrol S.A.

Lo cierto es que el gobierno, como único accionista de la nueva empresa, seguirá utilizando a Ecopetrol como caja menor para cuadrar los presupuestos anuales. El año pasado, por ejemplo, le extrajeron cuatro billones de pesos para cubrir el déficit presupuestal de la Nación.

El petróleo sostiene en gran medida la economía colombiana, pues sus exportaciones son más del 35 por ciento del total de las mismas y Ecopetrol, por sí sola, genera cerca del 3 por ciento del PIB nacional. Además, la petrolera es la empresa más rentable del país, pues el año pasado obtuvo utilidades por más de 1,3 billones de pesos.

Es importante que en la nueva empresa no se repitan los errores del pasado, pues el gobierno no puede pretender eliminar la corrupción de las empresas estatales mientras no se geste una nueva dirigencia pública, cuyo verdadero interés sea el fortalecimiento y modernización del Estado; y no, como ha sucedido, que se utiliza como trampolín para acceder a altos cargos en el sector privado. Los sindicatos, por su parte, deben cambiar su discurso reivindicativo, pensando en el beneficio general antes que en el interés particular.

*Representante a la Cámara